A los planificadores de la SEMANA RADICAL, sería bueno igualarlos, ponerlos al mismo nivel del pueblo, que ellos «tanto aman», sin agua como en el desierto, y sin gas, pero con leña, para que vivan esa radical con 3 dólares.
Sin carro particular, ni oficial.
SIN TRANSPORTE, a pie, CAMINANDO, sin gasolina para ir a trabajar o comprarle una medicina al familiar que está hospitalizado, y de paso cuando llega a casa cansado y sudado, no hay agua, y de ñapa se fue la luz.
QUE lo VIVAN en CARNE VIVA, para que evalúen, la vara con la que miden..lo que están haciendo al pueblo pobre, a niños y ancianos.
Que prueben su misma medicina y su vacuna especial, que la disfruten, que se «bañen de pueblo».
Cosa más grande.
Una semana radical, única, original, hecha en involución.
Atención peruanos, chilenos.. vengan pa’ pa que la vean.
