“No hay peor esclavo que el voluntario”
Como cualquier secta los partidos políticas adoctrinan a sus seguidores con el fin de obtener su obediencia al momento de impartir órdenes, bien sea para votar o para defender su ideología o caprichos.
Dentro de las sectas políticas existen elecciones internas para elegir sus representantes, auditores, comunicadores y adoctrinadores, estas organizaciones lo buscan es el control social, cosa que no es mala cuando se respeta la libertad individual.
Todo partido político tiene su ideología, filosofía y su forma de administrar, esto lleva a hacer propuestas para cautivar el interés de aquellos que no comparten sus ideas ni la forma como pretende gobernar.
Dentro de las normas de estas sectas políticas está la lealtad y la fidelidad, lo grave de esto es que no evalúan muy bien la moral y la ética de sus miembros, esto que lleva fácilmente al nacimiento de la corrupción entre ellos.
Los esclavos partidistas, son sujetos comprometidos con los ideales de la secta, por los que han jurado de corazón defender, pero esto muchas veces termina en un fanatismo ciego, sordo y mudo, algo muy peligroso para lo que llamamos democracia.
Lo que logra la mayoría de las veces estas sectas políticas sobre sus esclavos partidistas, es que defiendan ideas erróneas, con compartimentos que afectarán a la sociedad que gobiernan o piensan gobernar.
No se puede perder la libertad individual dentro de una organización política y mucho menos el derecho a disentir o cambiar de postura frente a sus líderes, estas sectas hablan de defender la democracia, pero es lo menos que hacen.
Es natural que existan diferencias entre los componentes de las sectas políticas, ocasionado rupturas y creaciones de nuevos partidos, algo que no es malo cuando se dice defender la democracia y la libertad.
Es cierto que el mundo está luchando contra el feroz socialismo y esto ha hecho que se hagan alianzas para conseguir más fuerza al momento de ir a unas elecciones contra él, estas alianzas pueden dar un pasó peligro cuando el ego y la soberbia entra en las decisiones.
Los esclavos partidistas generalmente son motivados más por la pasión que por la razón, permitiendo a sus líderes hacer actos de corrupción con tal de mantener el control o el poder.
Es por eso que es mejor ser un elector independiente, para que nadie le obligue a votar por un partido o candidato simplemente por tener un carnet o una doctrina que esclaviza.
El filosofo y jurista romano Marco Tulio Cicerón definía el ser esclavo de la siguiente manera “La esclavitud es la sujeción de un espíritu débil y cobarde que no es dueño de su voluntad”.
No se puede seguir los caprichos de una secta cuando atenta contra nuestra voluntad y deseo, de lo contrario estaremos siendo parte del problema.
“Cuando se vota, se debe hacer pensando en nuestros intereses personales, no por los de un partido que sólo desea el poder”
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