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#OPINION Por Gervis Medina: La gente vota a “Javier Milei” pero Sergio Massa gana elecciones en Argentina

El pasado 22 de octubre, el peronismo exhibió su músculo en las elecciones celebradas ese día, en las que su candidato, Sergio Massa, no solo pasó a la segunda vuelta frente al libertario Javier Milei, sino que además fue el más votado.

En una elección tan reñida como la que Argentina ha experimentado en la primera vuelta presidencial, lo mínimo que se espera de las encuestas es que proporcionen respuestas claras a las interrogantes fundamentales.

En este caso, se planteaban dos cuestiones esenciales: si un candidato lograría ganar la presidencia en la primera instancia, evitando una segunda vuelta, y derivado de ello, en caso de requerirse un segundo round.

¿Qué contendientes avanzarían? Las encuestas, en su mayoría, acertaron al anticipar que serían Javier Milei, representando a la derecha, y Sergio Massa, por la izquierda, quienes competirían en una eventual segunda vuelta, viendo como muy improbable que cualquier candidato alcanzase el 45% de los votos o el 40% con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo, tal como estipula la normativa argentina.

No obstante, pese a este acierto, la valoración posterior ha venido a cuestionar la precisión de las encuestas. La razón principal es que muchas predicciones señalaban a Milei como el favorito, pero finalmente fue Sergio Massa quien lideró la contienda. Caso en el cuál adherí mi análisis electoral pasado.

La fijación cognitiva de nuestra atención con el ganador es algo inherente a cualquier competencia electoral. Y es que los candidatos no solo se baten con respecto a sí mismos, sino con respecto a las expectativas.

Ahora mismo, mi titular y el análisis en la mayoría de medios y en las redes en Argentina se centra precisamente en el hecho de que más allá de los números absolutos de votos, lo que realmente ha sorprendido es cómo las expectativas, alimentadas en cierta medida por estas encuestas, han enmarcado, condicionando, la percepción del resultado.

Es común que un candidato que supera las expectativas, incluso si no gana, sea percibido como un “ganador moral”. Por otro lado, aquel que no cumple con lo anticipado, aun siendo el más votado, puede ser visto como un candidato debilitado.

Massa, al superar a Milei pese a las predicciones, desafió las expectativas previas, ganando un impulso adicional en la percepción pública. Resulta paradójico, eso sí, que estas expectativas quedaran fijadas hace apenas dos meses, cuando los sondeos no acertaron en el volumen de votos que recibiría Milei.

Si se analizan las seis encuestas efectuadas en el transcurso de noviembre, tres de ellas apuntan a la victoria de Massa y tres a la de Milei.

Es decir, la elección está igualada en extremo y los expertos electorales hablan de empate técnico.

La cuál es mi primera tesis, Javier Milei pudiera ganar, solo si saca una ventaja superior a los 5 puntos, para tener margen de maniobra en cuanto a los votos en blanco.

Pero la realidad del análisis de las encuestas arroja que existe un empate técnico y quién gane lo hará con una ventaja no superior a los 2 puntos, caso como el cuál sucedió en el Perú.

En mi segunda tesis, están presentes dos elementos concurrentes y necesarios. La ventaja técnica de quién detenta el poder es decir el uso de la “trampa” ya que el sistema electoral en Argentina se basa en el depósito en la urna de una boleta metida en sobre, por lo que esto da lugar a esas prácticas viejas y truncadas.

El segundo elemento es la traición, traición que viene de sus aliados circunstanciales (Juntos por el cambio) y el partido PRO. Quienes no están cómodos en el acompañamiento al candidato Milei. Patricia Bullrich dijo que votaría a Milei, cosa que sin embargo no tienen igual de clara en su partido.

El candidato liberal también se ha beneficiado de la adhesión de figuras como Mauricio Macri. Pero, a su vez, Massa ha recibido el apoyo del Partido Socialista, de algunos dirigentes de la UCR, del peronismo cordobés como Natalia de la Sota y del partido Izquierda Socialista.

Si Javier Milei no logra obtener el total y un poco más de los fiscalizadores, tengan por seguro que el candidato por el oficialismo hará lo posible para materializar la ganancia electoral de forma fraudulenta, pudiendo sacar ventaja de hasta 10 puntos.

Entonces basado en las experiencias inmediatas pasadas, donde al candidato Javier Milei le hicieron trampa en la primera vuelta con hasta 5 mil denuncias por maniobras negativas electorales, dejando en evidencia mesas de votación donde el candidato del oficialismo sacó hasta el 100% de los votos, cosa que no es creíble ya que la candidata Bullrich y Milei no sacaron ni un voto.

Por otro lado, adhiero a mi análisis que lo mejor que pudiera pasarle a Javier Milei es perder estás elecciones.

Ya que el ganó en la política, logró mover a su favor el eje del debate y esto le facilitaría un triunfo grande obteniendo mayoría en el congreso, cámara del senado, provincias e intendencias en futuras elecciones. Para así lograr su plan de gobierno con menos traumas, con los qué se enfrentaría de ganar estas elecciones.

Política

Gervis Medina

Abogado, criminólogo y escritor venezolano.

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