“Puesto que ignoras lo que te reserva el mañana, esfuérzate por ser feliz hoy. Coge un cántaro de vino, siéntate a la luz de la luna y bebe pensando en que mañana quizá la luna te busque en vano.” Omar Khayyam
La crisis ha afectado la vida cotidiana de los ciudadanos en Venezuela, incluyendo las celebraciones navideñas. La falta de acceso a servicios básicos como la electricidad, el agua y la atención médica, así como la escasez de alimentos y medicinas, ha hecho que las festividades sean menos alegres y más difíciles para muchos.
Además, la crisis económica ha llevado a una disminución en el poder adquisitivo de los ciudadanos, lo que significa que muchos no pueden permitirse los lujos que solían disfrutar durante la temporada navideña.
Y es que la Navidad en Venezuela se celebra con una mezcla única de tradiciones, música, bailes o parrandas y platos típicos.
Por eso, en medio de la crisis humanitaria compleja que afecta al país, los venezolanos han demostrado un notable ingenio y creatividad para mantener viva la alegría y el espíritu navideño, que no es precisamente el decretado desde el 1° de noviembre.
A pesar de las dificultades, las familias venezolanas se esfuerzan por preservar las tradiciones navideñas, encontrando maneras ingeniosas de adaptarse a la situación.
El ingenio se refleja en la reutilización de materiales para la decoración, la elaboración de regalos artesanales y la organización de actividades comunitarias, familiares o de panas para compartir y celebrar juntos.
A pesar de los desafíos, la resiliencia y el espíritu creativo del pueblo venezolano brillan en estas fechas, recordándonos que la esperanza y la solidaridad pueden florecer incluso en los momentos más difíciles.
Es alentador, que, en medio de la difícil situación actual en Venezuela, los venezolanos superamos grandes desafíos, hemos demostrado una notable capacidad para mantener viva la esperanza y la alegría durante la Navidad.
Aunque la pobreza y la desigualdad siguen siendo desafíos significativos en Venezuela, la Navidad sigue siendo una época de amor, paz y esperanza, y los venezolanos estamos decididos a no dejarnos avasallar por el desaliento.
De allí que el año 2023 haya traído consigo cambios significativos en Venezuela, como se evidenció en las pasadas elecciones primarias, que evidenció un hecho incontrovertible en cuanto a los cambios políticos:
El deseo de cambio sacó a los venezolanos a la calle, incluso en las ciudades, regiones y barrios bastiones del chavismo hasta hace muy poco.
Los organizadores superaron los retrasos en la entrega de los materiales electorales y algunos enfrentamientos dispersos con bases chavistas que lograron disuadir a algunas mesas de su instalación, en medio de mucha confusión sobre la ubicación de los centros de votación.
María Corina Machado resultó ganadora en las elecciones primarias, pero algunos intentan tapar ese triunfo con la consulta popular del Esequibo.
A pesar de estos obstáculos, los venezolanos siguen luchando por un futuro mejor y más próspero para su país, y la mejor muestra es el entusiasmo con tendencia a acrecentarse en diciembre.
Esta conducta resiliente no solo tiene un impacto positivo en la temporada navideña, sino que también puede tener consecuencias positivas para el país en el futuro.
Sí, la conducta resiliente de los venezolanos durante la Navidad, a pesar de los desafíos que enfrentan, puede tener un impacto significativo en el año venidero 2024, y más allá.
Esta resiliencia puede fortalecer la determinación y la capacidad del pueblo venezolano para afrontar los desafíos futuros, tanto a nivel individual como colectivo.
La capacidad de adaptación y superación demostrada durante la Navidad puede servir como un modelo para enfrentar los desafíos continuos que plantea la crisis humanitaria compleja en Venezuela.
El impacto de esta conducta resiliente trascendiendo la época navideña en Venezuela podría tener consecuencias positivas para el país.
La resiliencia puede fomentar la solidaridad, la creatividad y la búsqueda de soluciones innovadoras para los problemas que enfrenta la sociedad venezolana.
Además, puede fortalecer la cohesión social y la capacidad de recuperación de las comunidades frente a la adversidad.
Esta resiliencia sostenida a lo largo del tiempo podría contribuir a la construcción de un futuro más esperanzador y próspero para Venezuela, a pesar de las dificultades actuales.
La resiliencia también puede tener un impacto en la percepción internacional de Venezuela, mostrando al mundo la fortaleza y la determinación del pueblo venezolano frente a la adversidad.
Esto podría generar un mayor apoyo y solidaridad por parte de la comunidad internacional, así como la promoción de iniciativas para abordar la crisis humanitaria en el país.
La Navidad es un momento de cercanía a Dios, celebrando el nacimiento de Jesucristo, y todos tienen derecho a disfrutarla a su manera.
En Venezuela, a pesar de la realidad de un país lleno de problemas, con una diáspora de varios millones de venezolanos que huyeron de la crisis social, la resiliencia y el espíritu navideño persisten.
Por lo tanto, la consigna de vida que podemos extraer de la conducta resiliente de los venezolanos durante la temporada navideña es que, a pesar de los desafíos y obstáculos que puedan surgir en el camino, siempre podemos encontrar la fuerza y la creatividad para superarlos y construir un futuro mejor para nosotros y para nuestra sociedad.
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