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Cadenas, cadenas y nada de soluciones Por Marlon Jiménez García

Las cadenas de radio, TV y en todas las redes sociales y hasta debajo de las piedras que, realiza el URSUPADOR3 de manera continuada, y casi eterna, no están dando, ni darán, los resultados que ellos esperan. La razón es que es imposible seguir, luego de 25 años ininterrumpidos  engañando al pueblo venezolano. En tiempo pasado, un porcentaje de la población tenía esperanza en el “comandante eternamente enterrado”; éste se encadenaba también constantemente y al principio lo escuchaban hasta que se hartaron de sus mentiras y sandeces y comenzaron a mellar de manera cuantitativa su popularidad. Hoy, el descalabro del régimen pro-cubano es impresionante; la credibilidad del USURPADOR y de sus acólitos está por el suelo; la población se cansó también de las mentiras y del abuso del poder. Estas cadenas son repetitivas, más de lo mismo; todos los días promete y promete planes y “ninguno” produce efectos tangibles en la mejora de la calidad de vida, por el contrario, generan más angustia y desesperación, causando, sin parar, la “huida” hacia otras fronteras, sobre todo, de la juventud y de la gran mayoría de los profesionales.

En esas cadenas, el USURPADOR demuestra su absoluto rechazo al pluralismo político, al sentido valorativo de la democracia, plasmados en la CN y atiza el odio entre los venezolanos. Esas cadenas fastidiosas se convierten en un atentado contra la inteligencia humana; éstas originan espacios para creer que realmente él tiene problemas serios en su salud mental.

Los ministros y los entes que dirigen los demás poderes del Estado reciben las más disparatadas y disímiles órdenes de ejecución de tareas, que ciertamente, demuestran la incapacidad intelectual y la intolerancia de su “comandante en jefe”.

En estas cadenas, el “verbo procaz” utilizado es devastador para la ética y la moral de la sociedad en general y ello contribuye al deterioro de su imagen a lo interno y también a lo externo. No es un lenguaje de un gobernante, es el lenguaje utilizado por un guapetón de barrio o por un sicario más de una banda de malhechores, donde brilla la vulgaridad y la maledicencia.

El pueblo está padeciendo de manera grave problemas de hambre, de salud, de carencia de medicinas, de ausencia de agua, de electricidad (apagones viscerales diarios de 8 hrs y más, bajones las 24 hrs del día), de salarios infinitamente anti humanos, contrarios a la Declaración Universal de los DD.HH. de la O.N.U (salario mínimo mensual de 0,89$), de una inflación agonizante no solo de los bolsillos de los venezolanos, sino también de su decreciente espiritualidad y la violación en flagrancia de 344/350 artículos de la CN. Hay dos Venezuela, una privilegiada a nivel de reyes y príncipes y a su conversión de genero, conformada por los enchufados (5%) de la población y el resto, de venezolanos que luchan por sobrevivir, con la frente en alto, pero minimizada por la cruenta violencia generada contra ellos por las fuerzas militares, policiales y colectivos del propio Estado y además, acentuada por la relación poder – mafia (cívica-militar) que se roba las elecciones descaradamente para sostenerse ilegalmente en el poder y acaba con la democracia (pa` sus cojones), socavando las bases institucionales y morales de la sociedad y del Estado y pare Ud de contar.

A pesar de este desmadre, el USURPADOR se encadena para hablar paja, paja y paja y no dice, absolutamente nada, de “cuándo y cómo se van a resolver estos problemas que nos hacen la vida de cuadritos” y que nos llevan inexorablemente a la muerte.

La muerte, no puede ser la filosofía de acción de un gobierno en cualquier parte del mundo; en Venezuela lo es; de allí la necesidad de cambios para consolidar a la “vida” como un deseo insoslayable de desarrollo y de progreso.  Lo cierto, es que al USURPADOR y su régimen en el stricto sensu, representan un atentado contra lo axiológico de la sociedad. La justicia debe llegar por las inescrupulosas e indebidas  acciones del régimen a lo interno y a lo externo. Ante esta insolente gestión, tenemos el sagrado deber de decir ¡basta ya!. Aplícale el art 350 de la CN a tanta paja, paja y paja.

Profesor Universitario

Marlons.jimenez55@gmail.com

@marlonj03650037

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