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Opinión: ¿Qué pasará el 6D?, Por Enderson Sequera y José Linares

Habrá una nueva simulación electoral. El chavismo se adjudicará las dos terceras partes de la AN. El resto de los curules serán repartidos entre los partidos de la Mesa de Diálogo Nacional y las directivas impuestas de PJ, AD y VP. El objetivo: diseñar un nuevo sistema político con organizaciones que no disputen el poder al PSUV.

En medio del aumento vertiginoso de los casos por COVID-19, los cuales han superado los 20.000 contagios, Venezuela acudirá a una nueva simulación electoral el 06 de diciembre. Estos “comicios” no se asemejarán a las elecciones parlamentarias de 2015, ni a las de la ANC en 2017 o las presidenciales de 2018. El contexto ha cambiado.

El país se pregunta: ¿Qué pasará el 06 de diciembre? A continuación, mediante una revisión de contenido de los principales actores, responderemos esta inquietud.

¿Qué dice la gente?

Según la encuestadora Delphos, 58, 9% de los venezolanos están dispuestos a votar, intención que disminuye al 46,6% si la oposición de Guaidó se abstiene. En cambio, si deciden participar, subiría a 60,3%. La intención de voto es más alta en los estratos sociales bajos: hasta 73,4% en el sector E.

En referencia a las condiciones, el nuevo CNE, impuesto por el TSJ, se valora negativamente en un 41,7%. Aun así, el 62,9% considera que la oposición debe participar. Solo un 35,3% sabe de la existencia de la Mesa de Diálogo Nacional (MDN), es decir, un alto porcentaje considera votar por partidos y candidatos que ni siquiera conocen.

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La MDN y los partidos secuestrados por el TSJ cumplen el objetivo de dividir el voto. En tal escenario, si Guaidó participa, la intención de voto de la oposición es de 50,1%. De esa cifra, se desprende que el 12,6% representa a candidatos de los partidos cooptados por el TSJ (PJ, AD y VP) y un 6,7% a partidos de la MDN, restando 19,3% a la oposición de Guaidó.

¿Qué dice la presidencia encargada?

El mensaje es claro: Acuerdo unitario para no participar. Dicha posición se ratificó en un comunicado del 01 de agosto, suscrito por la mayoría de los partidos políticos democráticos.

La búsqueda de elecciones libres sigue siendo el norte de los partidos que respaldan al interinato. Al contrario piden una Consulta Popular con el propósito de declarar un fraude y pedir la salida de Maduro, del 7 al 12D.

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Presidente (E) de Venezuela, Juan Guaidó

¿Qué dicen los políticos?

Según el diputado Miguel Pizarro, hay un falso dilema: Elecciones sin condiciones o caer en el ejercicio ficticio de un gobierno en el exilio. Pizarro señala que no hay acción política sin riesgo en Venezuela y que la prolongación del gobierno interino solo tiene sentido si es para confrontar a Nicolás Maduro. Enfatiza que sin organización interna nada va a cambiar. Para ello, sugiere que hay que reconciliar posiciones internas y hacer ejercicio de presión social, pero sabiendo que habrá factores que evitarán que lleguemos a donde tenemos que llegar.

A las consideraciones del Comisionado Pizarro, restaría preguntarse: ¿Cómo movilizar o promover la lucha interna con el aumento vertiginoso del COVID-19 y la consecuente consolidación del Estado policial en Venezuela, el cual usa como justificación la pandemia?

Adicionalmente, el exgobernador de Miranda, Henrique Capriles, hace autocrítica. Reconoce que la estrategia de 2019 con el llamado “cese de usurpación” ha fracasado y toca replantear la estrategia abriendo el debate político. “Hay que fijar una posición, consultar, hablar con la gente y decidir lo que más le conviene al país, en una democracia que no existe, que tenemos que recuperar. Ese régimen lo que quiere es que se le entregue la Asamblea Nacional, que haya forfait”, declaró en el programa que trasmite por sus redes sociales.

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Ex gobernador de Miranda, Henrique Capriles.

Sin embargo, el excandidato presidencial cerró su reflexión invocando a “la rebelión de las cédulas” (metáfora pronunciada en el contexto de los más de 800 mil cambios de Centro de Votación arbitrariamente realizados por el nuevo CNE). Capriles no aclaró ni el alcance ni la viabilidad de esta ambigua propuesta.

¿Qué dicen los analistas?

Para el exrector del CNE, Andrés Caleca, el factor pandemia es vital. Afirma que no hay condiciones para llevar a cabo el proceso. Puntualiza que para tener unas elecciones legislativas confiables se deben tomar mínimo 10 meses. Plantea la falta de infraestructura. “¿Qué paso con las máquinas y demás equipos que se quemaron en Mariches?”, se pregunta.

