Las cacerolas en Caracas, la capital de Venezuela, aparecieron como un detonante inesperado y que rompe las reglas de la sociología moderna como expresión de inconformidad.
El último puesto fronterizo entre México y Estados Unidos vive desde hace semanas una crisis migratoria sin precedentes, con cientos de inmigrantes que pernoctan en sus calles y colapsan las endebles estructuras gubernamentales.
Por JOSÉ A. IGLESIAS | MARIO J. PENTON
Caracas vivió este martes su primer gran cacerolazo del año contra el Gobierno venezolano, intermitente y no homogéneo en todas las zonas de la capital, tras el anuncio hecho horas antes por la empresa estadounidense AT&T de que cerrará su negocio de televisión DIRECTV.
El ruido de las cacerolas fue particularmente intenso durante unos 20 minutos en el sector de Chacao, una zona tradicionalmente acomodada de Caracas y gran bastión opositor, en el que muchos vecinos se asomaron a las ventanas, y se escucharon petardos y gritos contra el presidente Nicolás Maduro.
Algunos caraqueños convocados a través de mensajes, y otros sorprendidos por el ruido de sus vecinos, comenzaron la protesta casi de forma simultánea con una declaración del vicepresidente de Comunicaciones, Jorge Rodríguez, acerca de la situación de COVID-19.
En el extremo oriental de Caracas, en la popular barriada de Petare, considerada como una de las mayores favelas de América Latina, el sonido de las cacerolas fue también muy fuerte, casi tanto como el los sectores que la circundan, según pudo constatar Efe.
Petare ha sido escenario las últimas semanas de duros combates entre las distintas pandillas en un aparente enfrentamiento por el control de la zona.
ESTADOS-UNIDOS
AT&T se retira del mercado de TV de paga en Venezuela
Al otro extremo de Caracas, en la también popular barriada de Catia, las cacerolas sonaron aunque de un modo mucho menos ensordecedor.
Catia es uno de los puntos fuertes del chavismo, en el que incluso residen muchos integrantes de “los colectivos”, grupos de simpatizantes del chavismo que actúan como parapolicías o paramilitares, según las denuncias de numerosos activistas de derechos humanos o Amnistía Internacional.
TAMBIÉN EN LOS BARRIOS DE CLASE MEDIA
Varios vídeos difundidos en redes sociales permiten ver que la protesta también adquirió fuerza en el sector conocido como El Paraíso, una zona habitada por la antigua clase media que viró de ser mayoritariamente chavista a simpatizar por la oposición de manera progresiva.
AT&T aseguró este martes en un comunicado que “las sanciones del Gobierno de Estados Unidos a Venezuela han prohibido la transmisión de los canales de Globovisión y PDVSA, los cuales se requieren bajo la licencia de DIRECTV para proporcionar el servicio de televisión de pago en Venezuela”.
Como consecuencia, la empresa señala que le resulta “imposible cumplir con los requisitos legales de los dos países” y por ello se ve obligada a cesar las operaciones de DIRECTV en Venezuela.
Según AT&T, la decisión -que tiene efecto inmediato- fue tomada por la directiva del grupo en Estados Unidos y en ella no tuvo participación o conocimiento previo del equipo de DIRECTV en Venezuela.
Con un pobre internet, escaso servicio de agua y cortes interrumpidos de luz, la televisión de pago, que tiene un coste casi simbólico en Venezuela, supone para muchos el único alivio con el que pasar el confinamiento para prevenir la pandemia de COVID-19.
Fuente El Nuevo Herald de Miami
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