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Opinión

Se acabó la “Chacachaca” de Claudia Por Robert Alvarado

Cuanto más honrado es un hombre más le cuesta sospechar que los otros no lo sean. Cicerón

Cuando escucho la frase lavado de dinero, pensaba en la forma que lo hacía los maleantes en meter en unas cantidades de dinero en la tina de una “chacachaca” a la lavar el capital  y después lo ponían a secar en esas antiguas lavadoras, pero no es así como uno piensa y la forma es activos de procedencia ilícita, dándoles apariencia de legalidad al valerse de actividades lícitas, lo que permite a delincuentes y organizaciones criminales disfrazar el origen ilegal de su producto, sin poner en peligro su fuente.

La forma de lavar dinero: es con el contrabando de divisas; Adquisición de instrumentos negociables; Contrabando de bienes; Compra y venta de bienes del exterior; Inversiones en compañías aseguradoras; Utilización de paraísos fiscales; Consolidación de empresas ficticias entre formas la aplico  Claudia Díaz Guillén. Quien fue la enfermera de Hugo Chávez acusada de corrupción en EEUU y declarada culpable por una corte del Distrito Sur de la Florida

Esa “chacachaca” ha sido testigo del aumento de casos internacionales de delitos financieros y corrupción en los que se vincula a nacionales como  protagonistas o involucrados en estos hechos, sin embargo el impacto del lavado de dinero producto de la corrupción no es tema central de la opinión pública del país.

Salpica  a ex funcionarios de alto nivel por el supuesto manejo irregular de miles de millones de dólares, ha levantado las alarmas sobre la legitimación de activos, su relación con la corrupción y el impacto que tiene sobre las economías nacionales y las comunidades.

Lo que calificó de  “chacachaca” es el sinónimo de corrupción que se vive en Venezuela se considera alta para los estándares mundiales y es prevalente en todos los niveles de la escala social venezolana, donde incluso la corrupción se ha dolarizado.3 En el caso particular de Venezuela, el descubrimiento del petróleo a principios del siglo XX, ha empeorado la corrupción pública y privada.

Una “chacachaca” que la misma Claudia teniendo ella el rango de sargento técnico y que, entre 2011 y 2013, fungió como directora de la Oficina Nacional del Tesoro de Venezuela y secretaria del Fondo de Desarrollo Nacional (Fondén), una institución creada por Chávez en 2005 para invertir los millonarios recursos que recibía el país suramericano por concepto de exportaciones de petróleo.

Con el estima que le tenía Hugo Chávez, a Claudia es tanta confianza que le tuvo y cariño que, primero, la aceptó como su enfermera y, luego, decidió nombrarla tesorera de la nación y secretaria de un fondo millonario del Estado. Esos guisos también involucran a su esposo, Adrián José Velásquez Figueroa, —quien formó parte del equipo de seguridad del fallecido presidente Hugo Chávez— condenado por la misma Corte Federal por los delitos de lavado de dinero y conspiración para lavar dinero, según informó en su momento el Departamento de Justicia de EE.UU.

Según dice de esa “chacachaca” recibieron “millones de dólares” algunos nombres de personajes enchufados que hacían los sobornos entre eso está Raúl Gorrín. Según la fuente tribunalicia en ese expediente se comenta, que el Gorrín buscaba acceso preferencial a la compra de dólares en Venezuela entre 2008 y 2017, años en los que estuvo en vigor un régimen de control cambiario en el país. Raulito  presuntamente transfirió dinero para y en beneficio” de los acusados, el cual fue utilizado para “jets privados, yates, casas, caballos, relojes de alta gama y una línea de moda”. Qué buena es esa “chacachaca” revolucionaria permitió  el lavado de dinero tan arraigado al quehacer público en nuestro país, que el común de la gente ya sin vergüenza clama al jerarca: “a mí no me des dinero, sino que ponme donde haya…

Pero ahora los enchufados usan sus “chacachacas” para sus fechorías como la uso Claudia, pero otros dicen que la palabra “chacachaca” otros términos coloquiales en forma del venezolano es relación sexual, “hacer chacachaca” es tener sexo, así que la palabra se origina del movimiento y sonido que hacían las antiguas lavadoras de ropa a rodillo las cuales se agitaban rítmicamente y sonaban con ese ruido monótono al lavar.

Asimismo también lo usan más las mujeres que los hombres (esto se nota) en bromas, chistes, “A Fulanita no le gusta mucho trabajar, pero como le gusta el chacachaca”

Siguiendo el tema es un duro golpe a Claudia que no aguanta más y hoy todo el mundo la señala con el dedo acusador, la desprecia, escupe a su paso y le dice en su verdadera cara lo perverso que ha sido en la función de enchufada de la robolucion que le ha tocado desempeñar, pero llega el momento que su misma conciencia, la traiciona y ya no pueden seguir ocultando su procedencia, su origen y de la noche a la mañana, sin más ton ni son, se quitan la máscara y quedan al desnudo ante la opinión pública como un verdadero delincuente, lo que siempre ha sido en su accidentada y perrísima vida.

Como titulé mi columna de opinión a Díaz Guillén: Se acabó la  “chacachaca” de Claudia…

Cualquier información o sugerencia por robertveraz@hotmail.com  robertveraz@gmail.com         grsndz629@gmail.com   o bien por mí teléfono 0414-071-6704 y 04141574645. Además pueden leer esta columna en mí página Web: https://robertveraz4.webnode.es/  y sigan mis comentarios y opiniones por @robertveraz en twitter e Instagram. Pueden ver mis videos en YouTube: Tips de @robertveraz. ¡Hasta la próxima semana, Dios bendiga a Venezuela!

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