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Espeluznante Reportaje sobre padres asesinos de sus hijos en la Guajira y Municipio Mara

Bancamiga

Ocurrió en Mara y en Guajira. La vida de dos niñas recién comenzaba, pero tan solo diez meses transcurrieron desde su nacimiento cuando fueron cruelmente abusadas por sus propios padres hasta el punto de morir a causa de la gravedad de las lesiones que les causaron. Los expertos hablan sobre estos hechos

Dos hechos atroces han conmocionado a los zulianos en el último mes, dos crímenes similares que ocurrieron en zonas poco distantes entre sí de esta entidad.

Se trata de la muerte de dos infantes de tan solo diez meses de nacidas que fueron violadas y maltratadas por sus propios progenitores en los municipios Guajira y Mara, además del abuso sexual que sufrieron otros dos pequeños de cinco y tres años, hermanitos de la primera víctima.

Los seres que por naturaleza debían brindarle resguardo, amor y protección a estas criaturas, terminaron causándoles daño hasta acabar con sus vidas.

¿Quién los protege?

Luis Jiménez, presidente del Consejo de Derechos del Niño, Niña y Adolescente del municipio Maracaibo, nos da su opinión como experto en materia de atención y protección al menor. El profesional asegura que, por naturaleza, desde su concepción, el ser humano ya es sujeto de derecho y que, en este tipo de casos, el primer derecho que se vulnera en el infante es el derecho a una vida libre de violencia.

De igual manera indica que, cuando ocurren este tipo de situaciones, en casos extremos y atroces, estos son remitidos directamente al Ministerio Público donde, finalmente, será un juez quien determine responsabilidades y emita las sanciones correspondientes,  ya que esta es la institución encargada del área penal al igual que los tribunales; mientras que la competencia de los órganos administrativos, como el que representa, intervienen en hechos donde los menores afectados requieren una medida de protección, como por ejemplo, ser alejados inmediatamente del entorno familiar o del ambiente donde están padeciendo abuso.

Aclara el especialista que, en los sucesos planteados, evidentemente se violó la integridad de las lactantes y también la de los otros dos infantes involucrados en el primer caso, y destaca que el artículo 33 de la LOPNNA establece que «Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a ser protegidos y protegidas contra cualquier forma de abuso y explotación sexual».

Luis Jiménez, director del Consejo de Derechos del Niño, Niña y Adolescente del municipio Maracaibo

La intervención oportuna hace la diferencia

El consejo de protección es un órgano de atención permanente, afirma Jiménez, quien agrega que para evitar este tipo de acontecimientos donde la integridad de los niños, niñas y adolescentes se encuentra en riesgo, el ente busca realizar campañas de prevención y educación, asimismo desarrolla planes de fortalecimiento para la familia, «el objetivo es concienciar y preparar a la colectividad para que aprendan a identificar este tipo de problemas a tiempo, y para que entiendan que cuando vean situaciones irregulares de este tipo deben denunciarlo ante los organismos correspondientes de forma inmediata» acota.

Los especialistas que hacen parte del equipo multidisciplinario de este organismo aseguran además que a los menores que resultan afectados en estos hechos deplorables, como en todos los demás casos, se les brinda atención inmediata, entre ello se les ofrece atención psicológica «no solo al infante o adolescente, sino también a la familia» explica el vocero.

«El objetivo es prevenir, educar a la sociedad, a las escuelas, enseñarlos a como detectar el abuso. Hay programas que trabajan con los niños, niñas y adolescentes para enseñarles a evitar ser abusados, aclarando además que cuando se habla de abuso sexual, no solo se trata del contacto físico, pues hay muchos tipos de abuso sexual, un ejemplo de ello sería cuando se le muestran fotos o videos para adultos a un menor, con insinuaciones inapropiadas» dicen los profesionales en el área de atención a la infancia y adolescencia.

