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«Tú sabes lo que tienes que hacer» Por el Sociólogo Ender Arenas Barrios

Nota preliminar.

 Tomado de “La Patilla”: En un mensaje publicado en su cuenta oficial en X,  María Corina Machado, enfatizó la importancia de la unidad para proteger los derechos ciudadanos y la voluntad soberana del pueblo.

“La libertad SE CONQUISTA. Nuestra soberanía ES SAGRADA”, expresó Machado, subrayando que los venezolanos comparten un único objetivo:

El respeto a la decisión manifestada a través del voto. La opositora hizo un llamado a la acción, destacando que todos los ciudadanos tienen el deber de salvaguardar la nación y sus derechos fundamentales.

Machado también abogó por una verdadera unión cívico-militar centrada en la defensa del mandato popular.

El mensaje, difundido en el marco del 204 aniversario de la Batalla de Carabobo, busca movilizar a la ciudadanía en un contexto de tensiones políticas y cuestionamientos a la legitimidad del régimen de Nicolás Maduro.

“Tú sabes lo que tienes que hacer”, puntualizó Machado.

Es posible que la gente sepa lo que tiene que hacer, presumo que hay militares que saben lo que tienen que hacer, hay, también, sectores opositores que saben lo que tienen que hacer y con seguridad, más del 80% de los ciudadanos del país sabe lo que tienen que hacer.

 Creo, que sí, que UD. MCM, tiene razón, solo que, ni la gente en general, ni los militares, ni los opositores organizados en los partidos,  hacen lo que tienen que hacer, aunque lo saben, por una sola cosa:

El régimen ha logrado lo que ha sido su objeto desde que llegó al poder, instalar en la sociedad venezolana el miedo, que es lo que ahora todos tienen.

No le fue fácil al régimen lograr ese objetivo, pues, ha habido momentos en la que la gente se movió, se movió sin miedo, por ejemplo, el año 2000 “Con mis hijos no te metas” (se acuerdan), en 2001 contra la ley de tierras y desarrollo agrícola (de eso no creo que se acuerden mucho), en abril de 2002 con la mayor manifestación que se ha producido en el país en toda su historia y que terminó en la masacre del “Puente Llaguno”, las producida en los años 2014,2016, 2017, dirigida fundamental por jóvenes, muchos de los cuales quedaron en el pavimento asesinados.

Hubo también manifestaciones de valor y valentía individual, recordemos, la muy muy dolorosa, ocurrida en 2003 con la huelga de hambre de Franklin Brito, que terminó con su muerte (espero que de eso si se acuerden, para que su muerte no quede en el olvido).

Finalmente, para no hacer tan largo este inventario, tenemos, una de las que más ha sido analizada desde los prejuicios, el odio, incluso desde la indiferencia, me refiero al llamado Interinato (de este episodio estoy seguro que lo recuerden, pues algunos, todavía maldicen a Guaidó)

 Es un inventario para señalar que hace más de veinte años nos enfrentamos a la mayor cantidad de violaciones de derechos,  de abusos del poder, delitos de corrupción contra los dineros públicos, que registra la historia venezolana  y, miren que hemos tenido abusadores, corruptos y corruptores y violadores de todos los derechos, desde la primera noche de la república: desde la generación de próceres de la Independencia, los padres fundadores, “a los que todo se les debe”, pasando por los Monagas, regodeándonos en Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez y Pérez Jiménez hasta llegar a Chávez y compañía. Compañía, que hoy todavía gobierna en su nombre.

Las preguntas de ahora, hablo de hoy, es si:

¿La sociedad venezolana ha reaccionado con contundencia, frente al sinnúmero de violaciones de sus derechos que ha sufrido, bajo dictadura dirigida por Nicolás Maduro? ¿Ha reaccionado el pueblo, igualmente con contundencia frente a las políticas que lo han empobrecido, que lo han expulsado del país y por tanto de la vida de los suyos quebrando la unidad familiar?

La respuesta es NO. Ud., MCM, lo ha intentado, el liderazgo que el venezolano le ha otorgado, el peso que ha tenido su palabra desde las llamadas elecciones primarias, ha sido, a pesar de todo, insuficiente, porque, la gente está sobrecogida de temor.

En realidad, tanto el 9 y el 10 de enero, sus llamados a una convocatoria para una manifestación masiva, que se convirtiera en una sublevación multitudinaria, para enfrentar el fraude electoral del 28 de julio y reclamar los verdaderos y legítimos resultados, fueron desoídos por la gente.

 La calle es peligrosa- piensa y dice la gente- y es un suicidio enfrentarse a las “armas de la república”, como se evidenció en los días posteriores al 28 de julio y hasta el día de hoy.

Queda Ud. “como esperanza (pero) forzada a la clandestinidad, sola y perseguida por el régimen que intenta desaparecerla de la escena política”, eso por un lado, pues, también se enfrenta a la crítica de sectores opositores internos y externos.

Los primeros, que son aquellos que llaman a legitimar al régimen mediante su participación acrítica en todo proceso electoral convocado por el régimen, con la expresión cuasi religiosa:

“¡Solo las elecciones los hará libres!”  y los segundos, que hacen vida en el exterior y llaman a “políticas gradualistas, que van, desde el levantamiento de las sanciones hasta el acercamiento institucional al régimen”.

 La pretensión de ambos, y por supuesto también del régimen, es la cancelación de su liderazgo.

Es verdad, que tiene a su lado a un pueblo, pero que, golpeado por la crisis económica, los bajos salarios, la crisis de los servicios públicos, en fin, por una profunda crisis humanitaria, que tiene un particular acento en la crisis política, que se caracteriza por la persecución, las desapariciones forzosas, la eventualidad de ser detenidos arbitrariamente y ser torturado y asesinado, es hoy  un pueblo miedoso.

Tal vez, el miedo y la parálisis, es el resultado de eventos que en el pasado reciente estuvieron caracterizados por derramamientos de sangre, por ejemplo, pensemos, en el llamado “caracazo”, la masacre del “Puente Llaguno”, las manifestaciones encabezadas por los jóvenes de 2014, 2017, 2019, son actos de enorme violencia, que queramos o no, se quedan como momentos disruptivamente constitutivos en la cabeza de la gente y no es fácil, ni será fácil, exorcizarlo y actúan como desmovilizadores y parálisis.

Creo, que esto último, es lo más serio, pues, frente, a lo arriba descrito, la gente comienza a refugiarse en la intimidad de su casa, el único puerto, percibido, como seguro.

Pero, bueno, esto es, hasta que llega la operación “Tun Tun”, porque la pretensión de la dictadura es cancelarla y dejarla como una atribución exclusiva del régimen, Y la mejor manera para lograr esto es producir miedo y terror, considerando que todos aquellos que hacen política opositora al régimen serán considerados: traidores a la patria, conspiradores, saboteadores, lacayos de Donald Trump, narcotraficantes, etc. y por tanto candidatos al Helicoide, a la “Tumba” o a ser lanzados de un décimo piso de algún edificio de los cuerpos de seguridad del Estado, etc.

De allí que a la “orden” expresada en el “Tú sabes lo que hay que hacer”, se hace necesario señalar que los venezolanos que han interiorizado, desde siempre, la cultura del mesianismo, del salvador supremo de la patria, necesita que le des luz, que le proporciones una ruta, pues, se acostumbró a que las respuestas siempre le han venido desde afuera.

Por eso, la gente empieza a demandarle una contundente respuesta a la pregunta que algunos sectores de la oposición han empezado a trabajar con el afán de convertirla en una narrativa dominante: “y ahora qué”.

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