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Opinión

Proyecto Uzbekistán: Lo que necesita la Vinotinto para clasificar al mundial Por Santiago Hueck

Uzbekistán

La Vinotino sufrió el mayor golpe de realidad en toda la historia del deporte venezolano, pero como dicen por ahí: Un  paso atrás son 2 hacia delante. Todos, absolutamente  todos, abrimos los ojos de la realidad que atravesamos, algo esencial para empezar el cambio y proceso que corresponde. Creímos en en el poder de la fe por delante de todas las cosas, aunque el juego fuera nulo. A pesar de mi optimismo y de mantener la ilusión, es algo que siempre se criticó. Pero sí de algo debe servir esta decepción es para hacerlo valer en un aprendizaje que empiece por la federación.

Ya todo en esta vida está inventado, solo hay que innovar en ese proceso de cambio, pero para ello, la federación debe copiar a los que ya vivieron esa etapa en sangre propia , y cuando llegue el momento (en varios años) adaptarlo a nuestras necesidades. De este lado del continente tienes a Ecuador, una selección que empezó a escalar a ritmos agigantados desde su primera clasificación al mundial en 2002. Desde ahí han arrancado un crecimiento exponencial a nivel individual, con varios jugadores en clubes elites europeos y a un ritmo colectivo de intensidad, algo obligatorio en  el estilo de juego en este lado del mundo. Si quieres mayor orden táctico, sin muchas estrellas, tienes a Japón como un proyecto joven y reciente de rápidos resultados .Un equipo sin estrellas, pero cumplidor: Antes era Kagawa y Honda solamente; hoy tienen a Kubo, Minamino, Endo, Tomiyasu, etc. No son los mejores del mundo, pero es un equipo bien compacto desde el orden (ahora pueden devolvernos el favor: Ellos vinieron aquí en el siglo 20 para aprender cómo hacer las carreteras), tienes a Argentina, una vez consolidado el proyecto,  para el manejo perfecto de la generación del relevo, y  tienes a Uzbekistán, que es el más se familiariza con nuestra situación.

Proyecto Uzbekistán:

 

Venezuela es un país joven futbolísticamente hablando, pero Uzbekistán lo es  en todos los sentidos, pero con una cabeza realmente  capacitada que responde a un trasfondo geopolítico  mucho más profundo de lo que parece. Uzbekistán era el verdadero: del Pajtakor Tashkent desde la cuna, ya que era el único equipo  que tenían hasta 1991 cuando se independizaron de la Unión Soviética. Desde su independencia, el futbol ha sido una pieza  de ajedrez en su deseo de destacar en el ámbito global. Se encuentran geográficamente entre China y Rusia ,  2 potencias globales superiores en  todo, por lo que tenían que encontrar una manera de estar en el mapa , de no ser solo un pedazo de tierra con recursos naturales .No podían competir económicamente , ni en población , ni en infraestructura , ni tecnología , ni petróleo y para de contar… pero si podían apostar a un proyecto que trascendiera lo deportivo , que involucrara a todo el país , los altos cargos , las leyes y un alto desembolso económico que les permitiera destacar por encima de todo lo que les rodea. Pero para eso, hay que empezar desde 0, literal y metafóricamente.

Los primeros años fueron de aprendizaje acelerado. La Oliy Liga, primera competición nacional, arrancó en 1992 con clubes que hasta entonces habían competido en el sistema soviético. El Neftchi Ferganá emergió como protagonista temprano, alcanzando incluso la final del Campeonato Asiático de Clubes en 1994, un logro que dio visibilidad internacional al fútbol uzbeko cuando el país apenas llevaba tres años de independencia. Pero fue la selección nacional la que proporcionó el primer gran motivo de orgullo: el oro en los Juegos Asiáticos de 1994 en Hiroshima, donde Uzbekistán derrotó en la final a China y demostró que podía competir de igual a igual con las potencias regionales. Esto fue una señal de que había talento y con el tiempo se posicionó como una selección digan de segunda categoría. ¿No les recuerda a un subcampeón del mundial sub-20 en 2017 con una gran camada de jugadores que con el tiempo se dieron a conocer? Sin duda sobraba talento, pero faltaba todo lo demás.

