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Informe confidencial: ¿Por qué Venezuela se quedó sin gasoil?

Después de tener una robusta capacidad de producción de combustible para abastecer su mercado interno e incluso exportar, en la actualidad Venezuela se encuentra en riesgo de una paralización técnica ante la falta de diésel

La escasez de combustible que marcó todo el 2020 persiste, pero con un agravante: en lo que va de 2021 la falta de diésel se ha profundizado, poniendo en riesgo toda la línea de producción y movilización de productos básicos. “El país podría paralizarse casi por completo”, advirtió en entrevista con El Carabobeño el economista Alejandro Castro, gerente de operaciones de la firma Econométrica.

Durante los primeros meses del año pasado la falta de gasoil no se hizo evidente porque el inventario era mayor que el de gasolina y la demanda de este tipo de combustible no era tan grande. Sin embargo, hoy la situación es otra.

Según estimaciones de Econométrica reflejadas en un reciente informe, se reporta un déficit promedio de 15 mil barriles por día (bpd) de diésel, tomando en cuenta que la producción estaría rondando los 30 mil bpd y la demanda sería de al menos 45 mil bpd.

Entre tres y cuatro millones de barriles de gasoil es lo que le queda almacenado a Pdvsa, de acuerdo a la firma de asesoría económica y financiera. De ahí derivan las severas restricciones en el suministro de este combustible que padecen empresarios, productores y transportistas. “Al ritmo actual de producción y consumo, dependiendo del uso que se le dé, eso alcanzaría para entre tres o cuatro meses”, expuso Castro.

En 2010 el país llegó a refinar, en promedio, unos 400 mil bpd de petróleo. Luego se registró una leve disminución y durante los cuatro años siguientes la refinación se mantuvo en aproximadamente 320 mil bpd. Fue en 2015 cuando inició la caída libre de la producción de derivados de hidrocarburo, como la gasolina, el gasoil, el kerosene, entre otros, hasta alcanzar los niveles actuales, que a duras penas rozan los 100 mil bpd.

Un problema, varias causas

A diferencia de la gasolina, el diésel es producto de la destilación primaria del petróleo. “Es muy fácil obtenerlo”, dijo el secretario de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), Iván Freites. Pero las plantas destiladoras de las seis principales refinerías se encuentran deterioradas e inestables, mientras que el suministro de crudo es cada vez menor.

Gracias al desmantelamiento progresivo de Pdvsa durante los últimos años, la industria petrolera venezolana se encuentra sumida en una aguda crisis. Presuntos casos de corrupción, desinversión, falta de mantenimiento, ausencia de personal calificado y politización de la empresa la redujeron a restos de instalaciones parcialmente operativas.

La baja producción de petróleo al occidente del país, por ejemplo, limita el procesamiento en el Complejo de Refinación Paraguaná (CRP), en Falcón, cuyas refinerías (Amuay y Cardón), junto a la de Puerto La Cruz, que arrancó operaciones nuevamente la semana pasada, son las que se encuentran produciendo gasoil, aunque al mínimo de su capacidad instalada y de forma intermitente.

En conversación con El Carabobeño el sindicalista agregó que la planta destiladora N° 2 de Cardón se paralizó por fallas con una bomba en horas de la noche del jueves 11 de marzo, lo que compromete todavía más la ya escasa producción.

Ante la incapacidad de aumentar la refinación interna, el salvavidas del gobierno de Nicolás Maduro eran los intercambios de crudo por gasoil con petroleras de la India, Francia, España e Italia. Sin embargo, las empresas de esos países decidieron suspender la venta de combustible a Venezuela para evitar el riesgo de ser sancionadas por los Estados Unidos.

El último intercambio que logró concretar Pdvsa para obtener gasoil fue en noviembre pasado, con la refinadora india Reliance Industries Ltd. Es así como la estatal petrolera ahora depende estrictamente del inventario que le queda y lo poco que logra refinar.

A juicio de Freites, otro aspecto que empeora el desabastecimiento en las estaciones de servicio locales son los despachos de gasoil hacia Cuba que todavía realiza la administración de Maduro. “El régimen cubano necesita más diésel, porque sus plantas eléctricas funcionan con eso y Venezuela se lo sigue enviando”, aseguró.

Datos de rastreo marítimo revelaron que en febrero al menos dos buques cubanos, uno de ellos sancionado por Estados Unidos, salieron de la refinería El Palito, en Carabobo, rumbo a la isla cargados con crudo, diésel y fuel oil.

Recurso estratégico para Venezuela

Venezuela es uno de los pocos países de la región cuyas conexiones ferroviarias son prácticamente nulas. Según cifras de la Cámara Regional de Carga, más del 98 % de los bienes y productos que consume la población se movilizan vía terrestre. Aunado a eso, el 100 % de las unidades de carga pesada usa diésel.

Ante esa realidad, consideró Castro, el país tiene una altísima dependencia al gasoil, por lo que la escasez de este derivado inevitablemente afecta toda la cadena productiva: desde el despacho de la materia prima nacional o importada, la elaboración de los productos y su posterior distribución a los lugares de compra y consumo, hasta la movilización de personas en el transporte público.

También, dependiendo de la concentración de azufre que tenga el gasoil, es usado para otras actividades, como el funcionamiento de las plantas termoeléctricas que se encuentran operativas para apoyar el colapsado Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

“Al final, si no hay diésel, el país se puede paralizar casi por completo” expuso el especialista.  A su parecer, ese sería el peor escenario para economía venezolana porque aumentaría nuevamente el índice de escasez en los anaqueles, que gracias a la eliminación de medidas como el control de precios, pasó de 40 % hace dos años a entre 20 % y 25 % en la actualidad, al menos en el caso de alimentos y bebidas alcohólicas.

