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Hace tres décadas: Julián Terán casi mete preso al exalcalde de Guanare José Clemente Pérez Oráa

José Clemente Pérez Oráa acusó en su momento al conocido empresario de las bicicletas, motos y carros de andar en “negocios turbios” o de no saber justificar el dinero que tiene, cuya osadía estuvo a punto de costarle el cargo de alcalde y más dinero del que pagó en una demanda polémica

En los meses finales del año 1992, el entonces candidato y luego Alcalde del municipio Guanare, José Clemente Pérez Oráa, acusó alegremente y al fragor de la actividad política de la época en el espacio radial “Primera Plana”, moderado por el periodista Grossman Parra Pinto en esa época en radio “Estelar 1.440”,  al empresario y dirigente político guanareño Julián Terán de andar en “negocios turbios”, “no saber justificar tanto dinero gastado en  campaña electoral”.

La osadía de Pérez Oráa estuvo a punto de costarle el cargo una vez instalado como burgomaestre apoyado principalmente por partido el Copei, de no ser por la mediación del entonces juez Argenis Delgado (+), quien, haciendo uso de sus conocimientos profesionales apeló a la “reparación” y “conciliación” bajo parámetros contemplados en la legislación de entonces,  para evitar un colapso en la función pública, según trascendió a la prensa de entonces. 

EL POLÉMICO ALCALDE

    El ingeniero José Clemente Pérez Oráa gana las elecciones del año 1992, y se instala como Alcalde del municipio Guanare en Enero de 1993.  De amplia verborrea e incontinencia de epítetos o adjetivaciones, en sus intervenciones radiales, entrevistas o discursos, Pérez Oráa se ganó más de un enemigo político, porque, como él mismo lo refería y se reflejan en varias notas periodísticas, “por la verdad murió Cristo”.

     En la Alcaldía del municipio Guanare, que gobernó desde Enero de 1993 al 2000, se le recuerda como un hombre de fuerte carácter y de exigencias firmes en cada una de las responsabilidades encomendadas a sus subalternos, y no le importaba llamar la atención abiertamente sin importar condición o rango de cargo, bastaba que estuviera bajo su línea de mando  para que esa persona entrara en su radar de estado de ánimo.

    En búsqueda del inicio del impasse entre Julián Terán y José Clemente Pérez Oráa, nos encontramos con el hecho de que el siempre polémico periodista Grossman Parra Pinto, a la postre también candidato para el año 1992 como CONCEJAL del municipio Guanare, por su eterno partido Copei,  entrevista al segundo de los mencionados, quien en un arranque de frases acusa al primero de haberse hecho rico con “negocios turbios”, y le pide justificar ante el pueblo de dónde saca tanto dinero. 

RESPUESTA DE JULIÁN TERÁN

     La respuesta a las interrogantes y acusaciones de Pérez Oráa vendría de inmediato por parte del conocido empresario y dirigente político Julián Terán, asistido por un grupo de abogados, pero por el mismo ritmo de la administración de justicia el caso se define cerca de un año después,  cuando luego de intenso forcejeo legal se impone la tesis de la demanda por difamación pública incoada por éste, ya que no existía evidencia alguna ni soporte de las destempladas acusaciones.

      Pérez Oráa se tambalea en el cargo, ya que se esperaba que luego los mismos abogados de Julián Terán fuesen por otra acción de reivindicación del honor y reputación personal, ante cuyo hecho la justicia se combina con la cordura y característica reconciliadora que acompañó desde siempre al juez Argenis Delgado.

     Una propuesta de indemnización monetaria y retractación pública fue aceptada por Pérez Oráa, para poner fin al litigio jurídico en referencia, con la garantía de que Julián Terán desistiría de otras acciones judiciales en cualquier instancia, para lo cual se buscaron varios testigos, conocidos por ambas partes.

LOS PORMENORES DEL CASO

     Pérez Oráa envió un COMUNICADO DE RETRACTACIÓN  para ser leído en “Primera Plana”, que fue donde tuvo origen las acusaciones contra Julián Terán, pero éste no aceptó que se RETRACTARA de esa manera, y pidió que la leyera el mismo acusador, es decir, José Clemente Oráa, siendo ya mandatario municipal. Así se hizo y esa parte quedó subsanada pasando a la historia.

     Igualmente se coordinó con   Pérez Oráa el pago 6 MILLONES DE BOLÍVARES a Julián Terán, por daños morales ocasionados,  un monto significativo en la época, y así lo hizo, en billetes de varias denominaciones, los cuales fueron entregados en el local de Rivas Encinoso, donde quedaba “Doña Parrilla” al lado de la sede del Colegio “Lourdes”.

     Se da el caso que a un hermano de Julián Terán, Simeón Terán,  le correspondió ir a depositar el dinero, y uno de los billetes resultó falso, según lo manifestó el cajero de la agencia bancaria,  por lo que se corrió el riesgo de otra demanda en esta oportunidad por “estafa”, pero convencieron al empresario de desistir de sus intenciones.

    Hoy en día Pérez Oráa, luego de varios intentos frustrados por recuperar la Alcaldía de Guanare, y hasta aspirar a la Gobernación de Portuguesa,  desistió de seguir en la política, y vive su retiro en los Estados Unidos, en Pittsburgh; mientras que Julián Terán ha seguido en su mundo empresarial, y apostando a la política en cada campaña electoral de una u otra manera.

LA JURISPRUDENCIA

       El caso de demanda de JULIÁN TERÁN CONTRA EL ALCALDE DE GUANARE JOSÉ CLEMENTE PÉREZ ORÁA (1993-2000) es actualmente JURISPRUDENCIA DEL TSJ, y dejó por sentado un precedente para las acusaciones livianas públicas o carentes de soportes para sustanciar las mismas.-

Elías Díaz

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