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¿Por qué la estupidez humana es imposible de eliminar? Por Gervis Medina

¿Y si te dijera que la estupidez humana? ¿No es un accidente, sino un patrón? patrón que se repite una y otra vez en la historia, en la política, en tu entorno y dentro de ti mismo.

Schopenhauer lo sabía y su visión sobre la naturaleza humana no era precisamente optimista. Arthur Schopenhauer no vio la vida con lentes color rosa. La veía como una obra cruel escrita por la voluntad irracional de vivir, una fuerza ciega que empuja a los humanos al deseo, al el egoísmo y la estupidez.

Para él, gran parte de nuestros actos no eran racionales, eran impulsos disfrazados de lógica.

¿Te ha pasado qué? justificas con palabras bonitas una decisión que en el fondo sabes que fue ¿visceral? Eso somos, animales inteligentes, pero dominados por una voluntad ciega. La historia enseña que no se aprende nada de la historia, decía Hegel.  

Schopenhauer no podía estar más de acuerdo. A lo largo de los siglos, los humanos hemos repetido guerras, fanatismos, persecuciones, sofismas, colapsos sociales. ¿Y cuál es nuestra respuesta?

Más tecnología, más ideologías, más control, pero no más sabiduría. La razón porque confundimos conocimiento con inteligencia y esta con sabiduría. Y ahí nace la estupidez más peligrosa, la que se disfraza de verdad.

Carlos Cipolla, un economista brillante, escribió las leyes fundamentales de la estupidez humana. La primera de ellas, siempre subestimamos cuantos estúpidos hay en el mundo. Y lo peor, los estúpidos no solo se hacen daño a sí mismos, sino a los demás. Actúan sin conciencia de su impacto y eso los vuelven impredecibles y peligrosos.

Schopenhauer creía que la inteligencia no estaba bien distribuida, pero la estupidez sí. Para él la masa era fácilmente manipulable porque deseaba cosas. No comprendía su origen, porque seguía el ruido, no la razón.

Nietzsche, aunque discípulo indirecto de Schopenhauer, fue aún más provocador. La locura es rara en los individuos, pero en los grupos, partidos, naciones y épocas es la norma. Kant, por su parte, creía que la Ilustración nos liberaría del estado de minorías de edad, pero siglos después seguimos obedeciendo sin pensar. La estupidez colectiva no desaparece con educación, sino con verdadera libertad intelectual, pero esa asusta porque implica responsabilidad, pensamiento crítico y muchas veces soledad. No se trata de superioridad moral, no se trata de burlarnos del ignorante, se trata de reconocer que todos en algún momento actuamos estúpidamente.

Cada vez que seguimos una moda sin pensar, cada vez que repetimos un argumento sin cuestionarlo, cada vez que creemos saberlo todo, estamos ahí.

El antídoto, el cuestionamiento constante, la reflexión, el coraje de ser impopular por pensar distinto. Como diría Sócrates, «Solo sé que no sé nada y en esa humildad nace la sabiduría.»

La estupidez humana, un concepto que incomoda, pero que todos vemos a diario en redes sociales, en decisiones políticas, en la forma en que destruimos el planeta que habitamos. ¿Es? simplemente una falta de inteligencia o estamos ante algo mucho más profundo.

Primero hay que dejar algo claro, ser estúpido no es lo mismo que ser ignorante. La ignorancia se cura con conocimiento, pero la estupidez es cuando alguien hace daño sin obtener nada a cambio. Como diría el economista Carlos Cipolla en su teoría de las leyes fundamentales de la estupidez humana. Una persona estúpida es aquella que causa daño a otros sin beneficiar a sí misma e incluso dañándose en el proceso.

¿Te suena familiar? Seguro lo has visto. Personas que sabotean su trabajo, destruyen relaciones, votan en contra de su propio bienestar. Pero, ¿por qué ocurre esto y ¿Por qué parece tan frecuente?

¿El origen psicológico de la estupidez?

Desde la psicología, muchas veces la estupidez surge por miedo. Miedo al cambio, al ridículo, a perder control. Personas que niegan evidencia, rechazan el diálogo o actuar con violencia.

Muchas veces lo hacen para proteger una identidad frágil. Es un acto irracional, pero profundamente humano. El psicólogo Eric Fromm lo diría de forma más directa. El miedo a la libertad lleva al hombre a ceder su autonomía y al cederla también entrega su capacidad crítica y cuando millones de personas hacen eso, nace la estupidez colectiva.

Entonces ¿cómo escapar de esta trampa? ¿Es la estupidez? humana irreversible? Aquí está la gran pregunta. ¿Podemos cambiar o estamos? condenados a tropezar eternamente con las mismas piedras? Si Cipolla pensaba que la proporción de personas estúpidas era constante, sin importar el nivel educativo o social. Pero filósofos como Kant, Spinoza o incluso Nietzsche creían que el ser humano podía despertar. Kant, por ejemplo, nos invitaba a atrevernos a saber, salir de nuestra minoría de edad autoimpuesta y pensar por nosotros mismos. Así que tal vez no todo esté perdido.

Gervis Medina

Abogado, criminólogo y escritor venezolano.

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