Hoy vamos a sumergirnos en uno de los pensamientos económicos más fascinantes y revolucionarios; la Escuela Austríaca de Economía. Si alguna vez
Una vez te has preguntado por qué algunos países prosperan mientras otros se estancan o por qué las crisis económicas ocurren, estás en el lugar correcto.
En un mundo donde el intervencionismo estatal parece la norma, una corriente económica sigue defendiendo la libertad individual como pilar de la prosperidad.
Se trata de la Escuela Austriaca de Economía, una tradición intelectual nacida en Viena que desafía al pensamiento dominante y que, hoy más que nunca, vuelve a cobrar relevancia ante las crisis económicas causadas por el exceso de regulación, gasto público y manipulación monetaria.
La Escuela Austriaca surge en 1871 con la obra Principios de economía política de Carl Menger, quien rompe con la teoría del valor trabajo y propone una nueva idea revolucionaria: el valor es subjetivo.
Desde entonces, pensadores como Böhm-Bawerk, Mises, Hayek y Rothbard consolidaron una tradición que cuestiona los modelos centralizados y defiende la economía como una ciencia humana, no matemática.
¿Qué hace tan especial a esta escuela de pensamiento?
Para empezar, pone al individuo en el centro de todo. Mientras otras teorías económicas se centran en grandes números y estadísticas. Los austriacos entienden que cada decisión económica viene de personas reales como tú y yo.
Principios fundamentales:
Subjetivismo del valor:
El valor no está en las cosas, sino en cómo las perciben las personas. Lo que vale para uno, no puede valer para otro.
Acción humana (Praxeología):
Toda economía nace del estudio de las decisiones libres y racionales del ser humano. No es una ciencia natural, sino una ciencia de la acción.
Orden espontáneo:
El mercado no necesita ser diseñado. El libre intercambio entre individuos crea un orden natural más eficiente que cualquier planificación estatal.
Crítica al Estado:
La Escuela Austriaca rechaza el intervencionismo y el estatismo. Cada vez que el gobierno manipula precios, regula el mercado o imprime dinero, genera distorsiones, pobreza y crisis.
Ciclo económico:
El auge artificial impulsado por el crédito barato (creado por bancos centrales) inevitablemente lleva a una crisis. Esta es la teoría del ciclo económico austriaco.
Imagina por un momento que estás decidiendo comprar un café. Para la escuela austriaca. Esta simple decisión es parte de algo mucho más grande. Tu elección personal multiplicada por millones de personas tomando decisiones similares cada día, es lo que realmente mueve la economía. Uno de los conceptos más revolucionarios que introdujeron es el del tiempo en la economía.
Pensemos en esto. Cuando ahorras dinero para iniciar un negocio, estás sacrificando satisfacción inmediata por un beneficio futuro.
Los austriacos fueron los primeros en explicar detalladamente cómo este proceso de ahorro e inversión es fundamental para el crecimiento económico.
Ludwig von Mises, otro grande de esta escuela, nos enseñó algo crucial.
Los precios son información. Cuando ves el precio de algo subir o bajar, no es solo un número, es un mensaje que nos dice que necesita la sociedad y que no. Es como un sistema de comunicación increíblemente eficiente que coordina millones de decisiones individuales.
Friedrich Hayek, quien ganó el Premio Nobel de Economía, llevó estas ideas aún más lejos.
Se explicó por qué la planificación central de la economía está destinada al fracaso. Ningún grupo de planificadores, por más brillantes que sean, puede procesar toda la información que fluye naturalmente a través de los precios en un mercado libre. Pero la escuela austríaca no se trata solo de teoría económica, nos enseña lecciones prácticas que podemos aplicar en nuestra vida diaria.
Por ejemplo, nos ayuda a entender por qué ocurren las burbujas económicas y cómo podemos protegernos de ellas.
Una de las contribuciones más valiosas de esta escuela es su explicación del ciclo económico. ¿Te has preguntado por qué tenemos periodos de auge seguidos por crisis? Los austriacos tienen una respuesta.
Cuando los bancos centrales manipulan artificialmente las tasas de interés y los créditos (keynesianismo). Crean señales falsas que llevan a malas inversiones.
La escuela austríaca también nos muestra un camino hacia la prosperidad en respetar la propiedad privada, mantener la estabilidad monetaria y permitir que los emprendedores innoven libremente. Es un mensaje de optimismo cuando las personas son libres para perseguir sus sueños y cooperar voluntariamente.
La sociedad florece.
Lo fascinante es como estas ideas siguen siendo relevantes hoy en la era digital con criptomonedas y nuevos modelos de negocio. Los principios de la escuela austríaca nos ayudan a entender estos fenómenos mejor que nunca.
Otro aspecto fundamental es su visión sobre el papel del empresario.
Para los austriacos, el empresario no es solo alguien que busca beneficios, es un innovador descubre que oportunidades para servir mejor a los demás. Cada vez que alguien encuentra una forma más eficiente de hacer algo, está creando valor para la sociedad.
La escuela austríaca también nos enseña sobre la importancia de la competencia, pero no como una batalla donde uno gana y otro pierde, sino como un proceso de descubrimiento donde todos podemos beneficiarnos. Cuando las empresas compiten por servir mejor a sus clientes, todos ganamos. Y aquí está una de sus lecciones más importantes.
El progreso económico. No vienen de decretos gubernamentales, sino de millones de personas cooperando libremente, cada una aportando sus conocimientos únicos y creatividad.
En un mundo hastiado del estatismo, la Escuela Austriaca ha ganado seguidores entre empresarios, estudiantes y ciudadanos que entienden que el crecimiento no viene del gobierno, sino de la libertad individual.
En América Latina, esta escuela ha sido impulsada por figuras como Axel Kaiser, Agustín Laje, Gloria Álvarez y Javier Milei, que han enfrentado el discurso colectivista y estatista desde una visión liberal radical.
En tiempos de inflación descontrolada, deuda pública explosiva y crecimiento económico estancado, los principios de la Escuela Austriaca ofrecen respuestas que el keynesianismo y el socialismo no pueden dar. Su defensa del ahorro, del dinero sano y del mercado libre se convierte en una alternativa real ante el fracaso de los modelos intervencionistas.
La Escuela Austriaca no es una reliquia del pasado, sino una brújula moral y económica para el presente y el futuro.
En una época donde el poder político busca controlar cada aspecto de nuestras vidas, esta corriente nos recuerda una verdad esencial: la libertad económica es inseparable de la libertad humana.
La Escuela Austriaca no es solo una teoría económica, es una manera de ver el mundo que celebra la creatividad humana, la cooperación voluntaria y la libertad individual.
Gervis Medina
Abogado, criminólogo y escritor venezolano
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