En Venezuela el gobierno está lleno de monstruos. Bueno, eso lo sabemos todos. Pues, como monstruos, monstruosos, capaces de cualquier monstruosidad, califican: Nicolás Maduros, Cilia Flores, Diosdado Cabello y los Tarek (el fiscal y el otro, tristemente famoso, pero inmensamente rico, después de meterse en el bolsillo 23 mil millones de dólares desfalcados a PDVSA), los hermanos Rodríguez y Padrino López, por supuesto, y un, no tan largo, etc. que conforma la nomenclatura madurista en el poder.
La oposición, También, tiene sus monstruos, por ejemplo, la conformada por los llamados “Alacranes”, quienes se autodefinen como oposición y ya sabemos que traicionan por vocación y conforman un grupo de cínicos y aventureros, allí están: Luis Brito, Luis Parra, Conrado Pérez, solo para nombrar algunos, de los que se dice, recibieron un buen dinero del régimen (eso lo sabemos, pues uno de ellos la tomó por contar el dinero en los baños de las discotecas)
En la oposición organizada en el llamado G4 o G3, ya no sabemos porque G van, también los hay, de eso no hay duda, solo que la necesidad de salir de la claque que nos gobierna, le dejamos pasar algunas cuestiones no muy santas, pues dada las circunstancias nos hemos hecho seguidores del refrán “En el camino se enderezan las cargas”. Aquí, también hay traidores, solo que lo hacen por necesidad (aunque, algunos pocos, lo hacen, hay que decirlo, por infamia).,
En esta oposición, que sin lugar a dudas, si es la verdadera, hoy, prolifera el llamado “cualquerismo” (cualquiera le gana a Maduro, así, dicen algunos representantes de la “oposición verdadera”) tomando la experiencia de Barinas, como modelo, llamado eufemísticamente “el protocolo de Barinas”. ¿Por cierto, alguien puede informar que ha sido del gobernador de Barinas y, Uds. saben que él lleva por nombre Sergio Garrido?
Que mala onda eso de ser invadido por el escepticismo y el negacionismo, y bajo el imperativo de que hay que ser realista se comienza a materializar la idea de: “A falta de pan, buenas son tortas”, es decir, en caso de ganar las primarias uno de los inhabilitados los sustituye, el que llegue después de estos y que este habilitado…. Total, con cualquiera ganamos, como dirían los españoles ¡Joder!
Es una mala onda hoy, digo, porque, tal apreciación significa aceptar supinamente la candidatura que el régimen a la larga quiere imponer.
Se olvida que la crisis que sufre el país, tiene el carácter de ser nacional general, algunos teóricos dirán que es una crisis orgánica, estructural, en el sentido de que no hay dimensión que no se encuentre en franca disolución. A diferencia de lo que ocurre en América Latina donde la democracia ha sido desplazada por los populismos y autoritarismos que se han instalados en el poder en la última década, en Venezuela, donde hace 25 años, la democracia sucumbió ante los encantos populistas de Chávez, lo que está en crisis es el régimen chavista, que devino en dictadura, que fracaso, primero con el mismísimo Chávez y, estruendosamente, después, con Maduro por incompetencia, abuso y corrupción.
Obviamente debemos pensar que “el cualquerismo” no es la solución, pues, presumo, que no con cualquiera se le gana al chavismo- madurismo hoy, a pesar del rechazo que tiene Maduro.
No todos los candidatos que se presentan en la primaria, pueden, por múltiples razones, hacerse cargo de las demandas de encantos por la democracia y hacerse, igualmente, cargo del hartazgo que el régimen ha producido a los habitantes del país.
Hoy estamos en presencia de tres proyectos anticrisis, bueno, en verdad, eso no es verdad, pues si algo ha caracterizado a la dictadura es que no sabe cómo salir de la misma. Digamos que hay dos proyectos anticrisis que propones la recuperación de la democracia y la gente puede apostar por el que le parezca mas atractivo y el que más se ajusta a sus expectativas:
Esta el proyecto, que se caracteriza por la politización de la ciudadanía, centrado, en el partido político. La mayoría de los candidatos presentan un programa con esta característica: se hace política desde el Partido y desde el Estado, en el entendido que no hay posibilidad de hacer democracia sino es a través del partido político. desde ambas instancias se interpela a la gente.
Desde el punto de vista de su enfrentamiento a la crisis del país se observa, entre la mayoría de los candidatos que se plantean este proyecto, una clara circulación temática, lo que hace difícil una clara diferencia entre algunos de ellos, por ejemplo: entre Capriles y Prosperi, desde el punto de vista de sus respectivos programas anticrisis no hay diferencias. Así que economía, seguridad, reformas sociales y políticas se enfrentan desde la dimensión de la sociedad política, léase, partidos y Estado, configurándose visones estado-centrista de la sociedad.
Lo interesante de la propuesta es que a pesar que se hace desde esa dimensión y con claros guiños populistas se hace desde la recuperación de la democracia, aunque, también es bueno decirlo se hace bajo los parámetros de recuperar lo que teníamos antes de 1998.
El otro proyecto anticrisis se hace desde la sociedad civil e interpela a la gente para que supere la condición de ser representada ( ser representada fundamentalmente por la estructura partidaria) y se atreva a presentarse a sí misma, se trata de la ciudadanización de la política.
Es un proyecto de carácter liberal y en ese sentido rompe con la circularidad temática que constriñe el proyecto de la gran parte de los candidatos que se presenta en la primaria, así, por ejemplo, se plantea la reducción del Estado, se privilegia la economía de libre mercado, en la que este se erige en el código por excelencia del orden postdictadura, estableciendo una nueva relación entre Estado y propiedad, etc.
Ambos proyectos encaran riesgos, por decir algo, “riesgos ontológicos”. Pues, el primero, puede derivar hacia las formas populistas conocidas y dominantes en el pasado, donde el ciudadano termine reemplazado por “el pueblo” y en el segundo, proyecto. el ciudadano, puede ser desplazado por el consumidor. Pero, presumo que dado el talante democrático de los proponentes de ambos proyectos eviten las desviaciones que puedan presentarse y que, sin la menor duda, pueden poner en riesgos la transición hacia la democracia, que en todo caso no será tranquila y estable.
Ahora, cualquiera que sea el proyecto de su elección, todos, los venezolanos, debemos concurrir al acto de votación en la Primaria. Ella, es una oportunidad excelente para enmendar el error cometido en 1998 cuando se eligió a Chávez y el dimos, irresponsablemente, una patada la democracia. Error atribuido a que nunca fuimos educados para la defensa de la democracia y que provocó la ruina del presente, hipotecó el futuro de nuestros hijos y nietos, esa nueva generación que el chavismo la convirtió en la primera generación de venezolanos que vive peor que sus padres.
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