Caleca también recordó que se deben mandar a fabricar nuevas máquinas electorales y diseñar un nuevo software, porque el que estaba establecido ya no funcionaría para esta elección, ya que el CNE modificó la composición de los diputados de la Asamblea Nacional y de 167 pasaron a 277, agregando una nueva “lista nacional”.

“Debes hacer un software para una elección, que en la práctica son más de 300 elecciones simultáneas. Ahora eliges el mismo día a 133 diputados nominales, 96 por listas regionales, 48 por lista nacional y después 3 por cada estado. Todo eso son elecciones que se solapan. No es un software sencillo, requiere tiempo”, explicó.

En este contexto, exrectores y exdirectivos del CNE, juristas y políticos de trayectoria en materia electoral suscribieron y presentaron ante la Sala Constitucional del TSJ un recurso de amparo con solicitud de inconstitucionalidad y nulidad en contra de la convocatoria, normas y reglamentos que regirán las elecciones legislativas del próximo 06 de diciembre.

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Jefe del régimen de facto, Nicolás Maduro.

Los recursos están dirigidos específicamente a la anulación de las “Normas Especiales para las Elecciones a la Asamblea Nacional Período 2021–2026” y del “Reglamento Especial para Regular la Elección de la Representación Indígena en la Asamblea Nacional 2020”, dictados por el CNE el pasado 30 de junio, aunque el segundo de los instrumentos fue publicado casi un mes más tarde.

Las violaciones a las que se incurren van desde la modificación de la ley electoral a seis meses de la elección, la transformación total del sistema de elección, el aumento sin justificación del número de diputados, la eliminación del derecho al voto directo para los pueblos indígenas, y el aislamiento de los tribunales ordinarios y las salas del TSJ por estar cerrados. que impide a los ciudadanos ejercer acciones jurídicas vulnerando sus derechos. La única alternativa de actuación ante el TSJ en este momento es el recurso de amparo, señaló el exrector.

Si bien la iniciativa de este grupo de venezolanos es valiosa, la misma carece de toda viabilidad. Dicho TSJ ante el cual se introduce el recurso es el mismo que, meses atrás, designó, entre gallos y media noche, un nuevo CNE. ¿Es posible que este recurso de pie a alguna modificación? Muy poco probable.

Otros de los inconvenientes que presenta la elección es el estado de la pandemia. Según el periodista especializado en asuntos electorales, Eugenio Martínez, “44 fases del proceso diseñado por el CNE representan riesgos de contagio”.

Con la experiencia cercana del rebrote que se produjo en República Dominicana luego de los comicios presidenciales, incluso con las ejemplares medidas del organismo de ese país, el CNE ha decidido, en lo sustancial, ignorar el riesgo del COVID-19.

¿Qué dice el CNE?

En días previos, Juan Carlos Delpino, rector del CNE, admitió que se ejecutó un fraude electoral contra Andrés Velázquez en las elecciones de gobernadores de 2017. “Ahora lo puedo decir porque soy rector, el CNE estuvo a punto de proclamar a Andrés Velásquez en Bolívar. Se comprobó que hubo fraude”, expresó Delpino durante una entrevista con Vladimir Villegas.

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Rafael Simón Jiménez, fue rector del CNE y ahora directivo nacional de Unión y Progreso

Delpino manifestó que luego de las denuncias de Velázquez, decidieron suspender su juramentación como gobernador electo y optaron por enviar el caso al TSJ, órgano manejado por el régimen de Maduro, para que quedara archivado.

¿Cómo confiar en el organismo electoral si uno de sus rectores, aun en conocimiento de la situación, no denunció en su momento el fraude en las elecciones regionales de 2017?

¿Qué pasa en el mundo?

A la espera de los resultados de las objeciones, pues el supuesto ganador demócrata, Joe Biden, no se sabe si ganoó las elecciones en Estados Unidos.

El presidente Donald Trump no descansa y denuncia fraude, cosa que se está a la espera de unas investigaciones.

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Es o no será presidente Joe Biden

¿Es Venezuela una política bipartidista en Estados Unidos? Sí y no. Sí, porque ambos partidos se oponen a la dictadura de Nicolás Maduro y han reconocido a Juan Guaidó como el presidente encargado del país. No, porque al ser una política reciente y no de larga data, el enfoque está sujeto a variaciones en la opinión pública. Y aquí privan los intereses de ambos bandos.

En un documento donde se analizaba la política exterior de Biden, este mostraba su recelo y dio respuestas ambiguas ante el concepto de “cambio de régimen”. ¿Significa esto un cambio de política en Venezuela?

