Los pueblos de cultura y origen hispánico, han ofrecido al mundo un legado invalorable de riqueza cultural, una lengua universal, guía y camino de convivencia e integración, y un empeño mágico por crear estructuras educativas, donde destacan una treintena de universidades, numerosos colegios mayores y escuelas, adelantos científicos tecnológicos, revolucionarios y novedosos para la época.
Carlos l, creo leyes fuertes en defensa de los nativos. Designó a Francisco de Vitoria, -alma creadora del derecho internacional- quien explicó en sus estudios, la igualdad de los habitantes originarios, dueños de sus vidas y de su tierra. Formuló “el derecho de comunicación”, para extender el proceso civilizatorio, sin desdeñar la cultura y tradiciones propias.
Acontecieron procesos injustos, es cierto, pero quienes así actuaron lo hicieron violentando la ley. En 1593 Felipe ll decreto “los delitos contra los indios se castigarán con mayor rigor que contra los españoles, y se declaran como delitos públicos”. En aquel convulso mundo, el reconocimiento de la dignidad de los aborígenes fue un rasgo exclusivo en estos territorios.
La riqueza espiritual fue canal fecundo para el fortalecimiento de la vida intelectual, ese río poderoso que es el idioma español, síntesis cultural de nuestros pueblos y germen de mestizaje profundo, allí el verdadero significado de la hispanidad.
La lengua española, de importancia innegable para el avance de la civilización, no deja de crecer, su difusión le agiganta y es abono al pensamiento universal, generando entre otras cosas, una literatura robusta, de grandes pensadores. ¿Qué sería hoy el planeta sin el frondoso español de Cervantes, Unamuno, García Márquez, Santa Teresa de Jesús? La lista de creadores es infinita, de científicos, maestros y en general en todo el espacio de la intelectualidad global.
LA HISPANOFOBIA DEL LODAZAL COMUNISTA
Es ya regla general que el izquierdismo, para disfrazar su actuación infame, empapada de tráfico de drogas y de destrucción de las libertades ciudadanas, busca enemigos deformando la memoria histórica. De allí han nacido los actos de vandalización de símbolos y la proyección manipulada de la realidad en la incorporación de los flamantes territorios.
Uno de los principales actores de la conocida “leyenda negra”, es el presidente de México, López Obrador, responsable del nuevo circo totalitario latinoamericano, pretendiendo disfrazar su protección a los indeseables tiranos y terroristas del mundo, desconociendo, como lo señala la investigadora Enriqueta Vilar: “ que gracias al imperio español, México se introdujo en la cultura occidental”. Igual advierten los historiadores la farsa de las tiranías tropicales, basada en una historia manipulada, que recurre a “un recurso pobre y barato”, lleno de falsedades.
El engañoso patriotismo nutrido en el foro de Sao Paulo y Puebla, debería explicar cómo se ha perdido la independencia en manos de truhanes, bucaneros y malvivientes, que se roban las riquezas, asesinan a los indígenas y construyen el gran corredor de la cocaína por América Latina. Diga algo de “los soles” y sus otros Carnales, señor López Obrador.
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