Con razón dicen que sólo en la política se puede resucitar y aquí tenemos otra prueba de ello. Antonia Elena Muñoz Espinoza, exgobernadora de Portuguesa, constituyente de 1999, a quien Chávez decía que la quería como si la hubiese parido, salta a la palestra con una contundente declaración sobre las últimas medidas económicas del régimen, aunque no sea nada nuevo en ella, su posición, que incluso en algunos tecleadores piensen que lo está haciendo por primera vez, olvidándose que la profesora tiene más de cuatro años con una columna de prensa, que vuelve a escribir en medios digitales y con un programa de radio que hacía, los dos con el mismo nombre: Reflexiones.
Del gobierno de Antonia Muñoz se pueden decir muchas cosas, pero hay que reconocerle mínimo dos. Y se los digo yo, que fui el más enconado opositor de esa gestión y que cada vez que algo le molestaba, con razón o sin ella, chupulún a los tribunales por una querella por difamación e injuria. La primera, es que se ocupó de las aguas servidas en un estado con muchas falencias. Con dolor, ella ha insistido en los reales que dejó y que se robaron, para la Planta de Tratamiento del Barrio Santa Rita al oeste de la capital. Y la otra, incluso en pleno Aló Presidente, Muñoz enfrentaba las políticas de invasión de tierras productivas. Ello ha tenido una consecuencia positiva. Es la clase media agropecuaria de Portuguesa la que sostenía la poca producción alimentaria de la nación. Porque ahora sin gasolina, gasoil, insumos, peor nos veremos.
La intervención de COPOSA, aliada y usufructuaria del régimen hasta que la revolución devora a sus hijos, como Polar y Plumrose, indudablemente un golpe tan mortal como lo de Agroisleña, con el hijo ilustrísimo de Sabaneta vivo. Pero Coposa, primero porque es de Portuguesa, es una empresa peculiar propiedad de 500 accionistas pequeños y medianos y el diez por ciento de sus acciones pertenecen a sus trabajadores. Es el colofón del socialismo del siglo XXI, cumpliendo con su plan de tierra arrasada porque sienten el fin cerca y porque creen que quienes vengan a gobernar tendrán la tarea más difícil. Lo indica el propio hecho de que un fracasado, déspota e ignorante de la materia como Luis Soteldo, sea el interventor de la empresa ubicada vía Payara. No será fácil, pero el Plan País que pondrá a andar Juan Guaidó tendrá soluciones inmediatas de 90 horas en los servicios fundamentales, 90 días y 90 semanas, para que Venezuela sea otra.
Esto fue la gota que rebasó el vaso para que el proceso en el que anda Antonia haya explotado. No sé con quién estaba conversando en ese audio que se ha hecho viral. Tiene que ser de plena confianza para decir lo que dijo sin pelos en la lengua y para que fuese autorizada su divulgación. “Son medidas que se toman porque se les están desbordando al país…usted me va a perdonar camarada, pero yo a esa gente no lo creo ni una sola palabra…Ahora el problema es Coposa. Lo más seguro es que alguien se quiere coger Coposa, porque son una cuerda de rapiñosos. La verdad es que no sirven pa´un guaro, para no decir una mala palabra. Perdóneme compañero, pero es que estoy tan brava con esta gente tan inepta, que nos está llevando a la ruina, por el precipicio y lo único que saben es echarle la culpa a los Estados Unidos…Toda esa quiebra de todas las empresas y que aquí se siembre tan poco, no es culpa del bloqueo. Eso viene desde hace mucho tiempo. Estoy verdaderamente decepcionada porque estamos gobernados por una cuerda de bandidos, enriquecidos y prepotentes, que creen que este país es de ellos.”
La Negra ha dicho cosas peores. Se ha enfrentado a Wilmar, a Castañeda, a Calles, a jerarcas del régimen, con posturas claras, sin desprenderse de su condición de chavista. No ha sido sancionada, aunque ahora sí creo, porque el gato se subió a la batea. Y lo ha hecho, lanza en ristre, desde sus programas radiales y su columna semanal. Es decir, estas declaraciones son la continuación de un malestar de una dirigente fundamental del PSUV, que además no es la única que, aunque no haya roto con el proceso, indica la explosión interna que existe en el régimen, entre quienes avizoran salidas violentas y que cada día se arrinconan en Caracas y entre los dirigentes rojos que sienten en carne propia, las nefastas derivaciones de un régimen de ladrones y depredadores que acabaron con la República. Ay de aquellos que creen que la historia no se repite. Cuidado pues, si los jerarcas no emprendan una retirada para El Furrial, ante un pueblo arrecho que, como Boves, los empuje hacia el exilio.
No se puede ser tan mezquino ante el coraje de Muñoz. No se puede andar con un facturero en la mano, incluso de quienes libremente, por dejar su odio en el teclado, no entienda que estas declaraciones contribuyen al quiebre del régimen y a aumentar la desesperanza en el ya desaparecido chavismo popular. Alguien pudiera decir como el Diablo en la Leyenda: “Albricias pido señores que ya Florentino es mío”, aunque la perspicacia llanera del catire haya pelado por la catajarria de vírgenes para ganar la apuesta.
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