Perspectiva psicológica

Por su parte, la doctora Deysi Afanador, psicóloga clínica, especialista en familias, asegura que este tipo de actuaciones se trata de una desviación del comportamiento, «estas personas en su mayoría tienen sentimientos de rabia, de enojo, de odio y lo descargan contra los inocentes, pero esto demuestra que no están en condiciones, que su mente no está sana y que se trata de personas que no están facultadas para ejercer el rol de padre, pues no tienen buena salud mental» aseveró la experta durante una entrevista concedida .

En cuanto a la participación de la mujer, de la madre, en este tipo de sucesos, Afanador indica que «muchas veces ocurre que la mujer, la progenitora, calla por miedo, casi siempre es por miedo, porque para ellas el hombre es el proveedor y teme quedar en la calle, prefiriendo retener a esa persona a su lado, aún y cuando le está haciendo un daño moral y físico a un ser querido» explica la psicóloga.

No obstante, Afanador indica que lo preocupante de estos casos es que, al parecer, se trata de un patrón que se está repitiendo en esta comunidad, lo que, a decir de la profesional, significaría que esta área donde está ocurriendo el problema, necesita una intervención psicológica comunitaria para la prevención de estos problemas a futuro.

La especialista aclara que el origen o las causas de los dos crímenes suscitados en Guajira y Mara, quizás no sean las mismas, aunque los resultados sean similares, por lo que no es posible emitir juicio de opinión sobre un perfil psicológico específico de los perpetradores de ambos hechos sin antes haberlos evaluado.

Las secuelas quedan para siempre

«La educación es el camino. En el país actualmente tenemos muchos problemas de salud mental y para eso precisamente son los programas que estamos desarrollando, para orientar al rescate de la salud mental, de lo que es correcto, de lo que es conveniente y en este tipo de situaciones los niños perjudicados reciben ayuda, pero los adultos que los forman también deben recibir tratamiento, porque si estos tienen un daño en su mente seguirá siendo más de lo mismo» asi lo refiere la doctora, quien a su vez refuerza lo expuesto por los representantes del organismo en materia de menores, al decir que estas autoridades deben aplicar medidas estrictas como retirar al niño del abusador, en primera instancia.

Al ser consultada sobre si un infante que sufre algún daño como los ocurridos en los casos mencionados, puede tener una vida normal o no, la psicóloga afirma que «un niño que es expuesto a estos abusos, si es rescatado a tiempo, necesita de un buen tratamiento y puede sanarse de todo el daño recibido. Si puede rehacer su vida, pero para ello necesita mucho apoyo, para poderlo lograr» asegura.

Afanador culmina diciendo que “un niño que padece estos maltratos es un niño que va a estar triste, va a llorar con frecuencia, va a estar aislado, no va a confiar en nadie, son muchas las repercusiones, y esto que ha ocurrido con las dos bebés y con los otros dos menores, indica que en esa población hay falta de valores, de creencias, por lo que hay que ir a la base para identificar de dónde viene el problema. Sin embargo, esas personas que infringen un daño de tal magnitud a un niño y lo siguen haciendo, claramente presentan características de una psicopatía”.

¡Al calabozo!

Los progenitores de las dos bebés fallecidas que fueron abusadas sexualmente y maltratadas por éstos,  permanecen recluidos en los calabozos de la sede de la sub delegación Paraguaipoa del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), organismo que llevó a cabo la detención de los señalados.

Fuentes oficiales de la policía científica aseguran que tras ser llevados bajo custodia hasta la sede policial, los señalados como responsables no mostraron gestos de arrepentimiento alguno o sentido de culpabilidad.

Expertos explican que este comportamiento quizás se debe a que la población donde ocurrieron estas atrocidades, son personas que desconocen de leyes y están alejados de la realidad, donde muchas veces ven estas aberraciones como algo ‘normal’ sin tener una clara percepción del nivel del daño que están cometiendo contra un infante. No diferencian entre lo que está bien y lo que está fuera de lugar, como este tipo de acciones que atentan contra la humanidad de seres indefensos y van contra la ley.

