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Casi 40 millones de personas en situación de elevado riesgo de violencia, discriminación y abuso de derechos

Como consecuencia de “crisis de supervivencia” derivada de la COVID-19

Un nuevo informe revela un grave deterioro en los esfuerzos internacionales por proteger a las personas más vulnerables del mundo y un incremento de violaciones de derechos humanos.


Un nuevo informe hecho público hoy por el Consejo Noruego para Refugiados y el Grupo Temático Mundial sobre Protección* (GPC, por sus siglas en inglés) – una red dirigida por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados – concluye que millones de personas desplazadas internas o afectadas por situaciones de conflicto podrían estar quedando al margen del apoyo de protección humanitaria como consecuencia de la falta de financiación.

Los datos del GPC indican que, de los 54 millones de personas destinatarias de asistencia en 26 planes de respuesta humanitaria, este año podrían quedar fuera casi 40 millones.

“El coste humano de la pandemia sobre los más vulnerables no se debe medir únicamente por el número de vidas que se ha cobrado, sino por el número mucho mayor de vidas que ha hecho pedazos. La COVID-19 ha golpeado con la mayor dureza a millones de personas que no tenían acceso de ningún tipo a servicios de protección. Los niños y niñas reclutados por ejércitos no pueden recuperar sus infancias perdidas. Las mujeres violadas y golpeadas conservan esas cicatrices de por vida”, señaló Jan Egeland, Secretario General del Consejo Noruego para Refugiados.

Los casos de violencia de género han aumentado de forma dramática desde la aparición de la COVID-19. Los expertos proyectaron en abril que, por cada tres meses que las medidas de confinamiento siguieran en vigor en el mundo, 15 millones de mujeres y niñas más quedarían expuestas a violencia de género.

En Malí se reportaron más de 4.400 casos de violencia de género entre enero y septiembre, pero solo el 48% de las localidades cuenta con servicios de apoyo. En la República Centroafricana (RCA) los casos reportados de violencia de género se multiplicaron por más de dos e incluyeron violaciones, esclavitud sexual y matrimonios forzados. La RCA era ya uno de los lugares más peligrosos del mundo para ser mujer o niña. En Níger se han recibido denuncias de mujeres torturadas por emprender actividades económicas fuera del hogar y por no llevar velo integral.

Los matrimonios infantiles también están en alza. Según estimaciones de las Naciones Unidas, trece millones más de matrimonios de menores podrían celebrarse en los próximos 10 años como consecuencia de los efectos colaterales de la pandemia. La trata de personas también es una preocupación: los trabajadores humanitarios de protección han reportado un aumento del riesgo de trata como consecuencia de la COVID-19 en el 66% de los países.

También se ha registrado un aumento de la violencia y los conflictos armados, con un incremento del 2,5% en los ataques a civiles desde que comenzó la pandemia. Por ejemplo, desde el comienzo de la pandemia se han registrado más de 1.800 sucesos violentos con grupos armados involucrados, sobre todo en África Occidental y Oriental, lo cual supone un incremento del 70%.

“La COVID-19 está provocando una crisis de derechos humanos sin precedentes para las personas más vulnerables del mundo. Millones de personas desplazadas internas y afectadas por conflictos se encuentran en situaciones de riesgo o se quedan al margen”, declaró Gillian Triggs, Alta Comisionada Auxiliar para la Protección de ACNUR.

“El mundo no se puede permitir ser testigo complaciente e indiferente de su sufrimiento. Están en juego millones de vidas. El personal humanitario tiene una capacidad limitada. Los conflictos armados siguen siendo los principales factores desencadenantes del desplazamiento forzado, de modo que la paz resulta indispensable para acabar con los conflictos y con el sufrimiento”.

De acuerdo con el informe que hoy se publica, la distancia entre las necesidades de protección durante la pandemia y la financiación de operaciones de protección es cada vez mayor. La financiación de este año para proteger a las personas más necesitadas de asistencia en escenarios de crisis humanitarias apenas ha alcanzado el 25% del total necesario. Además, históricamente casi un 70% de la financiación de servicios de protección procede de tan solo cinco donantes: la Unión Europea, el Reino Unido, Alemania, las Naciones Unidas y los Estados Unidos.

“Ahora que nos introducimos en el nuevo año es cuando se verán las consecuencias de lo sucedido en 2020. Tal y como indica nuestro informe, es necesaria más financiación para dar respuesta a las necesidades inmediatas, al tiempo que se implementan sistemas para contrarrestar los motivos por los que se produce la violencia contra los derechos humanos”, advirtió Jan Egeland.

Datos y cifras:

  • En 2020, 54 millones de personas fueron destinatarias de asistencia en planes de respuesta humanitaria – incluidos planes adicionales por la COVID-19 – en las 26 operaciones en las que permanece activo el Grupo Temático sobre Protección. Esta cifra no incluye países sin un plan de respuesta humanitaria o plan de respuesta para los refugiados, puesto que aún no están disponibles sus datos para 2020. Los números reales son mucho mayores.
  • Entre 2013 y 2019, el sector de la protección recibió únicamente el 38% de sus necesidades, frente a un 61% del total general de llamados humanitarios. En noviembre solo se había cubierto un 24% de las necesidades para 2020.
  • En Malí un 66% de las sobrevivientes de violencia de género desde el mes de enero son niñas menores de 18 años.
  • El norte de Mozambique es una de las crisis de protección de más rápido crecimiento en todo el mundo. En noviembre la población civil fue testigo de masacres a manos de grupos armados no gubernamentales en varias aldeas, donde se produjeron casos de decapitaciones y secuestros de mujeres, niñas y niños.
  • En Yemen se estima que más de dos tercios de las niñas se casan antes de alcanzar los 18 años, frente al 50% antes del conflicto.
  • La financiación para protección en Camerún ha caído muy por debajo de las necesidades de 2020. Hasta ahora solo se ha recibido un 13% de los requisitos, lo cual equivale a tan solo 3 USD por persona. Esto se traduce en que más de 2 millones de personas hayan quedado sin asistencia.
  • De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas, el 48% de las mujeres venezolanas que se desplazan viajan solas, lo que supone un grave riesgo de sufrir trata y todas las formas de violencia de género.

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