De cuando en cuando aparece en la prensa algún estudio realizado por alguna universidad, preferentemente, de un país desarrollado, pero no de las universidades más importantes de estos países (aunque algunas veces también aparecen estudios de las cosas más importantes que no tienen importancia alguna, he visto algunos realizadas por la Universidad de Harvard) que versan sobre cuestiones poco trascendente, por ejemplo, cuáles son los países mas felices de la tierra, los países que comen mas chucherías en el planeta, la más sabrosa chuchería del mundo, los países que más consumen cervezas y, este último que sirve para dar inicio a estas notas que es un estudio sobre los países mas groseros e insolentes del mundo.
Este es realizado la RAE, es decir, por la Academia de la Lengua Española.
En ese estudio se revela que el país más grosero, de lejos, es Colombia y ese estudio parece sumamente consistente si tomamos como evidencia empírica los tuits de Armando Benedetti, ex embajador de Colombia en Venezuela, contra la jefa de gabinete del gobierno de Gustavo Petro, Laura Sarabia, y que ha desatado una crisis política de gobierno del presidente Petro.
Aquí les hago un resumen de la batería de groserías de las que hizo gala el ex embajador Benedetti en su rifirrafe con Laura Sarabia:
“te has portado como una mierda conmigo”, “tú no sabes un culo”, “ahora si te amenazo, hija de puta”, “se ha portado como una hija de puta, después de todo lo que yo hice por Ud.”, “Ud. Esta allá por mi, hija de puta, por mí”, “… nada estás siendo eficiente para un culo”, “me estás usando, hija de puta”.
Pero, aún con este “acervo cultural y social” del que hace gala Benedetti, lo más importante de la locuacidad del ex embajador es la radiografía de un gobierno que se ofreció como la solución de todos los males que sufren los colombianos y que Benedetti ha desnudado como si pelara una cebolla.
“Como si pelara una cebolla”, digo, y una de las capas que descubren los tuits y las entrevistas que le han hecho al embajador, apunta al financiamiento de la campaña electoral en la que salió triunfador Gustavo Petro:
15 mil millones de pesos provenientes de fuentes irregulares que bien pudiera ser el narcotráfico, algunos, analistas, opinan que Venezuela contribuyó con una parte sustancial de ese monto.
Aunque, Benedetti le recuerda a Laura Sanabria, constantemente, en sus tuits, el proceso 8000, e proceso judicial emprendido contra el entonces presidente de Colombia, Ernesto Samper, bajo la acusación de recibir financiación del narcotráfico para su campaña presidencial, sambenito que no ha podido quitarse de encima.
De allí, que la hipótesis del financiamiento del narcotráfico a la campaña de Petro, es lo que se desprende de lo dicho por Benedetti.
Otra capa que descubre la desaforada locuacidad de Benedetti es que la corrupción atraviesa toda la estructura del aparato de Estado donde se plantan como verrugas aspectos que el mismo Petro enfrentó en los anteriores gobiernos a los que se opuso con fuerza, por ejemplo, el nepotismo, el tráfico de influencias y los delitos de cohecho en la que su esposa, Verónica Alcocer y su hijo, Nicolás Petro son protagonistas fundamentales. Este último también es mencionado, por Benedetti, en asuntos de lavado de dinero.
Y finalmente la otra capa que descubre el ex embajador es la que lo acusa a él mismo y de la que no escapa la señora Sanabria: el delito de extorsión.
Finalmente, Benedetti no se para en nada y, en un arranque de despecho y desespero, sugiere que Petro es asiduo en darse pases de cocaína. Sin comentarios.
Así que con una personalidad antisocial y megalómano se ha topado el gobierno de Gustavo Petro y le ha provocado una crisis de la que parece no poder manejar con eficiencia y pudiera terminar por convertirse en una crisis general de Estado.
Esto sería lo peor que le pudiera pasar a la democracia colombiana pues estaríamos de regreso a salidas indeseables para todos, incluyendo para aquellos que ya hablan de intervención de los militares para salir de Petro.
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