La salud poblacional en el país está en un punto crítico. Los bebés nacidos hoy en EEUU vivirán, en promedio, tres años menos que los de otras democracias desarrolladas, una brecha que se ha ampliado especialmente entre adultos en edad laboral. El aumento de las llamadas “muertes por desesperación” —sobredosis, alcoholismo y suicidios— expone algo más profundo que una crisis sanitaria: una pérdida del sueño americano para millones de personas. |
El vínculo entre economía y esperanza de vida. Un estudio del Opportunity for Health Research Lab de la Universidad de Pensilvania encontró una correlación directa: las zonas con menor movilidad económica registran mayores tasas de mortalidad en edad laboral. La desindustrialización juega un papel clave aquí: el empleo en manufactura ha caído del 25% al 10% de la fuerza laboral, eliminando una vía histórica hacia la clase media para quienes no tienen un título universitario. Sin trabajo ni estabilidad económica, el círculo de desesperación se profundiza. |
Políticas que podrían cambiarlo todo. La buena noticia: la solución existe, pero exige un enfoque integral. Programas como DACA han demostrado que políticas que generan oportunidades económicas también mejoran la salud pública. La evidencia sugiere que invertir en educación, empleo e infraestructura en las comunidades más afectadas no es solo una estrategia económica, sino una intervención de salud pública capaz de romper el ciclo de deterioro económico y sanitario. |
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