La verdad es que no tengo una idea clara de cómo los venezolanos, los que están y sufren adentro, perciben la presencia norteamericana en aguas del Caribe.
De los otros venezolanos, los que forman parte de la diáspora, sabemos (y como no saberlo) que tejen un sinfín de especulaciones que van desde la euforia y la ilusión, pensando en una posible intervención militar norteamericana en terreno, bien sea mediante la intervención militar directa, aquí, la analogía con Panamá y Grenada salen a relucir siempre, a otros-no menos radicales- que los reconforta la posibilidad de una extracción quirúrgica que saque por el “pelo” a Maduro y a toda la claque que con él “gobierna”.
La analogía con el llamado caso de “las guacamayas”, también sale a relucir, hasta otros, estos, pesimistas, desalentados por las frustraciones históricas sufridas a lo largo de 26 años de régimen chavista, dicen abiertamente que los barcos norteamericanos serán simples rayas en el mar y que de allí no pasaran, que Trump es el rey del simulacro.
Concluyen, cantando, con amargura, “La media vuelta”, repitiendo, la estrofa que dice: “Entonces yo daré la media vuelta y me iré con el sol cuando llegué la tarde”.
Esta observación hecha por los desesperanzados ha irritado y provocado los gritos de una connotada periodista venezolana, residenciada en Miami, que los interpela, diciéndole: “A mí no me escriban más”-
Pero, bueno , cualquiera, que sean las especulaciones que a diario se construyen, lo cierto es que la presencia del tremendo aparato armado con todos los desarrollos tecnológicos para la guerra, que los gringos han movilizado en el Caribe Sur (vainas de los gringos, porque para los venezolanos, el caribe es nuestro norte) ha provocado un inocultable nerviosismo en el régimen que se desgañita blufeando con mover más de 4 millones de hombres y mujeres, muchos de la tercera edad y hasta de la cuarta edad (es decir de aquellos que solo esperaban la muerte, cuando les llegó el aviso de la “defensa de la patria” de ellos).
Los venezolanos, somos unos seres a los que no se nos escapa nada y que, de verdad, “lo sabemos todo”.
A propósito de esta característica que nos identifica, recuerdo el caso de la enfermedad de Chávez, donde todos éramos “oncólogos” y llegamos a describir con lujo de detalles las características del tumor que lo mató. Ahora, nos travestimos en ingenieros “marinos” y nos ha dado, por describir con lujo de detalles los barcos de guerra norteamericanos y todo el dispositivo militar que se acerca a las costas venezolanas.
Ayer, como un día si y otro también, revisé uno a uno los noticieros venezolanos en la televisión de Miami, quería saber los comentarios de los presentadores de las noticias, que son fans de Donald Trump, sobre porqué el régimen, que este encabeza, ha pintado el muro que separa EE. UU de México de color negro, pues lo que ha dicho la Sra. Kristen Noem, revela la naturaleza del régimen que hoy dirige los destinos de EE. UU. La razón de esto-según Noem- es porque el negro absorbe el calor de la zona desértica y los inmigrantes que pretenden subir el muro sufrirán quemaduras de 1er y 2do grado.
Toda una joya que puede ser ejemplo de la “Historia Universal de la maldad”. Con el perdón de Borges, por cambiar “infamia” por “maldad”
Pero, no. Todos los noticieros venezolanos, que se ponen en pantallas en las televisoras de Miami, fundamentalmente, abren sus espacios describiendo la capacidad y la maniobrabilidad de los destructores, su sistema de misiles guiados, el submarino propulsado por energía nuclear (Por cierto, Diosdado Cabello, “confunde”, con la pretensión de confundir, submarino propulsado por energía nuclear con submarino cargado de armas nucleares. No es lo mismo Cabello, hasta cuando vas a tratar a la gente como pendejos).
