El preso político más famoso del chavismo repasa todos los asuntos candentes de la actualidad venezolana.
Leopoldo López recibe a EL MUNDO en los jardines sevillanos de Villa Luisa, en un receso de la convención nacional del PP en la que acaba de participó el jueves. A poco más de un mes de las elecciones regionales en su país, el líder opositor venezolano lamenta que el Alto Representante europeo para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, haya decidido enviar una delegación comunitaria a unos comicios que López no considera “ni libres, ni transparentes, ni verificables”. Por eso pide encender “todas las alarmas” ante “el riesgo de que la UE legitime el fraude electoral en Venezuela”.
La UE ha anunciado una misión de observación a Venezuela previa a las elecciones del 21 de noviembre.
¿Le parece precipitado? Una misión de observación que baje los estándares y los niveles de observación que tiene Europa me parece un riesgo. Nicolás Maduro quiere la misión de observación de la UE para buscar una legitimidad en retroactivo. Aquí el problema está en que la elección planteada para Venezuela no es libre: los partidos han estado proscritos, expropiados y entregados a acólitos de la dictadura, hay cientos de personas inhabilitadas, no hay ningún control sobre el sistema electoral, no hay prensa libre ni comunicación libre, existen presos políticos…
¿Le parece que la UE puede legitimar o “blanquear” un fraude, como ha dicho Leopoldo López padre?
Yo creo que es un riesgo que está ahí. Y precisamente ante ese riesgo de legitimidad creo que hay que prender todas las alarmas, porque el corazón de la disputa no está en la elección, está en la legitimidad. Insisto, Maduro está buscando una legitimidad que no tiene, y yo creo que es muy peligroso que Europa se preste a eso. Pero ya que la decisión de mandar una misión de observación está tomada, hay que estar muy alerta en el desempeño de la misión, en la composición de quiénes son las personas que van a estar y que no se presten a una manipulación de la dictadura. Al relativizar el tamaño del problema, como ocurrió en el pasado muchas veces, se evita que se pueda buscar una solución a la dictadura.
¿Usted, personalmente, cree que la oposición debería presentarse a las elecciones del 21 de noviembre?
¿O cree que hacerlo es una manera de lavarle la cara a Maduro?
Mire, yo creo que es un evento que permite a los sectores democráticos de Venezuela luchar. Nos permite organizarnos, movilizarnos, hablar, articular, pero siempre en el entendido de que esto no son unas elecciones. Y lo segundo es que permite mantener una posición unitaria dentro de lo que es la lucha [de la oposición] en Venezuela.Pero ni usted ni Juan Guaidó abogaban por presentarse a estas elecciones y si lo hacen es porque así lo han apoyado las bases de su partido, Voluntad Popular,
¿no es cierto?
Bueno, es que precisamente es una oportunidad de poder recorrer el país, de poder organizarnos. No creo que esto sea una elección ni libre, ni transparente, ni verificable, y sólo creo que es una oportunidad de salir a las calles y que no se apague esa llama. Porque cuando ya han salido [al extranjero] más de seis millones de venezolanos y ha habido un proceso muy intenso de deterioro de las libertades en Venezuela, corremos el riesgo de que se apague la llama de la lucha por la libertad y la democracia y que lleguemos a una situación mucho más parecida a la que ha tenido Cuba durante estos últimos años, en donde simplemente no existe una alternativa.
¿Cómo se ha traducido el cambio de ministro de Exteriores de España en las relaciones con la oposición venezolana? Arancha González Laya tenía más interlocución con Capriles y parece que el nuevo ministro, José Manuel Albares, tiene más interlocución con Guaidó y con usted.
Yo espero que sea positivo. Yo tuve una reunión con el ministro Albares y fui muy claro al expresarle nuestra preocupación, como usted mismo menciona, por la política de la canciller anterior, que dividió a los sectores democráticos en Venezuela. Y eso, por supuesto, tuvo consecuencias lamentables en mi país. Yo espero que eso no ocurra [más], porque España es el país a través del cual se define la posición de Europa hacia Venezuela y América Latina.
¿Qué más le pidió usted al nuevo ministro de Exteriores? Le expresamos nuestra preocupación por una política que no fue acertada, en la gestión anterior. Y que para nosotros es fundamental que exista una articulación entre Europa desde España, pero con Colombia y con los Estados Unidos, porque son los países que más directamente están vinculados con el tema de Venezuela.
Su partido, Voluntad Popular, sigue incardinado en la Internacional Socialista, pero usted ha participado en la convención nacional del PP. ¿Cómo es su relación con la izquierda española?
Tengo una relación con diputados del PSOE y con el Gobierno. Fui recibido por el presidente Pedro Sánchez cuando llegué y tuvimos una muy buena reunión. Yo en lo personal estoy muy agradecido al presidente Sánchez por haberme permitido estar en la Embajada de España durante un año y medio, pero en lo político… con Exteriores y la política hacia Venezuela ha habido diferencias. Sí las hay. Y yo creo que España debe tener un liderazgo para que se pueda presionar en la dirección correcta, que es abrir la compuerta hacia una elección presidencial en Venezuela.
Una nueva encuesta pone cifras demoledoras a la realidad venezolana: el 95% de la población está en situación de pobreza y la mortalidad infantil se ha disparado a 27,5 niños por cada 1.000 nacidos. ¿Venezuela está peor que en una posguerra?¡Mucho peor! Es el enfermo más crítico que han tenido los sistemas autoritarios. El PIB de España después de la Guerra Civil cayó un 39%; el PIB de Europa, durante la II Guerra Mundial, cayó un 40%; y el PIB de Venezuela ha caído un 80%. No tiene comparación en el hemisferio occidental.
