El COVID-19 se ha convertido en una pandemia letal que ha sacudido al mundo, obligando a un nuevo reordenamiento de la vida humana sin precedentes en la historia moderna.
Gracias a las exhaustivas investigaciones se ha logrado crear la vacuna contra este terrible Virus y así garantizar la mayor probabilidad de vida sin fatal contagio.
Por supuesto para los países desarrollados, con eficientes políticas públicas, se le hace más fácil atender a sus poblaciones, con las ejecuciones de planes apropiados para este tipo de emergencia y por supuesto ya tienen las vacunas y los mecanismos listos para tal efecto.
En este país Revolucionario las cosas funcionan con el misterio y corrupción correspondientes. Así es que los primeros en recibir estas dosis salvadoras no fueron precisamente los que salvan vidas, sino los que salvan a la revolución, pues los primeros en ser vacunados fueron los funcionarios del gobierno y diputados rojitos de la Capital. Después procedieron con algunos médicos y así al parecer ahora a unos maestros.
Las vacunas ya están en Caracas, y en otros estados como el Zulia, pero sigue el misterio en cuanto a su implementación a la ciudadanía y su real plan de atención al público.
Lo más indígnate es que algunos sectores se sienten dueños de las vacunas, como al igual que pasa con la gasolina y cuanto bien de consumo les permita ganarse unos dolaritos. Ojalá que con este tema se les conmueva el alma y aspiren a hacer mejor las cosas en nombre de la vida y no de la revolución.
Esa llave que se formó para el desastre del Zulia entre el Gobernador y el alcalde, ojalá les permita resolver el misterio que el régimen tiene sobre el cronograma del proceso de vacunación. Nuestro Estado se ha convertido en la zona con más mortalidad, dentro del personal de salud, y defender a los llamados Héroes de la salud, debería ser uno de los objetivos primarios de salivación.
El Estado y en especial nuestra ciudad de Maracaibo, es de las más golpeadas por la escasez y la ineficiencia de los servicios públicos que todo ser humano debe tener como el agua, tan vital para la supervivencia del ser humano y su higiene imprescindible en estos tiempos de COVID.
El estado y la ciudad cuna del oro negro, que tanta abundancia le dio al país, está sumergida en la peor miseria y crisis jamás vivida. Sus autoridades se deben pronunciar en favor de una vacunación masiva, de este pueblo tan sufrido y cuya realidad ciudadana frente a la muerte constantemente
¡Esperamos que de verdad Maduro llegue aceptar la ayuda que también propone Guaidó para que las vacunas de calidad alcancen para todos y no para una élite escogida desde la revolución!
*Iraida Villasmil*
Vicepresidenta de UNT Zulia
Ex Diputada del Consejo Legislativo del Estado Zulia
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