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#OPINION Por José Luis Centeno: Presunción de inocencia para no entendidos

Un pilar de la justicia que nos recuerda la fragilidad de la condición humana.

Imagina que un amigo tuyo es acusado de algo que no hizo.

¿Cómo te sentirías si, sin pruebas, todos empezaran a llamarlo culpable?.

La presunción de inocencia es un derecho que protege a todas las personas en situaciones como esta.

Es un principio fundamental que dice que todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Pero, ¿Qué significa esto en la práctica y por qué es tan importante?

La presunción de inocencia es como un escudo que nos protege a todos.

Significa que, si alguien es acusado de un delito, no podemos asumir que es culpable sin pruebas concretas. Es como en un juego de fútbol:

No puedes dar un penalti solo porque crees que un jugador hizo algo malo; necesitas pruebas, como una falta clara. 

En la vida real, esto se traduce en que nadie debe ser tratado como culpable hasta que un juez lo diga, después de un juicio justo.

A tal fin, para que este derecho se respete, hay algunas reglas que todos, desde los jueces hasta los fiscales, deben seguir, que procuraré explicar de manera sencilla:

Primero, existe lo que se conoce como “La carga de la prueba”.

Es importante saber que la carga de la prueba recae en quien acusa.

Esto significa que, si alguien dice que tú hiciste algo malo, esa persona tiene que demostrarlo. Tú no tienes que probar que eres inocente; eso es responsabilidad de quien te acusa.

¡Es como si en un examen, el profesor tuviera que demostrar que tú te copiaste, en vez de que tú tuvieras que demostrar que no lo hiciste! 

Por tanto, mientras acontece el encausamiento o se lleva a cabo el juicio, el acusado debe ser tratado como si fuera inocente. Esto quiere decir que no se le puede condenar antes de que haya un veredicto final.

Así, todos tienen la oportunidad de defenderse y presentar su versión de los hechos. Es como si en un partido de baloncesto, un jugador no pudiera ser expulsado del juego antes de que el árbitro revise la jugada.

Suena trillado, pero es menester repetirlo, los jueces y fiscales deben ser imparciales.

Esto significa que no pueden tener prejuicios ni hacer comentarios que sugieran que el acusado es culpable antes de que se haya tomado una decisión. Imagina que un árbitro en un partido de fútbol ya decide que un equipo es culpable de hacer trampa antes de que el partido haya terminado. Eso no sería justo, ¿verdad?

Finalmente, algo insoslayable que tiende a obviarse, el acusado tiene derecho a un juicio justo. Esto incluye poder defenderse, presentar pruebas y ser escuchado.

Es como si en un debate, todos los participantes tuvieran la oportunidad de expresar sus opiniones y defender sus puntos de vista antes de que se tome una decisión.

Así las cosas, la presunción de inocencia es vital para cualquier sociedad que se considere justa y equitativa.

Este derecho no solo protege a las personas acusadas, sino que también ayuda a mantener la confianza en el sistema judicial.

Si las personas sienten que pueden ser condenadas sin pruebas, perderán la fe en la justicia.

Ejemplos históricos no solo ilustran la importancia de la presunción de inocencia, sino que también subrayan la necesidad de un sistema judicial que respete este principio para garantizar la justicia y proteger los derechos humanos.

Uno de los hitos más significativos en la consagración de la presunción de inocencia fue la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, que estableció que “todo hombre es considerado inocente hasta que ha sido declarado convicto”.

Este documento fue crucial para el desarrollo de las democracias modernas, ya que rechazaba el sistema inquisitivo que obligaba al acusado a probar su inocencia, un enfoque que llevó a numerosas injusticias y condenas erróneas.

La presunción de inocencia también ha sido consagrada en varios tratados internacionales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, documentos que reflejan el consenso global sobre la necesidad de proteger este derecho fundamental en todas las sociedades

De cara a procesos tales como el Caso de Sacco y Vanzetti en la década de 1920, los Juicios de Guerra de Nuremberg, tras la Segunda Guerra Mundial, y el Caso de los “Los Tres de West Memphis”, tres adolescentes condenados por el asesinato de tres niños en 1993 y absueltos en 2011, la historia nos enseña que la falta de respeto a este derecho puede llevar a graves injusticias y a la erosión de la confianza en el sistema judicial.

Así las cosas, cabe preguntarse:

¿Qué sucede si las autoridades no respetan la presunción de inocencia? Cuando las autoridades no respetan la presunción de inocencia, se generan múltiples consecuencias negativas tanto para los individuos afectados como para la sociedad en general. Entre las implicaciones, tenemos: 

Injusticias y condenas erróneas, Erosión de la confianza en el sistema judicial (como se expuso con anterioridad), Violaciones de derechos humanos, Impacto social y psicológico, así como Desigualdad y discriminación.

Como se puede ver, la presunción de inocencia es un pilar de la justicia que nos recuerda la fragilidad de la condición humana.

En un mundo donde todos podemos ser acusados, es vital que se respete este derecho.

Al proteger la inocencia hasta que se demuestre lo contrario, no solo defendemos a los inocentes, sino que también fortalecemos la confianza en la justicia y en nuestra humanidad compartida.

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