De no haber una solución pronta a esta situación, sostuvo el gerente de operaciones de Econométrica, la crisis generalizada por la que atraviesa la nación se podría exacerbar a mediados de junio, fecha hasta la que se espera alcance el inventario de gasoil de Pdvsa si no se levanta la producción o se importa el recurso.

Producción agropecuaria en riesgo

El sector agrícola y pecuario es uno de los que se ha visto afectado por la falta de diésel, ya que toda la maquinaria que utiliza en los procesos de siembra y cosecha requieren de este combustible para funcionar: tractores, cosechadoras, entre otros equipos.

“En estos momentos, que se está cosechando el frijol y otras leguminosas, los productores tienen dificultad para sacarlas y llevarlas hasta las empresas que las procesan”, señaló Ramón Sanz, director de la Cámara de Pequeños-Medianos Industriales y Artesanos del estado Carabobo (Capemiac).

Los cañicultores desde mediados de enero señalaban que el mayor problema que afrontaban para sacar adelante la zafra era la escasez de gasoil. No solo porque lo requieren para sus maquinarias, sino también para movilizar la caña de azúcar y procesarla en los centrales azucareros.

Pequeñas y medianas industrias afectadas

Antonello Lorusso, primer vicepresidente de Capemiac, alertó que en las últimas tres semanas se ha agudizado la falta de diésel en el estado. “Hemos tratado que el gobierno nos escuche y sepa que tenemos un problema grave, porque no solo son los camiones para transportar materia prima y productos terminados, también tenemos industrias que sus calderas y maquinarias son a base de gasoil”.

El fantasma de la escasez no deja de inquietar a los empresarios. Lorusso se mostró preocupado ante la eventual imposibilidad de llegar a los anaqueles si el problema no es solventado. Algunos afiliados a la cámara ya han manifestado tener dificultad para hacer la distribución de sus productos.

Mediante un comunicado difundido recientemente, la junta directiva de Capemiac fue tajante al alertar que Venezuela se encuentra a las puertas de una paralización técnica de su economía debido a esta situación.

100 litros por unidad de carga pesada

Los transportistas que manejan las unidades de carga pesada pierden hasta 10 días de espera en cola a las afueras de las estaciones de servicio para intentar surtir combustible, con todos los riesgos de seguridad que eso implica. Así lo denunciaron esta semana voceros la Cámara de Transporte del Centro (Catracentro).

Además, en los expendios de combustible solo les surten 100 litros de gasoil a cada unidad, cuando la capacidad de la mayoría de los tanques supera los mil litros. De acuerdo al presidente de Catracentro, Alfredo Musiol, estos vehículos que suelen hacer viajes de larga distancia consumen en promedio un litro por cada 15 kilómetros recorridos.

El pasado viernes 5 de marzo, a modo de protesta para exigir que se regularice el suministro del carburante, un grupo de transportistas cerró el paso en la Autopista Regional del Centro (ARC), cerca del kilómetro 105, sentido Maracay-Valencia. Frustrados, los conductores atravesaron sus unidades en plena arteria vial y paralizaron el tránsito durante casi una hora.

Déficit de transporte público

En la entidad carabobeña el déficit de unidades de transporte público es evidente. Solo basta con observar las principales paradas de los municipios de la Gran Valencia, sin importar si es semana de flexibilización o cuarentena radical, para notar el colapso.

Los pocos vehículos disponibles siempre están abarrotados y los usuarios, desesperados por llegar al trabajo o devolverse a sus hogares, se ven en la necesidad de incumplir el distanciamiento físico recomendado para evitar la propagación del virus de la COVID-19.

Marleny Campos, secretaria de Finanzas del Sindicato Unido de Transporte en Carabobo, explicó que la falta de unidades se debe a la escasez de combustible, tanto gasolina como gasoil, que los obliga a permanecer hasta dos días en cola a las afueras de las estaciones de servicio.

“Y lo que nos echan son 80 litros por unidad. Eso no nos alcanza porque imagínate hacer dos días de cola por menos de un día de trabajo”, reprochó Campos.

¿Hay solución a corto plazo?

Para Castro, egresado de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela, Pdvsa tiene un panorama complicado porque empresas como Eni (Italia) o Repsol (España), que podían apoyar a la estatal petrolera en la solución a corto plazo del problema, decidieron mantenerse al margen para evitar exponerse a las sanciones estadounidenses.

Por otra parte Irán, uno de los principales aliados del madurismo, produce muy poco diésel, lo que lo deja fuera de la ecuación en ese aspecto, aclaró el economista. De hecho, en el último despacho que arribó a la costa carabobeña en febrero, la nación islámica envió 270 mil barriles, pero solo de gasolina.

“Pdsva va a tener que hacer esfuerzos importantes para aumentar la producción o racionar aún más lo que queda, no tiene otra opción. Una paralización técnica del país puede ocurrir en cuestión de meses”, insistió.

Remarca el Informe que Venezuela, solo produce el 40% del gasoil que necesita y peligra la distribución de alimentos

A la escasez de comida, la inflación y la inseguridad, se suma el problema de los combustibles, que también escasean y hacen difícil la movilidad de las personas y la llegada de materia prima a las ciudades.

De acuerdo a lo que subrayaron expertos petroleros y el sindicato de PDVSA, en diálogo con La Prensa de Laralas fallas responden a la escasa producción que existe en las refinerías Cardón, del Complejo Refinador de Paraguaná en el estado Falcón; y El Palito en Puerto Cabello, en el estado de Carabobo, únicas dos plantas de las cinco que existen en el país que operan al mínimo de su capacidad instalada.

Fuente ElCarabobeño

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