¿Y qué papel puede jugar España para paliar esa situación catastrófica y para amparar al éxodo venezolano?
España debe tener una posición muy, muy firme con respecto a lo que es la búsqueda de elecciones libres. Debe presionar a la dictadura. Se puede hacer mucho más. Aquí en España, por ejemplo, viven los jerarcas de la dictadura y sus familiares, y muchos de ellos tienen negocios. La realidad es que la estructura de poder de la dictadura ha visto en España un espacio más cómodo en el que estar. Yo creo que eso puede cambiar. Tiene que haber un compromiso decidido desde el Gobierno.
¿El Gobierno español debería liderar una iniciativa para congelar las cuentas a esos jerarcas?
Las herramientas las tiene a disposición. Yo esperaría de España mayor protagonismo, mayor compromiso con una política en donde se ejerza mucha más presión a través de sanciones a los corruptos y a los violadores de derechos humanos. Sólo con presión se puede lograr un buen resultado en una negociación. Éste es el momento de hacerlo. A lo que yo aspiro es a que el tema de Venezuela no sea un problema de política interna en España, sino que sea un tema de unión de los políticos españoles
En ese sentido, le pregunto por un caso concreto. El ‘Pollo’ Carvajal, ex líder de la inteligencia chavista, le ha dicho al juez que Podemos cobró 200.000 euros de la petrolera venezolana por informes fantasmas. ¿Qué le parece?
Creo que todo eso es muy posible. Esa persona tiene mucha información y ojalá la pueda compartir. Y creo que la vinculación que tuvo Podemos directamente con la dictadura venezolana era más que evidente. Se instalaron en Venezuela, trabajaron a favor de la dictadura. Y, muy probablemente, fueron remunerados por eso, aunque yo no tengo ese monto, esa cuenta. Pero lo que sí sé es que estuvieron en Venezuela, defendieron ese sistema y defendieron las violaciones a derechos humanos. Eso ocurrió. Ahora bien, los detalles, que los exponga el señor Carvajal.
Carvajal, precisamente, está a la espera de extradición por narcotráfico. ¿Hasta dónde llegan los tentáculos del narcotráfico en la dictadura?
Mire, Venezuela es un narcoestado, pero no es sólo eso. Venezuela es una estructura criminal. También están el negocio de la extracción de oro de sangre, que representa más o menos esos montos; el negocio de blanqueo de capitales; el negocio petrolero. Yo estoy convencido no sólo de los vínculos que tiene Nicolás Maduro con el narcotráfico, sino con toda una serie de actividades criminales que van más allá de las fronteras de Venezuela.
Como con las FARC.
Público y notorio. Las FARC y el Ejército de Liberación Nacional están en todo el territorio venezolano con la anuencia, con el apoyo y, me atrevo a decir, con la solicitud expresa de Nicolás Maduro.
En la convención del PP se viene alertando contra el populismo y usted ha ido un paso más, diciendo que la amenaza real es el autoritarismo. ¿Qué hay que hacer para evitarlo también en España y en Europa?
Lo primero es la pasión por la libertad. Lamentablemente, en los últimos 20 o 25 años se ha relativizado mucho el valor de la libertad y de la democracia. Siento que se ha perdido la convicción, la pasión por la democracia. En Occidente, en EEUU y en España hay cierta inseguridad con respecto a lo que es la democracia. Hay cuestionamiento sobre si la democracia es o no es el mejor sistema. Yo estoy convencido que lo es.
¿Está, por tanto, en jaque el modelo de democracia occidental?
Creo que sí. Hay claramente una alianza de países autoritarios con una carga nostálgica de lo que fueron sus imperios históricos. Tenemos hoy día al nuevo emperador chino, al nuevo zar ruso, al nuevo ayatolá iraní, al nuevo sultán turco… todos ellos con una convicción de expandir el autoritarismo en el mundo.
Precisamente, esos cuatro países, junto a Cuba, son los grandes apoyos de Venezuela.
Claro. Yo eso lo puedo decir con cierta propiedad, porque en Venezuela todos esos países son, desde mi punto de vista, la principal razón por la cual hoy está Nicolás Maduro en el poder fáctico. ¿Existe apoyo de Occidente a la causa por la democracia en Venezuela? Es verdad, y lo agradecemos mucho, pero nunca se puede comparar con el tipo de apoyo que recibe la dictadura de estos países. De China recibe decenas de millones de billones de dólares en préstamos. De Rusia recibe equipamiento y apoyo militar, con personal. De Irán recibe apoyo energético y también formación militar. De Turquía recibe apoyo para la extracción y el comercio del oro ilegal y todo el nuevo sistema financiero que se ha articulado en Venezuela. Todos ellos, en coro, apoyan a Venezuela en todas las instancias multilaterales. Y todos estos países, en coro, defienden los sistemas autoritarios.
¿Y la única manera de contrarrestar ese “coro” es con otro “coro” de la UE y EEUU que presione para la celebración de elecciones libres, limpias y comprobables en Venezuela?
Sin duda. Tiene que haber una convicción muy profunda de la necesidad de cambio. Pareciera que a veces no hay la vocación de salir a defender la libertad y la democracia…
Fuente Diario El Mundo
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