Las imputaciones judiciales presentadas este jueves 26 de marzo por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos contra Nicolás Maduro y 13 otros miembros del régimen criminal venezolano confirman lo que hemos denunciado desde hace años: enfrentamos un Estado criminal-terrorista que representa una grave amenaza para la seguridad hemisférica y que sólo con su salida del poder lograremos detener el sufrimiento de los venezolanos.
El día de ayer, en los Estados Unidos se produjo una decisión de carácter judicial, producto de una investigación de muchos años entre varios departamentos y agencias del Estado. En una nación donde sí existe la separación de poderes, estas decisiones reflejan una política de Estado para combatir el crimen internacional y proteger su seguridad nacional.
De acuerdo con los alegatos del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, Maduro y el Cartel de Los Soles no sólo introdujeron cocaína a los Estados Unidos, sino que convirtieron la droga en un arma para debilitar las bases mismas de la sociedad norteamericana y sus instituciones. Entre los acusados, no solo se señalan a quienes hoy usurpan el Poder Ejecutivo, también están involucrados altos rangos de la Fuerza Armada Nacional (FAN) y el presidente del ilegítimo sistema judicial del régimen, Maikel Moreno. Es decir, se evidencia la naturaleza criminal-terrorista de todo el régimen usurpador.
Adicionalmente, las investigaciones demuestran que estas actividades criminales ya tenían lugar cuando Hugo Chávez estaba en el poder.
Por eso, desde Vente Venezuela hemos insistido en enfrentar este ecosistema criminal con firmeza, escalando la presión interna y externa hasta construir una amenaza creíble, inminente y severa que los obligue a salir del poder.
Hoy, ratificamos a nuestros compatriotas que no estamos solos; que para nuestros aliados de Occidente es prioritario respaldarnos en el desalojo de este sistema de mafias cuyas operaciones y perjuicios no se pueden contener dentro de las fronteras de Venezuela.
Esto se hace aún más evidente con la crisis mundial por la propagación de la pandemia del Coronavirus (Covid-19). La corrupción e indolencia desatada por las mafias durante 20 años nos colocan en una situación de extrema vulnerabilidad y riesgo. Como todo sistema totalitario, la reacción ha sido represión y mentira, incrementando aún más el peligro para toda la sociedad. Nadie, dentro y fuera de Venezuela, permitirá que utilicen la pandemia como excusa para controlar, arremeter y perseguir a más ciudadanos -como han hecho con nuestros médicos, periodistas y productores- ni para callar a los ciudadanos que no le daremos tregua al mal.
Que quede claro: este régimen criminal-terrorista representa una amenaza sanitaria en medio de una pandemia como la que atravesamos, pero también una amenaza a la seguridad regional por su naturaleza y relaciones con el crimen organizado y el terrorismo internacional. Así lo ha entendido la comunidad democrática internacional.
Finalmente, ratificamos nuestra posición de rechazar falsos diálogos y cualquier otra trampa apaciguadora del régimen concebida para obtener oxígeno, dinero y tiempo.
Quienes, a partir de hoy, dentro o fuera del país, insistan en la operación cohabitadora con la tiranía, deberán tener presente que son cómplices del cartel narcoterrorista más grande del mundo, cuya peligrosidad es tal, que ni la lucha mundial contra la pandemia impidió el avance de la justicia para detenerlo.
Venezolanos, decisiones como las adoptadas por la justicia de los Estados Unidos son las acciones correctas para avanzar hacia nuestra liberación. Juntos, como Nación, enfrentamos al coronavirus, y lo hacemos conscientes de que ello no detiene nuestra lucha hasta vencer la tiranía que tanto daño nos ha hecho.
Después de tanto horror, seguimos de pie. Somos una sociedad noble, valiente y honesta que no permitió la banalización del mal y que jamás claudicó en nuestros principios. Por eso venceremos; dejaremos atrás el virus y el totalitarismo y su entramado de corrupción y crueldad.
¡La verdad se impondrá y haremos justicia!
Caracas, 27 de marzo de 2020
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