EDITORIAL: EL PODER EMBRIAGA.
Èste es un mal propio de los países donde los ciudadanos son tolerantes a los abusos del ejercicio del poder de los gobernantes que llegan a ocupar cargos públicos.
Sus manifestaciones son grotescas e incluso llegan a ser peor de sus antecesores a quienes le cuestionaban sus actuaciones.
Llegan a cerrar restaurantes y bares para su uso personal, andar con escoltas y choferes, nepotismos, comprar nuevas viviendas y vehículos, compras y entregar contratos sin licitaciones abiertas son un “modus operandi” en instituciones municipales y regionales.
Vale la pena haber cambiado un partido por otro en la dirección de gobierno?
Las elecciones regionales y municipales han ayudado a la imagen de la democracia más hacia el exterior que en el país, pero poco o nada ha ayudado a minimizar la crisis de nuestra gente. Los lectores saben a quienes estamos “dibujando” en este editorial.
Nunca vamos a ser cómplices de la mediocridad y corrupción de los funcionarios públicos, quienes de paso son empleados de los ciudadanos pero actúan como virreyes.
El poder embriaga y con estos liderazgos nadie garantiza que en Venezuela podamos reinventar la democracia para sustituir este modelo autocrático por el federal donde reine la justicia, derechos humanos y las libertades integrales.
Habrán políticos de probada conducta ética y perfil de estadistas, que puedan en vez de ser embriagados por el poder tener hambre de poder para en vez de servirse tener vocación de servir y cambiar el país? En Claro que los hay!
Vamos a motivarlos para que pongan su nombre y corazón al servicio de la Nación.
Carlos Alaimo
Presidente-Editor 17-7-2022
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