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Dato: ¿Por qué los evangélicos estadounidenses desconfían de la vacuna contra COVID-19?

Los líderes evangélicos en EE. UU. han ayudado a sembrar la desconfianza en los profesionales de la salud pública y en las vacunas contra COVID-19. Pero algunos jefes de la iglesia buscan soluciones.

Durante el verano, cuando el coronavirus se expandió por Estados Unidos, las campañas de desinformación promovieron teorías de conspiración que pusieron en peligro la salud de cientos de miles de estadounidenses. Muchos cristianos evangélicos, un grupo vagamente definido como protestantes, en su mayoría, de doctrina conservadora, se han visto afectados por informaciones falsas sobre la vacuna contra el COVID-19 y la pandemia.

Los críticos han acusado a los pastores fundamentalistas de perpetuar teorías infundadas que alientan a ignorar los datos de salud pública y a los expertos que luchan contra el coronavirus. Algunas afirmaciones infundadas incluyen la afirmación de que la vacuna es la “marca de la Bestia”, o que causará esterilidad en las mujeres.

“Esa gente sospecha que el coronavirus no es real. Se están alejando cada vez más de la realidad”, explicó Mark Labberton, presidente del Seminario teológico Fuller, una institución educativa cristiana en California, en entrevista con DW.

En un momento en el que los líderes mundiales y los gobiernos empiezan ya a aprobar y a distribuir vacunas contra el coronavirus, esa información errónea podría complicar los esfuerzos de los profesionales de la salud pública en Estados Unidos, que instan a la gente a vacunarse.

Informaciones falsas y supersticiones

Las teorías de conspiración sobre la vacuna se han propagado a través de las redes sociales, y siguen siendo promovidas por algunos jefes de la iglesia. Esas teorías sugieren que el virus es una tapadera para que el multimillonario Bill Gates implante microchips rastreables en las personas. Otras sostienen afirmaciones infundadas sobre el Dr. Anthony Fauci, jefe del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, quien supuestamente ayudó a planear la pandemia del coronavirus para su beneficio personal. Eso fue difundido a través de un video que impulsaba la llamada teoría de la conspiración “Plandemic”, que se extendió rápidamente hacia los rincones más conservadores de la web.

El Dr. Anthony Fauci (derecha) y el Presidente Donald Trump se han enfrentado por la política contra el COVID-19.

Según una encuesta independiente de Pew Research de julio, el 70 por ciento de los estadounidenses conoce la teoría de conspiración sobre que la pandemia habría sido planeada por las llamadas “élites”. El 36 por ciento de los encuestados afirmó creer en ella.

El temor de muchos evangélicos de derechas es que los líderes mundiales estén tomando decisiones sin la ayuda de la Biblia y en contra de la voluntad de Dios.

La influencia de Trump

Una excepción dentro del gobierno, sin embargo, es el presidente Donald Trump, que ha conservado un fuerte apoyo entre los evangélicos. A lo largo de sus cuatro años en el cargo, mantuvo un índice de aprobación de hasta el 78 por ciento entre los evangélicos blancos, mientras que el 54 por ciento de la totalidad de los protestantes apoyan al líder estadounidense.

Trump ha utilizado su influencia para ayudar a perpetuar las falsedades sobre el coronavirus. Inicialmente calificó al coronavirus de “engaño” y ha sido inconsistente en sus mensajes sobre las máscaras, tanto en sus palabras como en sus apariciones públicas. También ha descartado la alta mortalidad del virus, diciendo que desaparecerá rápidamente.

Más de 300.000 estadounidenses han muerto debido a COVID-19.

“Donald Trump no inventó eso, pero ha incrementado drásticamente la desinformación, y algunas personas están predispuestas a creer estas cosas”, dijo a DW Peter Wehner, vicepresidente del Centro de Ética y Política Pública, y antiguo redactor de discursos del presidente George W. Bush.

Tratando de convencer a los que no creen

Algunos líderes evangélicos buscan soluciones para contrarrestar los falsos mensajes sobre las pautas de la pandemia y la vacuna.

Líderes del gobierno como Francis Collins, director del Instituto Nacional de Salud y creyente declarado, habló directamente con los líderes evangélicos para aplacar las ansiedades sobre la vacuna. A finales de agosto, un grupo de más de 2.700 líderes cristianos firmaron una carta publicada por la fundación BioLogos, fundada por Collins, apoyando la “ciencia en tiempos de pandemia”.

La carta rogaba a los cristianos que “usaran máscaras, se vacunaran y evitaran la información errónea”.

“Durante el verano vimos circular cada vez más teorías de conspiración, y quisimos mostrar que hay miembros de la comunidad cristiana y muchos otros que apoyan las medidas de salud pública”, señaló Deborah Haarsma, presidenta de BioLogos, en conversación con DW.

“Hay destacados pastores e iglesias que esencialmente han rechazado la ciencia. Eso nunca es una buena idea en medio de una pandemia”, dice Wehner.

Fuente DW.com

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