Las décadas siguientes estuvieron marcadas por avances constantes pero también por frustraciones que alimentaron la determinación nacional. Uzbekistán rozó la clasificación al Mundial 2006 en una repesca con polémica arbitral  ante Bahréin. En las eliminatorias rumbo a Sudáfrica 2010, ganan la primera ronda: golean a Arabia Saudita, Líbano y Singapur, era su momento, pero en la ronda posterior colapsan y quedan en el último lugar. Para Brasil 2014  perdieron 9-8 en penales ante Jordania para ir al repechaje. Para Rusia 2018, en la última jornada estaban obligados a ganarle a Corea del Sur, empatan 0-0 y por un punto quedan fuera. Y el colmo de los colmos viene en 2022: Tenían una campaña sólida con 5 victorias, pero Corea del Norte les saboteó todo. Por la pandemia decidieron retirarse de la eliminatoria y la FIFA anuló todos sus partidos,  un rival al que Uzbekistán le había ganado en los 2 juegos; sin embargo, Líbano, que le había ido peor contra los presos coreanos, al quitarle esos partidos , pudo avanzar de ronda , dejando a los Uzbekos por fuera. ¿Una selección que se le enfría el pecho en los momentos importantes y que necesita el peor golpe de su historia para iniciar un proyecto? Mmmmmm no sé por qué se me viene Inglaterra, Canadá y Colombia a la cabeza.

Nos pasamos un poco de largo, porque el momento clave no fue en 2022, sino en 2017 con la llegada de Shavkat Mirziyoyev a la presidencia (2016): Lo primero que hizo fue purgar la federación de fútbol, produjo un relevo completo en la cúpula dirigencial que prometía una limpieza administrativa profunda y cambios estructurales. La reestructuración de la competición doméstica fue una de las primeras reformas visibles. En 2018, la tradicional Oliy Liga se transformó en la Superliga de Uzbekistán, reduciendo de 16 a 12 equipos y adoptando un formato innovador: tras dos vueltas completas, los seis primeros compiten por el título mientras los restantes luchan por la permanencia. Esta concentración de partidos decisivos elevó la competitividad y el nivel técnico, al tiempo que se implementaron estándares profesionales más exigentes para las licencias de clubes de hasta la tercera división. A su vez crearon nuevos equipos en puntos específicos del país para hacerlo más federal y trajeron patrocinadores importantes como Pepsi o Coca-Cola.

Lo curioso de todo esto, son los entes que  manejan los hilos. Uno podría creer que son exfutbolistas, empresarios o dirigentes deportivos, pero no… El ministerio de defensa es el  responsable de la federación de futbol porque lo entienden como un asunto de estado, una herramienta geopolítica que les permita destacar. No por nada, entre 2019 y 2024 invirtieron  500 millones de dólares en desarrollo futbolístico, como la  creación de un Fondo de Apoyo al Fútbol, programas de “Fútbol en las Escuelas” y la responsabilización de gobernadores regionales en el desarrollo futbolístico local, acompañado de reformas significativas, como el Decreto Presidencial N° UP-5887 de diciembre de 2019 que  estableció la “Concepción de desarrollo del fútbol hasta 2030”, fijando metas ambiciosas: situar a la selección entre las 50 mejores del ranking FIFA, lograr que el 5% de la población practique fútbol regularmente y crear 14 escuelas de fútbol de élite distribuidas por todo el país. La construcción del nuevo Estadio Nacional (34.000 espectadores) y la creación de centros regionales de formación materializaron esta visión estratégica para albergar torneos internacionales en el futuro. A simple vista parece un montón de plata, pero nosotros podemos conseguirlos fácilmente: Venezuela cuenta con una  increíble infraestructura de exportación en el sector agrícola premium por el que nos pagarían 50 millones de dólares en plátano maduro, pero nunca verde, ese no es de calidad.

La apuesta por entrenadores extranjeros de primer nivel complementó las reformas internas. Técnicos como el argentino Héctor Cúper y el esloveno Srečko Katanec aportaron experiencia internacional, mientras que la formación de entrenadores locales se intensificó mediante cursos regulares para licencias “Pro” y “A” asiáticas. Esta combinación de conocimiento foráneo y capacitación nacional buscaba crear una identidad futbolística uzbeka propia, basada en las fortalezas históricas del país: jugadores técnicos, disciplinados y con gran espíritu de lucha. Todo esto fue una formalización de algo que ya se venía construyendo desde las canteras: El logro más significativo llegó en 2018, cuando la selección Sub-23 se proclamó campeona de Asia en China, desplegando un fútbol brillante que incluyó victorias 4-0 ante Japón en cuartos de final y 4-1 ante Corea del Sur en semifinales, antes de vencer a Vietnam en una final disputada bajo la nieve. Aquel título confirmó la eficacia del nuevo modelo formativo y proporcionó una base sólida para la selección absoluta: varios integrantes de esa generación dorada pasaron a nutrir el plantel que finalmente lograría la clasificación mundialista en 2025.