Por su parte, Samantha Powell, quien ha construido su carrera sobre la promoción de la intervención de su país para prevenir genocidios, se perfila como la candidata a la Secretaría de Estado en caso de triunfar los demócratas.

¿Qué pasará en Venezuela?

El 06 de diciembre en la noche, la nueva presidente del CNE, Indira Alonzo, debutará como la vocera electoral del régimen chavista. El resultado que anunciará puede variar en números y colores, pero tendrá las siguientes constantes: otorgará dos terceras partes de la AN al PSUV (mínimo 186 diputados), con lo cual se asegura la “mayoría calificada”, y repartirá el resto de los curules entre los partidos de la Mesa de Diálogo Nacional (MAS, AP, Soluciones, Cambiemos) y las directivas impuestas de PJ, AD y VP.

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TSJ juramenta a nuevo CNE

El objetivo es claro: el chavismo apunta a construir un nuevo sistema político con organizaciones que simulen participación y disidencia, pero que no le disputen el poder. Es la formalización del “colaboracionismo”. Es la manera que tiene el autoritarismo de cooptar a políticos desempleados e inofensivos para oxigenar a los actores, pero mantener la hegemonía.

El 6D el chavismo no solo busca desplazar el liderazgo democrático que, en los últimos cinco años, le disputó de cerca el poder, sino que tratará de diseñar un nuevo ecosistema de actores y organizaciones que le permitan disminuir los niveles de represión y enfocarse en atender sus finanzas. El 6D no es una fecha coyuntural para el régimen chavista, sino una apuesta a largo plazo.

Ante este panorama, ¿Qué hará la presidencia encargada? ¿Cómo piensa reaccionar el liderazgo democrático?

En primera instancia, debe entender que la simulación electoral de 2020 no se asemeja a los comicios de 2015, donde el autoritarismo aún dejaba grietas en las cuales competir y sumar poder; ni a los comicios de 2017, donde la calle era una opción para aumentar el costo político del régimen; ni a la presidencial del 2018, donde el mundo libre había alertado, luego de la ANC, que iba a desconocer todo proceso electoral y donde aún quedaban dos años y medio de vigencia de la actual AN. El país cambió. El escenario político no es el mismo, tampoco el régimen de facto.

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Juan Guaidó con su tapabocas y con su Consulta Popular

La simulación de diciembre se celebrará sin la posibilidad de disputar el poder (2015), en medio de una pandemia global que elimina la posibilidad de la movilización de calle (2017) y con solo un mes de vigencia de la actual AN, complicando así el reconocimiento a lo que vendrá después por parte de la comunidad internacional (2018).

El régimen de Maduro se ha venido moviendo, desde entonces, entre el autoritarismo competitivo y el autoritarismo hegemónico. De cara a unas elecciones, los regímenes hegemónicos suelen descansar en la censura y en la exclusión (caso venezolano actual), mientras que los competitivos dependen más del fraude y la represión (caso venezolano en años anteriores). De una caracterización a otra, en este caso, hay un solo paso: la situación y circunstancia de fortaleza o debilidad del régimen.

Luego de 2015, y lo que trajo consigo, se ha visto que el chavismo no tiene mucho margen de error para permitirse una elección relativamente “competitiva”. Esta volatilidad situacional deja a entrever dos problemas para Maduro: la incertidumbre del futuro y la opacidad para predecirlo. Hacia esa vía debe apuntar y mover sus fichas el gobierno interino.

En escenario de abstención, la permanencia en el poder del autoritarismo no depende de resultados electorales más que para ganar legitimidad. Todo depende del repliegue interno en sus filas. La abstención podría funcionar, en ciertos casos, para sembrar incertidumbre donde el autócrata no pueda confiar de todos sus allegados.

En su más reciente artículo, el profesor Javier Corrales exploraba las razones por las cuales Maduro se ha mantenido en el poder. Entre ellas, señalaba la denominada “fusión de funciones”: el otorgamiento de capacidades a instituciones existentes para realizar una variedad de funciones tradicionalmente reservadas a otras instituciones.

De esta manera, el chavismo comparte, por ejemplo, las labores de seguridad entre actores tradicionales como las FANB, pero añade actores paraestatales como los colectivos, las FAES y sus nexos con la guerrilla y el paramilitarismo colombiano.

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Efectivo de la DGCIM

Así, el Estado mezcla deliberadamente funciones institucionales que normalmente no actúan juntas. No importa instituciones de otro tipo de regímenes, mezcla funciones de las instituciones en el mismo tipo de régimen. Ejemplo: inclusión de militares en el sector económico y administración de empresas estatales, así como en negocios ilícitos como mercados informales, contrabando de gasolina o comercio de drogas.

