En múltiples oportunidades he mencionado y descrito cual es el perfil ideal del «hombre nuevo», ese diseñado y moldeado desde hace 21 años por el castrochavismo para destruir, trampear y vivir a costillas de las limosnas del comunismo sin trabajar y agradeciendo esas migajas.
El esfuerzo de nuestros padres, y de nosotros a nuestros hijos por prepararlos, capacitarlos, inculcarles valores y ética ha mostrado al mundo, los que siguen dentro del país luchando y también fuera, por el éxodo masivo, que somos gente valiosa y trabajadora; pero lamentablemente hay una masa de venezolanos a quienes las oportunidades les faltaron y se convirtieron en el degradado prototipo deseado por la narcorevolución, el parásito que permite y apoya esta peste formando parte de tanta miseria en nuestro amado país.
Miseria es un vocablo de origen latino que significa desgracia o infortunio. También se aplica a la carencia absoluta de otras cosas, distintas a los medios económicos, refiriéndose entonces a la miseria humana, alegando falta de valores como la falta de afectos, de generosidad o de caridad por parte de alguien.
Me refiero a esa miseria humana que en esencia es el denominador común de esa organización criminal internacional liderada por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello que domina y usurpa el poder en Venezuela. No pierden tiempo ni espacios para perpetuarse en el poder no importándole la vida de millones de venezolanos y así lo han hecho aprovechándose de la pandemia para afianzar su poder y controlar aún más cada situación de la vida de los venezolanos. Son crueles, cobardes, inhumanos y miserables.
Esta semana se publicó un informe de los Derechos Humanos de la diplomacia norteamericana en el cual afirmaron que en las excepcionales circunstancias de la pandemia mundial, la narcotirania Venezolana ha aprovechado para afianzarse en el poder, aumentando su corrupción y represión con la ayuda de sus amos cubanos. Se agravó tanto la crisis humanitaria especialmente en el tema salud, que ya era una calamidad, que ya nos comparan a nivel de la guerra de Yemen, el acoso de los opositores de Vladimir Putin, los crímenes contra la humanidad de Siria y la persecución de las minorías étnicas y religiosas de China.
El informe recoge las muchas denuncias de asesinatos, ejecuciones ilegales o arbitrarias, incluidas las extrajudiciales, los paramilitares o colectivos asesinos, tratos crueles, inhumanos y degradantes, las condiciones carcelarias, presos políticos, no hay separación de poderes, secuestro y tortura por parte del régimen con ayuda de los servicios de inteligencia y seguridad cubanos. Este informe también recoge que el 6 de diciembre pasado, el régimen ilegítimo de Maduro organizó elecciones parlamentarias amañadas a favor del régimen, y casi 60 países y organismos internacionales declararon públicamente que las elecciones no fueron ni libres ni justas. Siguen haciendo de las suyas no importándole la comunidad internacional y se creen intocables pero no tengo lugar a dudas que la justicia llegará. Ese informe fue elaborado con los hechos del año pasado y sin embargo en lo que va de año se han duplicado los atropellos y abusos como el de esta semana con la detención e incomunicación de los comunicadores sociales de NTN24 y los representantes de FundaRedes en el estado Apure a quienes detuvieron durante 25 horas y no los pusieron a la orden de un tribunal ni nada, simplemente una flagrante privación ilegítima de la libertad y punto, al estilo de la época prehistórica. Lo insólito es que las mismas Fuerzas Armadas les hayan robado sus instrumentos de trabajo como las cámaras, micrófonos, cables y celulares. Es importante destacar que ese informe se elabora desde 1977 y en él se analiza la situación de los Derechos Humanos en todo el planeta. Para elaborarlo, la división encargada de asuntos relativos a la democracia, los Derechos Humanos y el trabajo del departamento de Estado utiliza informes de las embajadas de EE.UU., gobiernos extranjeros y organizaciones no gubernamentales. Cada año, este detallado análisis se envía al Capitolio para que conste en el registro de las cámaras legislativas y sirva de guía para la aprobación de leyes que afecten a las relaciones exteriores del país.
Reflexiono desde la cárcel del exilio y me pregunto cada día, porqué teniendo tantos elementos que demuestran con estadísticas, hechos y evidencias desgarradoras el sufrimiento de mi gente, las decisiones contra esos crímenes de lesa humanidad son envueltas por la burocracia y protocolos de los entes competentes. Tenemos la esperanza de ver qué así como la miseria humana los caracteriza, la justicia divina hará lo suyo.
Mi denuncia y enfrentamiento al comunismo siempre de frente no cesará, con lo único que me queda LA PLUMA Y LA PALABRA
José Gregorio «El Gato» Briceño Torrealba
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