Uzbekistán siempre tuvo talento, pero le falta ese orden institucional. Esto se reflejó en los mundiales juveniles, donde alcanzaron los cuartos de final en las Copas del Mundo Sub-20 de 2013 y 2015, convirtiéndose en la primera nación de Asia Central en lograr ese avance en una competición FIFA de ese nivel. Estas actuaciones no solo llenaron de orgullo al país, sino que expusieron a los jóvenes talentos uzbekos ante observadores internacionales, facilitando su posterior exportación a ligas extranjeras. La mejora en la formación se reflejó también en la calidad individual de los futbolistas: Eldor Shomurodov se convirtió en 2020 en el primer uzbeko en jugar en la Serie A italiana, militando en la Roma, mientras que Abdukodir Khusanov llegó al Manchester City de la Premier League. Esta exportación de talento a ligas de primer nivel europeo, impensable dos décadas atrás, validó internacionalmente el progreso del fútbol uzbeko al posicionarse en el puesto 57 del ranking FIFA (el mejor de su historia) y concretar su transformación de presa a depredador en el continente asiático.

¿Qué necesita Venezuela?

En este proceso de aprendizaje, Uzbekistán es un ejemplo de un proyecto a largo plazo empezando por las bases. Con este ejemplo no quiero decir que tenemos que politizar el fútbol, todo lo contrario, mientras más lejos, mejor. Ellos lo usaron como política de Estado, si nosotros lo hacemos terminamos en la cuarta categoría de Tanzania , pero si debemos copiar las consecuencias que trajeron sus iniciativas , apostar por un proyecto a futuro , no por un mundial.

Es evidente que la federación debe empezar con iniciativas en las canteras. Yo propongo hacer campos de concentración como los de Alemania en su época dorada del siglo 20 para mejorar la raza, hacer campos de entrenamientos en distintas zonas de Venezuela que sirvan de filtros para captar talento y hacer un estilo NBA, donde los clubes, después de filtrar a lo mejor de lo mejor en la mayor cantidad de zonas posibles, puedan elegir sus picks para terminar de pulir una joya en bruto, que sea financiada por la federación. Esa es la parte superficial de todo, la punta del iceberg, pero el problema no está ahí, sino en la capacitación. Venezuela crea una alta gama de buenos jugadores en categorías juveniles, se nota en los mundiales, preolímpicos, sudamericanos, etc. ,  aunque últimamente está costando un poco más de la cuenta, pero es necesario que haya una tecnificación física, técnica y táctica. El fútbol, en esencia, es la búsqueda de espacios. Si eso no se practica desde los 10 años, como si pasa en las potencias, no llegaremos a nada. Si a los 18 no tienes automatizados los movimientos, vas 10 años tarde en comparación del resto, es importante, la parte táctica no se practica y es lo que permite la adaptación rápida a los diferentes estilos de juego. Necesitamos sentar bases sólidas en la formación de futbolistas, que se potencien a un hipotético estilo de juego en la FUTVE, empezando por cursos por personas de recorrido internacional que sirvan para preparar a los entrenadores formadores.

Venezuela sí ha tenido una evolución en la cantera, no solo en la parte futbolística. El fútbol es cegado por poder y dinero y eso no cambiará, al menos por ahora, ya sea desde los altos cargos de los clubes o los que ponen a ciertos jugadores predilectos. Aún así, puedo decir de primera mano que se hizo un paso hacia delante, que nunca tuvo que haberse hecho, porque es un problema que nunca debió existir, pero que refleja una realidad extra futbolística. Pocos años atrás para entrar a un equipo o eras literalmente Messi o tenías que destrabar las palancas. Entre 2017-2018 formaba parte de la cantera de la UCV, la vieja, la que jugaba en segunda división. Deportivo La Guaira compró el club y nos botaron a todos los de abajo, incluso los del primer equipo. En su lugar, pusieron  a todos los que antes eran de Deportivo La Guaira en la UCV, con el que hoy se consagran como campeones de Venezuela, pero ese no es el problema. Después de que nos botaron nos dijeron para ir a las pruebas para quedar en el equipo, unas  pruebas que duraban 5 días. Al primer día, a todos nos dijeron que gracias por venir, a excepción de un portero (porque no tenían).Fue una prueba disfrazada, que cobra mayor relevancia cuando todos esos que jugaron conmigo en la UCV a los 2 años terminaron jugando nacional en Deportivo La Guaira, Metropolitanos, Deportivo  Miranda, etc. No sé qué pasó en el medio de esos años, pero hubo una mejora en las oportunidades que antes eran exclusivamente para unos pocos .Es algo que nos describe mucho más allá y que seguirá en ese camino, pero hay mayor cantidad de oportunidades que permiten sacar grandes canteranos, porque Venezuela sí produce talento.

