Henrique Capriles ha sido una figura constante en el escenario político venezolano desde 1998. Justo el año en el que también irrumpió el chavismo como una fuerza electoral.
En esa oportunidad, Capriles fue electo por primera vez diputado en el Congreso. Con apenas 25 años se convirtió en el vicepresidente y, luego, presidente más joven que ha tenido esa institución.
A partir de entonces, siempre desde la acera de la oposición, Capriles fue sumando cargos de elección popular. Fue alcalde del caraqueño municipio de Baruta y gobernador del estado Miranda. Tras ganar unas elecciones primarias de la oposición, compitió por la presidencia contra Hugo Chávez (2012) y Nicolás Maduro (2013).
Esa ruta política no ha estado exenta de obstáculos. En 2004, estuvo preso durante unos cuatro meses en el Helicoide, sede del actual Servicio Bolivariana de Inteligencia (Sebin). Esto fue en el marco de un proceso en su contra por el asedio contra la Embajada de Cuba en Caracas ocurrido durante la breve salida del poder de Chávez entre el 11 y el 13 de abril de 2002.
Capriles fue acusado de asaltar la embajada. Mientras que él aseguraba que intentaba mediar entre los manifestantes antichavistas y los representantes cubanos. Estos manifestantes trataban de entrar en la sede diplomática. Fue liberado tras una decisión de la Corte Suprema de Justicia.
En 2017, fue inhabilitado para ejercer cargos públicos por 15 años debido a supuestas irregularidades administrativas cometidas mientras era gobernador de Miranda. Capriles ha rechazado esos cargos y ha dicho que la medida buscaba silenciar a la oposición.
En los comicios parlamentarios de mayo pasado, Capriles resultó electo como diputado a la Asamblea Nacional luego de que -según él ha dicho- le fuera levantada la inhabilitación «de forma sorpresiva».
La participación de Capriles en esos comicios fue duramente criticada por una parte de la oposición. Le acusa de romper con la línea marcada por la líder María Corina Machado de no participar en elecciones. Esto hasta tanto no se hagan valer los resultados de las presidenciales del 28 de julio de 2024. En estas elecciones, según afirma la oposición con pruebas en la mano, su candidato, Edmundo González Urrutia, venció al actual mandatario, Nicolás Maduro.
En esta entrevista con BBC News Mundo, Capriles habla sobre su decisión de participar. Cuestiona la estrategia política que ha seguido la oposición en los últimos tiempos. Explica por qué, pese a ser crítico de cualquier intervención militar extranjera y de las sanciones petroleras, cree que un diálogo directo entre Maduro y el mandatario estadounidense, Donald Trump, puede servir para sacar al juego político venezolano del aparente atolladero en el que se encuentra.
El viernes pasado, mientras la prensa Internacional hablaba sobre el despliegue de barcos de guerra de EE.UU. en el Caribe, usted emitió un comunicado rechazando cualquier acción de fuerza contra Venezuela. Mucha gente le ha criticado duramente por ese comunicado, ¿qué responde?
Lo primero es que yo estoy en Venezuela, no estoy viendo las cosas desde fuera de nuestras fronteras. Hay normas internacionales, la carta de Naciones Unidas. El mundo necesita reglas y, además, en lo personal, soy antiguerra.
Hay gente que habla con ligereza de la guerra, de las intervenciones militares, sin medir las consecuencias.
Soy un creyente de los procesos. La política es el arte de la negociación. Creo en las negociaciones y en que todos los esfuerzos siempre deben evitar la guerra.
No hay guerras buenas, todas son malas. Es mi posición y no tengo temor a expresarla públicamente.

El USS Iwo Jima es un barco anfibio de asalto que forma parte de la operación militar antidrogas de EE.UU. en el Mar Caribe que ha encendido las alarmas en Venezuela.
Lea el trabajo completo haciendo click en el siguiente link: BBC News Mundo
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