_El autor subraya que la reconstrucción de Venezuela pasa por la unidad de la oposición al chavismo, pero también por acompañar esta estrategia de objetivos claros y creíbles más allá de una convocatoria electoral.
Durante el 2020, los venezolanos demostramos una vez más que estamos comprometidos con el regreso a la democracia en el país. Desde hace años hemos enfrentado con valentía todas las injusticias impuestas por el régimen chavista.
En cada espacio hemos alzado nuestras voces innumerables veces para materializar nuestro ansiado objetivo: lograr un cambio político que nos lleve a celebrar elecciones libres.
De modo que el sistema democrático nos permita vivir en mejores condiciones y sin miedo a pensar distinto. No ha sido una lucha fácil, sin dudas, pero frente a cada adversidad nos levantamos y seguimos dispuestos a dar batalla.
Quienes participamos en el juego político nacional tenemos una gran responsabilidad en nuestros hombros. La política es una herramienta que debe ser usada para llegar a acuerdos y a puntos en común con el contrario, todo con la intención de ayudar a las personas que conforman la sociedad. Cada paso a dar en este mundo debe tener en cuenta el bienestar de la población. Por eso, la madurez, la paciencia y otros valores cívicos, son clave para cumplir ese importante objetivo.
Ante el momento que vivimos es necesario emprender un nuevo camino. Insistir y presionar con soluciones inmediatas, ajenas a la realidad del país, solo nos aleja de una solución efectiva. Es tarea construir espacios para el reconocimiento de los diferentes actores pensando siempre en alcanzar el bien de todos. Así la solución será duradera en el tiempo.
La política es, además, dinámica, ya que siempre abre nuevas etapas, donde hay que asumir retos y roles. Para Einstein, la crisis era una oportunidad para reinventarse. Esto es lo debemos hacer. La unidad es un valor importante, pero acompañada de objetivos claros y creíbles. Es cierto que el voto es un objetivo estratégico para decidir nuestro futuro, por eso tenemos que luchar para que exista un ambiente con condiciones, donde valga la pena votar.
El problema en Venezuela es mucho más grande de lo que se ve a simple vista. Por tanto, la reconstrucción del país depende de la creación de un acuerdo entre las distintas facciones políticas que nos lleve mucho más allá de solo unas elecciones presidenciales. Nuestra disposición para entablar negociaciones que nos lleven a alcanzar acuerdos que beneficien a la población siempre ha estado allí. Sin embargo, el chavismo no ha demostrado la misma determinación. La experiencia nos dice que su disposición es clave para el éxito de dicho proceso. Asimismo, es requerido el apoyo de la comunidad internacional. Si un gran actor internacional no contribuye al acercamiento, la vía se ve comprometida.
El régimen es indolente y nosotros no podemos ser como ellos. El bienestar de los venezolanos siempre va primero. Aún más en estos tiempos de pandemia, ya que millones de venezolanos están vulnerables tanto por la covid-19, como por la crisis humanitaria. Un gran acuerdo pasa por lograr los mecanismos necesarios para que toda la población tenga acceso a todas las vacunas que existan.
Por mi parte, como diputado del Legislativo, trabajé incansablemente para lograr ese cambio que tanto anhelamos los venezolanos. Todo lo que hice fue una labor por el regreso de la democracia. Estoy consciente que, como funcionario electo del único poder público con legitimidad en el país, era una obligación dar fin al sufrimiento de millones. Fue una responsabilidad asumida con el honor que una tarea como esa merece. En ese inmenso camino, tuvimos aciertos importantes que se convirtieron en bases de nuestra lucha. Gracias a eso, la causa por el retorno de la democracia en Venezuela cuenta con el apoyo internacional.
Stalin González, [04.01.21 10:19]
Además, el mundo conoce la desfavorable situación en que se encuentran los Derechos Humanos de los venezolanos por culpa del régimen, tal y como mostró la Misión Internacional Independiente de las Naciones Unidas, además de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos.
No obstante, pese a todo el esfuerzo, no pudimos alcanzar la meta deseada. Debemos admitir que el régimen continúa atornillado al poder mientras millones sufren las funestas consecuencias. Por si fuera poco, la crisis se agrava. Ante este escenario, es vital hacer una profunda revisión sobre nuestra lucha y las acciones tomadas estos últimos cinco años, con la intención de entender nuestros aciertos y aprender de nuestros errores para enmendar el rumbo. Si cometemos los mismos fallos una y otra vez, no podemos esperar conseguir los resultados deseados. Tenemos que dejar el orgullo y las diferencias a un lado, y entender que debemos trabajar unidos por el país que queremos.
Tenemos un compromiso histórico para dar vuelta a esta amarga situación. Es nuestro cometido hacer que Venezuela camine al progreso social. Este es el tiempo para destellar madurez política y para dejar los personalismos a un lado. Para dar la pelea en pro de la democracia y por la libertad del país no es necesario un cargo público; podemos dar la lucha en cada espacio que sea necesario.
En consecuencia, el cambio político que tanto anhelamos se puede alcanzar, pero con respuestas pertinentes que permitan llegar a acuerdos que beneficien a la población. El pueblo venezolano siempre debe ser nuestra prioridad por encima de todas las demás cosas. Es, entonces, urgente asimilar los errores pasados para hacernos más fuertes. Es cierto que afrontar una crisis de este calibre no es una tarea fácil, pero nos atañe a todos participar y luchar contra las adversidades. Este es el motivo por el que tantos están enmendando el rumbo para darle futuro al país. El civismo organizado es clave para hacerle frente al régimen.
Hoy, mi motivación más que nunca es lograr una Venezuela mejor. Quiero seguir sirviendo a mi patria. Quiero que cada venezolano pueda contar con calidad de vida, que el sufrimiento y la tristeza no sean sus acompañantes diarios sino el bienestar y el progreso. Para que esto sea posible debe regresar la democracia. Solo con las garantías de la Carta Magna, el respeto a la pluralidad de ideas y el voto libre será posible reconstruir la nación que tanto amamos y transformarla en un Estado moderno y competitivo. Seguiré en esta labor hasta lograrlo, por mi país, por mi familia y por todos los venezolanos. Venezuela nos necesita.
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