La parte de las inferiores depende exponencialmente de las iniciativas que haga la federación para instalar las bases del futuro, pero eso es algo incierto, lleno de expectativas sin garantías , al igual que la liga FUTVE  que no se queda atrás ,pero debe ir por el mismo camino , pero más profundo. En las bases enseñar conceptos generales aplicados al juego, pero en la liga empezar a construir una filosofía. La federación debe hacer cursos y talleres para entrenadores que insten a jugar de una manera en específico, no obligarlos , ni imponer un estilo , porque no todos los equipos cuentan con los mismos recursos a nivel futbolístico , pero si capacitarlos preferentemente para jugar de esa manera en particular y encontrar su identidad y obviamente tiene que ser por personas capacitadas en el exterior que sean capaces de transmitir lo que se quiere jugar , formarlos para jugar así (ya lo explicare mas adelante) ,pero no obligarlos. Que cuenten con los recursos para cuando se necesiten.

Todas las selecciones reflejan lo que se juega en sus ligas. El fútbol alemán de intensidad , presión alta y tas perdida , el Calcio con un bloque defensivo sólido, desde que lo abandonaron siguen sin ir al mundial y reestructuraron su cuerpo técnico con ex jugadores , España , juego en el mediocampo , Inglaterra , es un caso aparte , pero por ahí van los tiros… Si Venezuela no encuentra una filosofía en la liga, no se puede transmitir a la selección. El bendito problema, en el mejor sentido de la palabra,  es que los jugadores se van temprano al exterior, es un arma de doble filo. A corto plazo es lo mejor, ya que la liga no brinda las condiciones para un desarrollo correcto de los jugadores, algo que ya he dicho que tiene que hacerse, pero por el otro,  a largo plazo , limita , aún más , el crecimiento de la liga , que nos termina condenando a la larga y en el hecho de que un jugador venezolano no pueda adquirir una parte del futve , aunque sea mínimo  , porque prácticamente no tiene tiempo ni de aprendizaje ni de adaptación,  es algo que se tiene que desarrollar y hasta que no cambie viviremos el mismo problema. Dicho esto, este es el mejor momento para crear este ecosistema dentro de la liga. Después del golpe de realidad, muchos venezolanos entienden que es necesaria una renovación, un proceso, no algo de la noche a la mañana y, a su vez, la vuelta de jugadores venezolanos importantes que militaron en el exterior es la clave para captar la atención del hincha y desarrollar la liga.

¿Cuál debería ser nuestra filosofía? Considerando nuestra materia prima, nuestra clave ha sido los centrales y los enganches. Parece antagónico, pero me parece la combinación perfecta. Con materia prima me refiero a los mejores jugadores que sacamos: Osorio, Ferraresi, Vizcarrondo, José Manuel Rey, Cichero (lateral/ central) y Savarino, Telasco, Arango .En líneas generales es lo que nos ha dado garantías. Yo me imagino un estilo Newcastle o Bourtmouth: Presión alta escalonada, marcaje hombre a hombre , un tanto riesgoso , pero hay que aprovechar la intensidad y la sangre latina (que tiene que aparecer) , pero con un valor agregado , salida con el balón desde atrás , atreviéndose a jugar y con una movilidad en el medio campo , propia de enganches móviles que no queden fijos en una posición para empezar a jugar , tener recursos desde atrás para salir jugando o tras una presión tras perdida , con un equipo que entienda de táctica para crear y destruir.

Ahora bien, para llegar ahí es un proceso y voy a sacar a la federación de la ecuación, centrándome únicamente en la vinotinto. Lo primero que necesitamos es un entrenador que no quiera ir a un mundial, ¿A qué voy con esto? Antes el proyecto se estaba construyendo por el techo, no había cimientos sólidos, ahora toca todo lo contario, empezar por el primer bloque desde abajo. Muchos venezolanos entienden que un proceso, pero otros quieren todo para ya, no sé de dónde salió esa mentalidad cuando no hemos logrado nada, pero no hay paciencia y el entrenador debe aguantar los linchamientos y confiar en el equipo. El primer aspecto a trabajar es la mentalidad, la táctica está bien en las bases, pero para empezar este nuevo ciclo, hay que tirar la pizarra. Si no hay cabeza, no hay nada. Con el “Bocha” no hubo un estancamiento, hubo un retroceso, los partidos de visitante se jugaban a buscar el 0-0 desde el inicio, nos infravalorábamos nosotros mismos y eso pesa en la cabeza, por eso se nota el nerviosismo y el miedo a jugar con el balón. Richard Páez lo decía en una entrevista: Conmigo, los jugadores creían que podían ganarle a cualquiera; y eso es lo que necesitamos, gente que se la crea y se atreva. Eso es un técnico que no brille en el juego, sino en las ganas, al menos para empezar. Puede parecer  algo básico, pero eso es de las cosas más complicadas que hay, es empezar de 0 en todo.

