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#ESPAÑA Cien días, cien escándalos y “caiga quien caiga”. Carlos Solchaga ¡Presente! Por Antonio de la Torre

“Cada día se hace más presente lo que dijo Carlos Solchaga cuando era ministro con González: España es el país donde es más fácil hacerse rico en menos tiempo

Se cumplía a principios de semana ese plazo que siempre me pareció una estupidez de los “cien días de gracia” al gobierno entrante, que todavía me lo parece más cuando hay continuidad de color y, especialmente, en este caso, en el que, los que siguen, nos han “regalado” ya, más de cinco años de desgracia.

Un ciclo que, durante la semana pasada, parece que abrió un hilo de esperanza de que pueda estar llegando a su fin. Y, como no, la de siempre, Isabel Díaz Ayuso, el azote sanchista y mejor activo sin duda del Partido Popular, no perdió la ocasión para sacar un documento , que recomiendo leer, sobre los cien escándalos que esta banda de presuntos delincuentes ha dejado en este periodo de su tercer centenario.

Ya tuvo uno a su llegada, tras la “morcillera” moción de censura; un segundo después de repetir elecciones en 2019 y, todavía, quiere estirar la “gracia” por tercera vez. Pero es que ni siquiera en el caso de que llegue un gobierno de distinto color, me parece lógico ese periodo de “gracia”.

Porque, un partido de oposición que se precie, debe tener conformado un “gobierno” paralelo en la sombra que le permita saber lo más certeramente posible lo que se va a encontrar a su llegada y, no en cien, sino en menos de treinta, poner en marcha todo lo que debiera mejorar el desastre heredado.

Pero no lo hizo José Mª Aznar con lo principal que debió arreglar, aparte de la ruinosa situación económica y de política exterior le dejó Felipe González, corrupción política y económica manifiestas, ni, mucho menos, Mariano Rajoy, al que le dimos una aplastante mayoría absoluta, municipal, autonómica y nacional, para que hiciera lo propio con la herencia de José Luis Rodríguez Zapatero al que, en vez de llevarlo al banquillo, le concedió el Collar de la Real Orden de Isabel la Católica que, por mucho que sea costumbre, supongo que, de haberlo sabido, se habría removido en su tumba.

Pero, dicho lo dicho, dejemos ese tema que no es la primera vez que toco y vayamos al meollo de lo que ha sido una esperpéntica semana, una más en la serie sanchista.

No hay que ser adivino para saber que me refiero a lo que empezó como un supuesto caso de corrupción de un hasta entonces casi desconocido Koldo García, asesor del que fuera secretario de Organización del Partido Socialista (antes) Obrero (y nunca muy) Español –más allá de lo toponímico–, y hombre fuerte y de total confianza de Pedro Antonio Narciso Felónez, que lo hizo ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana de España –no sé en qué consistiría esta tercera responsabilidad–, José Luis Ábalos, que hace diez días se sorprendía ante la pregunta de los periodistas 

“…me he quedado estupefacto con esto”, y trataba de poner distancia así en su relación con su chico para todo: “Hasta donde yo sé, tenía una vida muy normalita y es que… me cuesta creerlo”, algo que destroza la foto del 10 de enero último, compartiendo mesa en  la marisquería La Chalana –ese amor izquierda/marisco sería también digno de análisis–.

Y, lo que el entorno sanchista hubiera querido que se quedara en una simple Koldosfera –utilizando la terminología que, para los fachas, se inventó la mercadotecnia de la Moncloa, que no es muy del agrado de alguno de mis lectores, pero que resume bien esas organizaciones–, se transformó esta semana en Abalosfera, después de conocerse su aparición como “intermediario” en el sumario de la Audiencia Nacional y va camino de convertirse en Sanchosfera con todo lo sabido esta semana y la extensión a su otra beneficiada digital, la “tercera autoridad del Estado”, Paquita Armengol, varios ministerios, y sus representantes regionales en Cataluña, Salvador Illa, y Canarias, Víctor Ángel Torres, expresidente insular y premiado con el ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática de España.

Algo que no cabe duda de que ha sembrado un gran nerviosismo en toda la banda de corifeos que han salido al quite del amado Lidl, que me parece cada día más complicado. Así, la “docta” portavoz del gobierno, Pilar Alegría, increíblemente ministra de Educación, se lucía así: 

“Este gobierno llegó con el máximo compromiso por la lucha contra la corrupción. Tolerancia cero ante la corrupción y ante los corruptos, sean quienes sean” –debió haber dicho mejor, llegó manipulando un caso de corrupción, muy menor al lado de lo que se va conociendo–.

Claro que había que corear como correspondía a su showman Fray Perico el Transparente, que se dirigía así a su parroquia en el mitin semanal y marcaba el guion: 

“Este gobierno llegó con el máximo compromiso por la lucha contra la corrupción” –esa fue la excusa para su moción a partir de la morcilla que antes decía en la sentencia de su amigo José Ricardo de Prada–. 

“Esa lucha contra la corrupción ha de ser implacable, venga de donde venga y caiga quien caiga. Transparencia absoluta hoy y el que la hace, la paga”.

Y no podía faltar la nueva oportunidad de callar de mi “admirada” Marisú Montero, hoy número dos orgánica de todo, a la que la intermediación antes citada dejaba pronto en ridículo: 

“Parece que no hay ningún tipo de reproche penal o de delito al señor Ábalos y, por tanto, le corresponde a él tomar cualquier decisión en este sentido. Yo sé lo que yo haría”.

Dejó “a huevo” la pregunta ¿Qué haría usted?, que no se atrevió a responder. ¿Lo que hizo en el caso de los ERE de Andalucía? Es decir, ¿NADA y patada a seguir? 

De momento, el brindis –ultimátum de 24 horas, lo calificaron algunos– que el partido hizo a su nuevo presunto delincuente intermediador, veremos si algo más, se resolvió como no creo que quisiera su autócrata líder y cotorras allegadas.

No estuvo tampoco muy acertada al respecto la nueva portavoz del partido, Esther Peña

“Sabemos que José Luis Ábalos no está investigado ni imputado ni su nombre figura en la investigación que todos ustedes conocen. No nos erigimos en jueces, no somos fiscales –nos conformamos con ¿Quién manda en la fiscalía?, le faltó decir– pero a pesar de todo, la comisión ejecutiva federal, considera que sí existe una responsabilidad política. No tengo ninguna duda que José Luis Ábalos actuará en consecuencia por este bien mayor que es el Partido Socialista Obrero Español”.

Si bien era evidente que Ábalos tenía que renunciar a seguir presidiendo la Comisión de Interior (1.600€ del ala), máxime cuando en la sesión de este miércoles se iba a tratar el tema de la corrupción, no estaba claro que renunciara al escaño doblemente protector –bolsillo y aforamiento– y optó por engrosar el ya muy poblado Grupo Mixto, sobre el que circula algún meme que representa con gracia al recién llegado.

Tomado de:

https://lapaseata.net/2024/03/03/cien-dias-cien-escandalos-y-caiga-quien-caiga/

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