Entre otras razones que explican su supervivencia, se encuentran:

-La “incorporación o imitación de prácticas democráticas”, como permitir elecciones para ocupar algunos cargos (diputados).

-La cooptación, mediante la corrupción, clientelismo y redes patrimoniales (los llamados “alacranes” y la fracción CLAP). No obstante, para que exista la cooptación tanto en élites militares, institucionales como TSJ u “opositores” como Parra, Falcón y compañía, los recursos disponibles limitan la duración de la misma y el grado de colaboración. El chavismo pasa actualmente el peor momento financiero de su historia. La cooptación no podrá ser eterna, pero la Emergencia Humanitaria Compleja también la padecen los “políticos profesionales”. Son estos quienes, precisamente, ocuparán parte de los curules en enero de 2021.

Sin embargo, la fusión de funciones es arriesgada, pero no tanto como para mantenerse únicamente en el método convencional autoritario. Los demás actores de las instituciones “fusionadas” del Estado que sostienen al autoritarismo ganan poder progresivamente a medida que los necesitan para cumplir más tareas. Esto puede llevar a mayor cohesión o a mayor probabilidad de quiebre.

Todo depende de cómo se utilicen las herramientas que la oposición tiene disponibles, que son limitadas en este momento, para generar un quiebre.

¿Qué hacer?

Luego del panorama descrito, el liderazgo democrático puede preguntarse. ¿Cómo volver al juego? No hay respuestas simples ni salidas mágicas. Un buen inicio debería contener lo siguiente: Uniéndose, definiendo una estrategia, conectando con la gente y desafiando al régimen.

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Primer VP de la AN, Juan Pablo Guanipa

Unidad. Incluso un plan con todos los actores políticos democráticos unidos podría fracasar ante la voluntad de poder el chavismo. Ahora, lo que sí es seguro es que un plan donde no se incluyan a todos los sectores políticos relevantes está destinado al fracaso. Si bien lo fundamental es la forma como se asuma la política a llevar a cabo, la unidad es condición necesaria para la transición.

Definiendo una estrategia. Pensar tácticas alternas para lograr el primer paso del mantra anunciado en enero de 2019: cese de la usurpación. Así, nunca está de más recordar que “la estrategia es el arte de crear poder” (Freedman), no el arte de denunciar los abusos del poder.

Conectando con la gente. La gente se ha refugiado en lo privado porque siente que, a su vez, los políticos se han refugiado en el confort de su oficio. Volver a conectar, con un esfuerzo comunicacional masivo como el anunciado por el vicepresidente de la AN, Juan Pablo Guanipa, o cualquier otra táctica, es fundamental.

Desafiando. Toda transición es un desafío al orden establecido. Sin fractura de la coalición, no habrá transición. Desde la comodidad de las redes sociales, no habrá fractura. El liderazgo debe encontrar la forma de desafiar al régimen chavista. De confrontar con las opciones que tenga a disposición y la mejor información que maneje.

¿Lucha política anticipada de resistencia para reagrupar esfuerzos en torno a la unidad? Y, en mayor instancia, ¿instrumentalizar el descontento ciudadano en una fuerza mayoritaria que crea en la estrategia? Los datos de Delphos demuestran que la cultura del voto sigue presente, sean cuales sean las condiciones, sobre todo en las clases más perjudicadas económicamente. ¿Qué discurso haría falta para movilizar estos sectores? Ahí el reto.

Por lo pronto, el primer paso ya fue dado: unificación en torno a una decisión (abstención).

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Presidente (E) de Venezuela, Juan Guaidó

Entre los siguientes pasos, podrían estar: articular una estrategia escalonada a mediano plazo (que se mueva entre el pre 6D y el post 6D); establecer pasos a seguir en torno a la abstención (revelando lo suficiente de la estrategia como para aglutinar el mayor apoyo social). Para ello, se necesita un manejo comunicacional impecable, cosa de la que ha carecido el interinato. Solo así se ganará legitimidad y la credibilidad necesaria. Se debe sembrar la incertidumbre en el chavismo de cara al evento electoral. No se puede seguir siendo predecibles.

El riesgo de no concretar ningún plan en conjunto es la somalización del caso Venezuela: una tragedia humanitaria de tal proporción que solo puede ser resuelta por la vía de la fuerza, que mes a mes va perdiendo relevancia en la agenda de la opinión pública mundial y, a la cual, las principales potencias se limitarán a contener sus efectos y denunciar sus abusos, porque no tienen los incentivos para intervenir.

WRITTEN BYPolitiks

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