Indira Urbaneja, analista política y directora de la ONG Reunificados, adelantó -este miércoles- que dejar a Venezuela sin diésel es un acto cruel e inhumano que debe ser valorado como delito de lesa humanidad, esto ante el riesgo que las petroleras internacionales que proveen de este combustible al país mediante un intercambio o trueque de crudo venezolano (swap), puedan dejar de hacerlo al recibir la orden ejecutiva de la OFAC.
«Hasta ahora no existe un pronunciamiento firme, pero algunos importantes portales como Argus, están dando por hecho que esto pudiera ocurrir antes de las elecciones norteamericanas el 3 de noviembre», alertó con preocupación la activista.
Urbaneja cuestionó que grupos políticos, dentro y fuera de Venezuela, -convencidos de que infligir mayor sufrimiento al pueblo ayudaría a derrocar a Nicolás Maduro- insistan en hacer presión para que Estados Unidos termine de sancionar el intercambio de diésel por crudo venezolano, hasta ahora exento de las sanciones petroleras por razones humanitarias.
«Es una forma inhumana de hacer política» Sobre este particular, la promotora de la iniciativa que apuesta al entendimiento nacional en función de la gente, destacó que aunque 80% de los ciudadanos quieran cambios en el país, aun así no se puede justificar un colapso total.
«Efectivamente nuestra situación no proviene de las sanciones, pero las acciones de la OFAC que se dirigen directo al corazón del país, no las personales, han sido un potente catalizador para acelerar el drama y la crisis compleja que ya teníamos», reflexionó.
Urbaneja planteó al respecto que la administración Trump tiene que escoger entre terminar o continuar su gestión con un mejor acercamiento a la realidad venezolana, o manchado con la carga de haber impuesto más dolor a los venezolanos. «Esta acción definitivamente no es contra Maduro, esto va directo a los venezolanos», ahondó.
Agregó que entre las consecuencias más visibles de esta medida estarían: la paralización del transporte público; el transporte de alimentos; el transporte de los pocos insumos humanitarios que se mueven por el país; la producción y el transporte de gas metano para cocinar. También enumeró que se paralizarían importantes termoeléctricas agudizando nuestro grave problema del servicio eléctrico; al tiempo que se reduciría la producción de crudo hasta desaparecer.
«Nos encontramos en medio de la pandemia del COVID-19 que ya se ha desbordado, esto potencia el carácter inhumano de esta acción. Para quienes dicen que esto es un dolor necesario para salir del chavismo y de Maduro, siento que me hablan de rescatar a una persona de su maltratador, pero en el proceso de rescate se le infligen golpes y dolores al rehén hasta llegar a un punto donde no sabes si morirá por su captor o por el rescatista», agregó.
Antes de finalizar, la portavoz venezolana hizo un llamado al presidente de EE.UU, Donald Trump, para que no se deje engañar más por los lobbies cubano-americanos que lo han llevado a este fracaso tanto con Venezuela como con Cuba. Replicó además su petición al Congreso y el Senado norteamericano, de no permitir lo que calificó como una aberración humanitaria.
Además precisó que en los próximos días elevará comunicaciones a la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet; al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres; y al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro; para que intervengan en esta situación.
Sobre el mismo tema hizo un llamado a las organizaciones de derechos humanos internacionales y nacionales, activistas, líderes, y a la sociedad civil; a unir esfuerzos en favor de los venezolanos.
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