CaigaQuienCaiga.net

#Noticia

Luis Augusto Domingos Dos Santos: El futuro del transporte publico en Venezuela y el mundo

Frases elementales: transporte de personas, vehículos de energías alternativas, emisiones de contaminantes (gases, ruido, fluidos), energía eléctrica, gas natural comprimido, GLP, híbrido, escenario y desplazamiento. Por Dr. Luis Augusto Domingos Dos Santos.

Según lo expuesto por Emiliano López A.,
residente del Comité de Patronos de la Cátedra de Energía de Orkestra‐IVC. En enero de 2015, Washington D.C., recibió a 12.000 personas que participaron en la reunión anual del Transportation Research Board, de la Academia Nacional del Transporte de EE. UU. Profesionales del transporte, desde académicos a responsables públicos, pasando por representantes del mundo empresarial, provenientes de todo el mundo, consideran este evento como el espacio de encuentro para discutir sobre los desafíos del transporte y presentar los avances más significativos. En el encuentro de 2015 el tema central fue “Corredores del futuro: Transporte y Tecnología”. En particular, se trató el impacto disruptivo de la tecnología en el transporte, donde participaron desde China e India hasta América Latina, pasando por nuestro mundo occidental.

El transporte ha sido parte central de la historia económica de la humanidad al igual que lo ha sido la energía. Ha sido sinónimo de movilidad de personas y mercancías y, en la sociedad actual, el transporte de los datos y su gestión está adquiriendo un protagonismo central en la economía.
Un sistema de transporte eficiente y sostenible es también sinónimo de desarrollo económico y bienestar, así como un termómetro cualificado sobre el grado de avance de una sociedad.
El transporte y la energía están asociados de manera estructural y, en el presente
siglo, la movilidad y la energía son dos caras de la misma moneda, entre otras, por
tres profundas razones:

  • La primera, por el impacto de las políticas internacionales, europeas y domésticas
    en materia de descarbonización, con el acervo jurídico consecuente referente a la
    movilidad urbana, suburbana, interurbana.
  • La segunda, por la revolución digital que estamos viviendo y que está afectando el
    modo y la manera de organizar y vivir en las sociedades urbanas modernas.
  • La tercera, por la evolución tecnológica que está transformando energéticamente la
    movilidad y la gestión de la energía en el hábitat urbano.
    Es conveniente también, no perder de vista que el transporte es parte de la
    transición energética lanzada por la Unión Europea, emprendida por países como
    Alemania o Francia y otros como Noruega, cuya riqueza, por cierto, está asociada a
    los combustibles fósiles. En este contexto debemos mirar las estrategias de transporte de pasajeros. Para ello hemos empezado con nuestro análisis sobre el transporte eléctrico en el año 2020 en Venezuela a pesar de las limitaciones por las sanciones del Departamento de Estado de los Estados Unidos que limitan los programas de apoyo del B.I.D. y el Banco Mundial. Abordar el tema del transporte de pasajeros en un pais sumergido en una profunda crisis social, económica, con desabastecimiento de combustible mirando al futuro de los próximos años, requiere una manera de pensar diferente a la forma convencional de evaluar el país desde el punto de vista político.

Ello se debe a que la nueva revolución digital y el anclaje en el acervo jurídico
internacional y comunitario de las políticas de descarbonización están
transformando la movilidad y en consecuencia, no solo las formas y usos del transporte, sino principalmente, la posición del ciudadano como cliente con
herramientas para ser un actor activo y no pasivo.
Además, a la revolución digital en la movilidad le sumamos el impacto de la
revolución digital en la transición energética impulsada por la Unión Europea y los
países motores de Europa.
Ambos escenarios está convergiendo de manera significativa, no solo por las
políticas orientadas a un transporte sostenible sino principalmente por la irrupción disruptiva de los líderes de la economía digital, que han puesto el foco en los “agujeros negros” del viejo negocio del transporte y de la energía y que está transformando el pensamiento convencional energético en materia de movilidad, donde la acumulación y la movilidad eléctrica nos deben hacer pensar en un modo diferente a la hora de contemplar el consumo energético convencional en el hábitat .

El transporte, mejor dicho la movilidad, y la energía son partes inescindibles. En el
desarrollo de los diferentes sistemas de transporte y en la velocidad de su evolución
han sido protagonistas tanto las transformaciones tecnológicas como los diferentes tipos de combustibles.

Siendo esto cierto, no lo es menos que la sostenibilidad del crecimiento urbano que
protagoniza el mundo del siglo XXI y la revolución digital hacen que la movilidad y
la energía compartan el mismo espacio de desarrollo y crecimiento en todos sus ordenes.

Con la mirada puesta en este escenario, la transición energética en la que hemos
entrado no significa dar saltos en el vacío. Significa la convivencia de la energía convencional mejorada y optimizada conforme a los parámetros de exigencia en materia medio ambiental y optimización de los motores de combustión, con las nuevas formas energéticas de movilidad donde la electrificación y la acumulación
adquieren un peso creciente. No hay saltos en el vacío pero sí hay cambios
cualitativos y, en algún caso, descriptivos en la forma de entender y abordar la
movilidad.

En un documento publicado por estas instituciones subrayan el avance significativo logrado por países como Chile y Colombia. Anthony Courreges de C40 y John Graham de IFC, «el secreto de América Latina yace en alianzas público-privadas (APP) innovadoras o en modelos de concesión donde los proveedores de flota financian, adquieren, poseen y mantienen los equipos, proporcionando flotas de autobuses eléctricos a operadores o municipios bajo contratos estables a largo plazo, “liberando” de esta manera la tenencia y la operación. “El modelo ‘liberado’ les permite a todos los interesados hacer lo que mejor hacen”, indica el informe.

En un entorno donde los protagonistas tradicionales no pueden liderar la transición hacia los autobuses eléctricos, los modelos comerciales como el leasing —que ya es un componente clave para la operación exitosa de flotas en otras industrias como el transporte y los vagones de carga o los aviones— podrían ayudar a las ciudades a modernizar sus flotas corriendo menos riesgos y con mayores chances de éxito, de acuerdo al informe.

Si bien los autobuses eléctricos y la infraestructura de carga eléctrica (paneles solares) independiente del sistema eléctrico Nacional pueden ser tres veces más que el capital inicial equivalentes a la inversión de autobuses diésel, los gastos en operaciones, mantenimiento y otros costos indirectos son más bajos anuales y por ende influyen en la rentabilidad de la empresa y la hacen sostenible en el tiempo.

La creación de un sistema de transporte público interurbano sostenible ya era algo imprescindible en Venezuela antes de la pandemia, cuando comenzaron las empresas de transporte colectivo a padecer los impactos de las sanciones del Departamento de Estado, la escasez del combustible, insumos y repuestos.

Para cualquier información relacionada al tema puede ser enviada en atención al Dr. Luis Augusto Domingos Dos Santos al correo: domingosdosantos1@gmail.com

Comment here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.