Lo que más llegó a admirar de esta descripción detallada, que subordina el análisis de una situación harto compleja a la alegría de un eventual desembarco de los marines es cuando, con una propiedad increíble hablan de los aviones “Poseidón” y describen los cañones que llevan los destructores. Es tremendo, cuando señalan que los cañones en cuestión son de cinco pulgadas.
Pero, bueno, eso no es, en última instancia, reprochable, pues, es obligación periodística informar, además, todo el que se aprecie de ser venezolano, porque está en nuestro ADN, ya sabe las características siniestras de los buques y aviones que se desplazan hacia las costas de Venezuela.
Por ejemplo, mi amigo José (ese no es su verdadero nombre, pues las policías de Maduro, tienen como tarea principal, revisar los celulares y de todos los venezolanos que andan por las calles y especialmente a los choferes de los “por puestos” y barberos, por su capacidad de contar y hablar de todo mientras trabajan), bien, mi amigo es chofer de un carro “por puestos” de la ruta de Valle Frío en Maracaibo, me describió por mensaje de WhatsApp al USS Iwo Jima. Me escribe, informándome, que este es un grupo anfibio de despliegue inmediato, compuesto por tres buques y 4500 efectivos. Me pasó un mapa con la ubicación de los barcos y una descripción física de los 4 mil y pico de marines, agregando que él no se imagina al miliciano Juancho Quintero, de 75 años, que es su vecino, luchando cuerpo a cuerpo con un marine que mató a 5 guardaespaldas de Osama bin Laden.
No le creí nada, pero recordé que el mismo me había descrito el sarcoma en el músculo psoas que finalmente provocó la muerte del comandante Chávez, antes que la noticia la diera el periodista Nelson Bocaranda. Así que ahora tengo dudas.
Pero, lo que, si es cierto, es que Trump y su administración ya hablan poco, o nada, de la naturaleza dictatorial del régimen. El tratamiento del régimen como una dictadura ha sido desplazado como el eje temático que justificaría la movilización de tamaña fuerza militar por la caracterización del régimen como un peligro para la seguridad de Estados Unidos por la naturaleza de “narcoestado” del régimen venezolano.
Y seamos, sinceros, Trump no es el paladín de la democracia, todo lo contrario, y no es exageración, aunque a algunos pueda parecerlo, pero leyendo cual ha sido el ejercicio de su gobierno en estos ocho meses de su gobierno, todo parece indicar que Trump dirige una modalidad lenta de golpe de Estado, claro estoy seguro de que muchos pensaran que eso solo es propio de países del “tercer mundo”, “Eppur si muove”
Si el objetivo de Trump es detener el tráfico de drogas desde Venezuela a los EE. UU. (Un gran negocio que según “Transparencia Venezuela, le generó a la mafia que controla el poder en Venezuela 8.236 millones de dólares, un monto muy superior a lo percibido por el chavismo vía Chevron”) quebrando financieramente al Estado-mafia” venezolano y la consecuencia de la consecución de tal objetivo produce la debacle del régimen se le agradece. Pero, la recuperación de la democracia será producto de la movilización masiva de los venezolanos. Si tal cuestión no se produce, puedo asegurar que viviremos una nueva frustración.
Que el chavismo es un cadáver en descomposición es cierto, que al día de hoy es difícil que resucite, es, también, cierto. Que, el manido argumento de que el imperialismo es el culpable de todas nuestras desgracias que funcionó desde los días de Chávez, pues, como dice Caparros, “los desgraciados desgraciadamente se lo creyeron”, hoy, ya nadie se lo traga.
Pero, ojo, de no construirse una sólida unidad ciudadana se pudiera generar resultados indeseables del tipo: “cuando A ya no puede gobernar, pero B no tiene la fuerza suficiente para imponerse (en el caso nuestro, no es por debilidad, pues más del 80% se conduce políticamente por un cambio político, sino por la existencia de múltiples agendas presentes en las fuerzas opositoras), siempre aparece un C que los pone de rodillas a todos”.
Mucho cuidado.
Sociólogo @RojasyArenas
Comment here