Padres de la menor que murió en Guajira tras sufrir abusos

En contexto

El pasado 21 de enero, una criatura de tan solo diez meses de nacida, falleció en el Hospital Universitario de Maracaibo tras ser remitida desde el Hospital Binacional II de Paraguaipoa. Según el parte médico, la menor presentaba lesiones graves en sus partes íntimas, además de estar desnutrida.

Posteriormente, el informe forense reveló que la bebé presentaba signos de violación recientes y de vieja data, siendo su padre biológico el responsable de causarles este daño, tal y como lo diera a conocer el comisario Douglas Rico a través de sus redes sociales.

Lo aberrante de esta historia no termina allí, los funcionarios del CICPC , sudelegación Paraguaipoa, lograron rescatar a otros dos menores de cinco y tres años de edad, también hijos de la pareja, a quienes llevaron ante las autoridades competentes en materias de menores tras descubrir que igualmente fueron víctimas de abuso por parte de su progenitor, con conocimiento de la madre.

Un mes después se repitió la tragedia

Un mes y seis días después esta terrible historia se repitió en la jurisdicción vecina, la pequeña víctima, de nombre Génesis Del Carmen González Polanco, fue llevada por su madre al hospital de El Moján el pasado viernes, 28 de febrero, al presentar quebrantos de salud y a las pocas horas de su ingreso falleció.

Funcionarios de la subdelegación del CICPC en Paraguaipoa, se trasladaron al referido hospital para iniciar las investigaciones y luego que la infante fue llevada a la morgue forense de Maracaibo para indagar las causas de su muerte, los patólogos determinaron que le habían introducido un objeto contundente, presuntamente un palo, por su órgano genital y el ano.

Una vez que los detectives descubrieron tan dantesco hecho, detuvieron a Nilfa Carolina Polanco González, madre de Génesis y a su pareja, padrastro de la niña, Henry Ramón Epiayú, de nacionalidad Colombiana.

Un parte policial revela además que ambos habitaban con la bebé en el sector Nueva Lucha II del municipio Mara y que la víctima presentaba violación anal de vieja data.

Al parecer la violación la habían consumado desde hace tiempo y la semana pasada, Génesis González comenzó a desmejorar su salud debido a su condición de desnutrición. Los médicos forenses al revisar el cadáver hallaron que presentaba una gran infección en su genital lo que le provocó un shock séptico.

El cadáver de la esta última aún permanece en la morgue de Maracaibo, sin dolientes.

Todo el peso de la ley

De este modo, voceros oficiales de la policía científica en el Zulia, revelaron a Noticia al Día que los responsables de estos crímenes fueron privados de libertad.

En el primer caso, el padre y la madre de la víctima fueron imputados por los delitos de infanticidio y abuso sexual (el hombre), mientras que la mujer fue sentenciada por complicidad necesaria.

A diferencia de éstos, en el segundo caso, suscitado un mes después, los victimarios fueron presentados este lunes, 2 de marzo, en el tribunal tercero de Maracaibo, donde fueron señalados como culpables por el delito de feminicidio, quizás porque acarrea una condena mayor que otros delitos contemplados en la ley de menores.

Los casos callados

Aunque parezca insólito, cifras estadísticas demuestran que la mayoría de estos abusos infantiles son cometidos por familiares directos, pero sucede que muchas personas no se atreven a denunciarlos porque se trata de consanguíneos o para evitar confrontaciones familiares, «prefieren perdonar» sin considerar las secuelas y el daño que esto genera en el menor. Se hacen públicos o se denuncian más los casos donde se hallan involucrados los padrastros precisamente porque no son familiar directo, según explican algunos especialistas.

Los primeros responsables de cuidar a los más inocentes son papá y mamá, pero este par de sucesos ocurridos en esta región demuestran que hay fallas graves en la sociedad, pero también está claro que la sociedad siempre va a rechazar y condenar eventos como estos.

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