Para nadie es un secreto la aguda crisis económica y social por la cual atraviesa nuestro país, acrecentada durante el último año. Servicios públicos colapsados, imposibilidad de acceso a financiamiento, inflación, inseguridad, voracidad fiscal, falta de incentivos a la producción, son tan solo algunas de las dificultades que nos aquejan.
A lo anterior se suma la crisis energética, muy particularmente la que venimos sufriendo en los últimos meses por la aguda escasez de gasoil, cuyas nefastas consecuencias para la economía productiva nacional hemos venido denunciando en reiteradas oportunidades. La respuesta por parte de las autoridades fue un plan de contingencia de 60 días al sector, cuyo contenido desconocemos.
Y es que nuestros campos, fábricas y comercios ya no disponen de tiempo. Al respecto exigimos, de manera contundente, atención prioritaria para los sectores productivos, sobre todo si tomamos en consideración que el sistema alimentario es medular. Desde hace meses venimos advirtiendo sobre las terribles consecuencias que genera la falta, casi absoluta en todo el territorio nacional, del vital combustible y de cómo está afectando al sector productivo.
Con gasoil se mueve el país. Las cosechas y la materia prima deben ser movilizadas desde el campo hasta las ciudades y las fábricas. Ante un servicio eléctrico deficiente, muchas industrias se han visto obligadas a generar su propia energía, mediante plantas eléctricas que funcionan con gasoil, necesarias para encender la maquinaria y los equipos requeridos para la elaboración de los productos que llenan los anaqueles de los comercios venezolanos.
La economía en 17 estados del país, con vocación agroindustrial, pende de un hilo. En apenas 15 días se iniciará un nuevo ciclo de siembra, el más importante del año, y, si ese proceso no se lleva a cabo por la falta de combustible, será imposible producir los alimentos que los venezolanos pondrán en su plato. Peligra nuestra seguridad alimentaria.
Solamente el Estado tiene la capacidad y los recursos necesarios para solventar la inminente crisis que se avecina, ante la probabilidad de que sea imposible comenzar con la actividad de siembra. El Ejecutivo Nacional tiene la solución a esta problemática, y exigimos acciones concretas en este sentido.
El gasoil es además esencial para el traslado de las personas y la distribución de los productos que elabora la industria nacional. Es, sin duda alguna, uno de los elementos más importantes de toda la cadena productiva.
Salir de esta problemática no está en nuestras manos. Urge que las autoridades solucionen, en el menor tiempo posible y definitivamente, el abastecimiento de gasoil. Desde las organizaciones que representamos, nos comprometemos a trabajar, de manera conjunta, en el diseño de los planes y las políticas necesarias para revertir la situación.
La escasez de gasoil nos afecta a todos por igual: al más humilde agricultor, el industrial, el comerciante y a la economía como un todo. Pero, sin duda alguna, la mayor afectación será para la población venezolana. Es por ello que, en nombre de nuestros afiliados y de las cientos de miles de familias, cuyos ingresos dependen del sector privado, exigimos una vez más al Ejecutivo Nacional, la resolución de este problema en Venezuela.
El tiempo juega en contra de todos.
Nota de Prensa
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