La reciente y masiva entrega de tablets a los docentes universitarios por parte del gobierno de facto, sin planes de financiamiento de la conectividad ni la resolución del colapso de los servicios públicos asociados a la educación a distancia, así como, la aprobación unilateral de nuevas tablas salariales, a partir del 01 de noviembre 2020, sin considerar el valor de la canasta básica y la inutilidad del bolívar en una economía en la que los precios de los bienes y servicios están dolarizados; son dos hechos que reiteran el desinterés del régimen en resolver los problemas estructurales de las universidades.
Las tablets
Nadie se opone a que a los profesores universitarios sean dotados de equipos para sus actividades docentes y de investigación, pero cuando esto no responde a un proyecto sostenible y auditable, consultado a las universidades para precisar las características de esa dotación, sus resultados académicos serán muy limitados. Para que la inversión en los instrumentos necesarios para la docencia sea optima, debe ser definida por las universidades y financiada a través del presupuesto universitario.
Los propósitos de la entrega de miles de estas tablets a las universidades por parte del gobierno de facto no son académicos garantizan la educación inclusiva en tiempos de pandemia, su objetivo es propagandístico y político-electoral. Con esta iniciativa el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria (MPPEU) ,busca ocultar el fracaso del anunciado e inexistente Plan Universidad en Casa.
Pese a la propaganda del MPPEU, los universitarios sabemos que el Plan Universidad en Casa del ministro Trompíz fracaso, por esa razón no ha presentado balance alguno de sus resultados. Las actividades docentes durante la pandemia son escasas, se centran mayoritariamente en períodos académicos especiales, en los cuales la oferta académica es limitada y predominan cursos electivos. Esto no puede ser de otra manera, porque la brecha de acceso tecnológico y la situación de Emergencia Humanitaria Compleja que vive la comunidad universitaria se ha agravado.
Presentar las tablets que destina el MPPEU a las universidades como garantía de la prosecución de las actividades académicas es demagogia del ministro Trompíz, porque estas no representan ninguna posibilidad de reinicio de la actividad docente a gran escala y en forma regular, motivado a que:
- No están acompañadas de planes de financiación de la conectividad. A la fecha, aún con las nuevas tablas salariales aprobadas en el mes de noviembre 2020, un plan de internet fijo o uno de datos móviles, ocuparían el 73,98% y el 45,57% respectivamente del salario tabla de un profesor de la más alta categoría y dedicación. Los profesores de menor escalafón, como los instructores y asistentes, no podrían costearse ninguno de estos servicios, así dedicaran el 100% de su salario a tal fin.
- No se aprecia mejoría en los servicios públicos asociados a la educación a distancia, al contrario, se ha agravado y extendido sus deficiencias a todos los rincones del país. A las habituales fallas de suministro eléctrico en el Occidente, se suman otras regiones y se incorporan las intermitencias cotidianas en la ciudad de Caracas
- Son equipos que presentan importantes niveles de obsolescencia tecnológica, los cuales limitan la posibilidad de experiencias de aprendizaje interactiva,s exigentes en términos de resolución y almacenamiento. Su operatividad es muy básica para las demandas más complejas de la educación superior.
Los actos de entrega de la tablets por parte del ministro como un hecho extraordinario que cambia la situación de crisis de la crisis universitaria, no superan el estatus de propaganda. La dotación de instrumentos de trabajo por parte del Estado a una institución educativa pública debe ser un asunto ordinario, recurrente, con procedimientos establecidos.
Las tablas salariales (noviembre 2020)
Como resultado del incremento unilateral del salario mínimo y la creación del bono de alimentación que acompaña al denominado Cesta Ticket Socialista en la administración pública, aprobado por el gobierno de facto, a partir del 01 de noviembre 2020, las tablas salariales del sector universitario experimentaron un cambio que no cambia nada. La situación de pobreza extrema del profesorado permanece invariable.
El gobierno de facto habitualmente cínico, en esta oportunidad consciente que el aumento salarial de noviembre 2020, es una vergüenza desde cualquier perspectiva, ni siquiera, lo ha publicado en Gaceta Oficial, pese a que ya se hizo efectiva su cancelación.
Las tablas salariales del ministro Trompiz, enviadas a las universidades a través del Instructivo de Aplicación a Convenciones Colectivas en el Marco de la Reconversión: Sector Universitario no cambia en nada, la inexistencia de remuneraciones para los docentes universitarios. Sostienen la distancia con respecto al imperativo constitucional (artículo 91) de garantizar como mínimo el valor de la canasta básica y al ser calculados en bolívares, sin ningún mecanismo de indexación, están devaluadas antes de nacer. Son lo que algunos dirigentes sindicales, como @pzl17, han denominado: las tablas del hambre.
En menos de un mes, los tablas salariales del ministro Trompiz se devaluaron en un 102%, y continúan haciéndolo a un ritmo vertiginoso como consecuencia de la devaluación del bolívar con respecto al dólar, es decir, que luego de un aumento salarial nominal en noviembre de un 300% y la inclusión de un nuevo aporte para la alimentación, los universitarios podrían terminar el mes con salarios reales iguales o inferiores a los percibidos en el mes de octubre del mismo año.
A modo de cierre
Las soluciones de la crisis universitaria no se supera con operativos en los cuales se dota eventualmente de insumos a las universidades, se requieren presupuestos para que estas apuntalen, desde diagnósticos reales y proyectos concretos, sus desafíos en materia de docencia e investigación.
De igual modo, es necesario remunerar el trabajo de los universitarios, el salario en bolívares ante la dolarización de facto de la economía venezolana atenta contra el valor de su trabajo e impide la sostenibilidad de la docencia en cualquier modalidad educativa. Lo dispuesto constitucionalmente en materia salarial y el cálculo de los sueldos en moneda dura es la única salida.
Las tablets y las tablas salariales del ministro Trompíz son la expresión de la política universitaria del gobierno de facto, ellas y también él, no brindan ninguna solución a la crisis estructural de la educación superior en el país, al contrario, son protagonistas del problema. Su resultado es: Universidades en ruinas y universitarios empobrecidos.
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