El nuevo proceso trae consigo un recambio generacional, donde deben estar involucrados una base de los jugadores preestablecidos que yo tengo bastante claro: Aramburu, Ferraresi, Osorio (si recupera el nivel), Yangel Herrera, Brujo Martínez, Telasco Segovia y Savarino, acompañado de la generación de relevo en el exterior y jugadores del Futve. Deben sembrar la filosofía de juego que ,  a mi parecer , debería ser la que comente antes por las fortalezas que tenemos y , a partir de ahí , podemos empezar a desarrollar un juego mucho más vistoso , pero tan solo cambiar lo que he dicho hasta ahora  tardara mínimo 2 ciclos mundialistas , es decir nuestro objetivo no es 2030  (por eso dije que el entrenador no debe querer ir al mundial , sino poner los primeros bloques del proyecto) , es 2034 con un proyecto sólido. Hacerlo más vistoso será cuando todas las piezas encajen donde corresponden y  para eso pasaran  décadas. La selección debe tener un papel crucial en el Futve, si la liga no se arregla desde adentro, la selección debe cumplir ese rol, sembrar la filosofía y que lo jugadores provenientes del Futve sean los encargados de retransmitirla de a poco. Esto en el caso de que la federación no se mueva para solidificar el proyecto, en caso contrario, la federación montara la base de la liga y la selección, con sus representantes de la liga empezaran a construir el techo, hasta encontrarse en un quinto piso en el que coexistan ambos modelos, porque de diferentes ángulos, trabajaran en el mismo edificio.

La generación del relevo pisa con fuerza y hay que cuidarla. El nuevo entrenador debe cuidar y mantener los procesos, eso incluye no borrar a los jóvenes. El “Bocha” convocó al “Tuti” Andrade por 2 fechas de eliminatorias, a David Martínez lo puso de titular en un partido contra Uruguay por la presión externa, a Milani , solo duró una fecha de eliminatoria… Ese no es el deber ser y mucho menos cuando tenías la última generación de los veteranos que los iban a ayudar a crecer. Hay que llevarlos con calma, sin presión y hacerlos partícipes de toda la eliminatoria. No significa que jueguen de titular, ni que lo hagan en todos los partidos, significa no apartarlos y prepararlos porque son los que vienen y necesitan aprender de la experiencia. El ejemplo más claro es Argentina, Mastantuono es un caso aparte porque es un proyecto ya consolidado y solo cambian una ficha, yo voy más atrás con Thiago Almada: jugaba en el Atlanta United y siempre fue considerado en la selección, no jugaba pero seguía siendo convocado. Es campeón del mundo y no recuerdo un solo minuto de él, pero estuvo ahí, lo llevaron y lo fueron puliendo de a poco. Pasó por el Botafogo, Lyon y cada vez jugaba un poquito más, hasta que hoy es el recambio en la posición de enganche y jugó de titular en las últimas fechas de eliminatorias. Hay que respetar los procesos, porque repito, es a largo plazo y debes sembrar las semillas para que recoger los frutos en el futuro.

Por último, está pasando algo importantísimo, de manera orgánica. Se está creando un ecosistema futbolístico  de aquellos que ya vivieron en sangre propia lo que es ser Vinotinto. Cichero con su academia de tecnificación , Mikufedor ,Arango y José Manuel Rey con un podcast , Vizcarrondo como entrenador de la sub-17 , Aristiguieta y Maldonado como entrenadores en primera división. Cada uno de los que formaron parte de esta historia , están apoyando en la construcción , no solo del ecosistema , sino de una cultura futbolística escasa en el país , es algo que ocurre afuera y que era necesario porque saben lo que hace falta para llegar , porque aprendieron desde los errores y es algo que se tiene que seguir retroalimentando para llegar a donde queremos , todo está en las bases , sino cambian los cimientos , podrás tener muros de mármol que se derrumben en un primer temblor. Es el momento perfecto para volver a empezar, pero todas las piezas que tienen que responder al mismo objetivo, incluyendo a la prensa, pero eso es un tema aparte.

Santiago Hueck para Caiga Quien Caiga

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