CaigaQuienCaiga.net

#NoticiaEconomíaInternacionales

La gran pregunta: Donald Trump hereda una economía mejorada pero no perfecta: ¿podrá alcanzar ese alivio económico que tanto le prometió a los estadounidenses?

Here we go… again. Donald Trump llegó a la Casa Blanca con la intención de arreglar a Estados Unidos, pero a los estadounidenses lo único que les importa es que sus políticas les den alivio a sus bolsillos. Traducción: buscan tranquilidad financiera (que bajen los precios de los servicios básicos, alimentos y vivienda, por ejemplo).

Ajá, pero eso es más fácil decirlo que hacerlo y el escenario actual parece más un rompecabezas que otra cosa: una inflación que se ralentizó pero no del todo, precios energéticos que suben y bajan, y un mercado laboral tan fuerte que parece no haber recibido el memo de que las cosas deberían estar más tranquilas. ¿Y ahora? Todo está en sus manos.

Tres movimientos clave de Trump

Bajar las tasas de interés… de inmediato. Trump pidió que la Reserva Federal reduzca las tasas de interés ya, como si fuera un botón mágico que arregla todo. Esto podría abaratar los créditos y darle un empujón a la economía, pero la Fed no parece tan convencida.

Después de todo, reducirlas demasiado rápido podría deshacer el progreso logrado en controlar la inflación. Pero, ¿cuándo ha sido Trump de los que esperan?

Emergencia energética declarada. Trump promete reducir los costos de la energía a la mitad. Sí, leyeron bien, a la mitad. Para lograrlo, busca reactivar la producción nacional de petróleo y gas, sin importar si eso enfurece a ambientalistas o crea tensiones con países productores.

Mano dura en inmigración. El nuevo plan migratorio de Trump incluye deportaciones masivas que, según él, liberarán viviendas y bajarán costos. Pero los expertos advierten que podría desestabilizar sectores clave como la agricultura y la construcción, que dependen de trabajadores inmigrantes. ¿Resultado? Menos trabajadores, más costos y un efecto dominó difícil de predecir.

La economía que hereda: ¿una mina de oro o una bomba de tiempo?

Aunque Trump hereda una economía que ha mejorado notablemente tras la pandemia, no todo es color de rosa. La inflación está bajo control comparada con 2022, pero diciembre cerró con un 2,9%, lo que significa que aún hay curvas por delante. Algunos precios, como los alimentos y la energía, han vuelto a subir, y eso afecta directamente al bolsillo de las familias.

Por otro lado, el mercado laboral está en su mejor momento en décadas, con una tasa de participación en niveles históricos. Esto, aunque suena genial, también complica la tarea de reducir aún más la inflación, ya que una economía demasiado activa puede seguir presionando los precios al alza. En resumen, Trump no empieza desde cero, pero tendrá que ser más cuidadoso que nunca para no tirar todo por la borda.

Las grandes apuestas de Trump

El enfoque de Trump combina medidas populistas con decisiones económicas que parecen sacadas de un manual de alto riesgo. Por ejemplo:

Impuestos corporativos más bajos y desregulación. Su promesa de reducir impuestos a las empresas ha emocionado a los ejecutivos, pero los economistas advierten que podría aumentar el déficit. Además, el desmantelamiento de regulaciones ambientales y laborales puede generar beneficios a corto plazo, pero ¿a qué costo a largo plazo?

Política arancelaria agresiva. Trump ya dejó claro que quiere revisar los acuerdos comerciales y volver a imponer aranceles en algunas áreas. Esto podría generar tensiones internacionales y, paradójicamente, aumentar los costos para los consumidores.

Relación tensa con la Fed. Trump y Jerome Powell no son exactamente mejores amigos. Aunque Trump ha dicho que no buscará removerlo, es evidente que habrá conflictos. Si la Fed no cede a sus demandas de recortes rápidos de tasas, podríamos ver un enfrentamiento público que genere incertidumbre en los mercados.

¿Y el humor nacional?

Aunque Trump convenció a muchos de que él es la solución, la percepción de la economía sigue siendo negativa para millones de estadounidenses. La inflación mejora, pero no lo suficiente como para que se sienta en el día a día.

La mayoría de las personas juzgan la economía por cómo afecta su vida diaria, no por gráficos o estadísticas, y eso podría convertirse en un gran obstáculo para el nuevo gobierno.

Donald Trump tiene el control de una economía que está lejos de estar en crisis, pero también lejos de ser perfecta. Las tasas de interés, la inflación y el mercado laboral serán los grandes desafíos de su administración, mientras sus políticas de inmigración, energía e impuestos generan expectativas y temores por igual.

Ahora queda por ver si «Trump lo arreglará» será más que un eslogan de campaña o simplemente un meme político.

Tomado del Tiempo Latino

Comment here

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.