A continuación, reproducimos el reportaje realizado por el periodista Ángel N. Lorasque, del diario español La Razón, sobre la figura de Delcy Rodríguez, y en la que participó como entrevistado Roberto Mansilla Blanco, editor y redactor de “Qué Vaina!”.
Quienes conocen a Delcy Rodríguez, la empoderada vicepresidenta del Gobierno venezolano de Nicolás Maduro, aseguran que es un “alma negra”, una mujer con una ambición desmedida, pasión por el lujo, vengativa y celosa de su vida personal. La mujer que ostentó la presidencia de la fraudulenta Asamblea Constituyente, ideada por el heredero de Hugo Chávez para despojar de sus poderes al Parlamento legítimo, y que ahora ha puesto en jaque al Gobierno de Pedro Sánchez tras su reunión con el ministro Ábalos en el aeropuerto de Barajas, esconde un pasado convulso y un presente “depredador, con el que está dispuesta a todo por el poder”, dicen quienes la tratan.
Políticos venezolanos, empresarios y periodistas nos desvelen la “cara b” de esta política cuyas raíces se remontan al seno de una humilde familia de guerrilleros. “Sus orígenes son muy poco claros, aunque su infancia estuvo claramente marcada por la muerte de su padre, Jorge Rodríguez. Él fue un guerrillero de un movimiento que se escindió del Partido Comunista en los años sesenta tras la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y se convirtió en un personaje famoso tras el secuestro del empresario William Niehous”, relata a este diario el periodista y analista venezolano Roberto Mansilla. “Su papá era un terrorista vulgar, asilvestrado. Pidió un rescate multimillonario por Niehous, pero no le soltó. Al parecer se quedó con todo el dinero y fueron sus compañeros de la guerrilla los que le delataron por traidor. La Inteligencia venezolana lo capturó, le torturaron y murió”, añade una empresaria venezolana.
Y el dinero, ¿dónde fue a parar? “Está claro que nadie lo sabe, pero no es común que la hija de un simple guerrillero pudiera costearse los estudios de Derecho Laboral en la Universidad de la Sorbona de París, ni matricularse en el Birckbeck College de Inglaterra. Todos saben que se quedaron con el dinero del secuestro”, apunta Mansilla. Es más, ahora tendría en propiedad un apartamento en París y otro en Londres, “pero nunca se sabrá si es cierto del todo, porque todo lo que hacen es opaco”, dice.
Delcy y su hermano Jorge, comenzaron entonces su venganza. “Ella llegó al poder para ajustar cuentas con quienes asesinaron a su padre y no lo oculta, lo ha dicho públicamente”, añade esta mujer de negocios suramericana. Fue durante los años en los que Hugo Chávez estuvo preso tras el fallido golpe de Estado cuando ella y su hermano empezaron a coquetear con el movimiento bolivariano que se fraguaba. “La cárcel militar de Yare, donde estaba Chávez, se convirtió en un santuario, no es de extrañar que los hermanos Rodríguez hicieran una peregrinación y comenzaran su vinculación con el chavismo”, apunta Mansilla.
Fue a partir de 1999 cuando se posicionaron claramente en la estructura bolivariana de manera anónima hasta convertirse en lo que son hoy. De hecho, ella podría ser la sucesora de Nicolás Maduro. Delcy es, según las fuentes consultadas, uno de los mejores ejemplos de la “boliburguesía” instalada en Venezuela. “Está loca por el lujo, habla de sanidad pública y dedicación a las clases más desfavorecidas pero ella hace todo lo contrario. Vive en una lujosa zona de Caracas, en Los Palos Grandes, en un edificio de cuatro plantas y una entera es solo de ella”, relata una mujer que trabajó durante muchos años en una empresa estatal del país. “Además, cuando deben acudir al médico, les cierran zonas enteras del hospital para ellos”, recuerda otra persona que también pide anonimato ante posibles represalias del chavismo.
“Le va la marcha”
Respecto a su vida privada es altamente celosa de sus conquistas. A sus 50 años nunca ha presentado en sociedad a ninguna pareja oficial. Mantiene una relación excelente con sus tres sobrinos, que trata como sus hijos, los cuales han estudiado siempre fuera de Venezuela, los dos varones en México y la hija en Australia. “Ahora parece que mantiene una relación sentimental con un empresario llamado Yussef Abou, al que precisamente ha beneficiado de la trama de corrupción del chavismo”, relata la empresaria venezolana.
Según la periodista Elyangélica González, la relación entre Yussef y Delcy ha beneficiado al empresario con cuatro millones de dólares a través de contratos con los CLAP. “Esto es un programa como el de Bolsa Familia que instaló Lula en Brasil. Ante las crisis social y alimentaria se introdujo en Venezuela un sistema de asistencia a través de la cual se aporta una bolsa de comida a las familias que más lo necesitan. Comenzó en 2014 y detrás de ello hay un entramado terrible de corrupción y lavado de dinero”, apunta Mansilla.
Y, precisamente, en este entramado estaría metido el supuesto novio de la vicepresidenta. Yussef Smaili Abou Nassif es socio ejecutivo de la empresa Mass Joy Industries LTD, uno de los múltiples conglomerados que importan alimentos a Venezuela, como parte de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).
Los archivos de la web “Panadata” muestran a Abou también como presidente y director en dos empresas en Panamá: Nacort Corporation, una sociedad anónima registrada el 2 de marzo de 2004 con un capital de 10.000 dólares, y Universal Lakes, fundada en 2004, con un capital de 10.000 dólares.
En relación a Mass Joy Industries LTD, tiene sede en varios puntos del planeta (China, Panamá…) aunque la principal se encuentra en Hong Kong. Sus principales clientes están en EE.UU y Suramérica. De hecho, la Fiscalía General de México (FGR) investiga por lavado de dinero una red de 23 empresas y personas físicas que desde México han provisto alimentos con sobreprecio al régimen de Maduro y, entre ellas, está Mass Joy Industries LTD que tiene como beneficiarios a los hermanos Omar Sruji y Yussef Smaill Abou Nassi. “Pero este empresario no es la única conquista de Delcy, a ella le va la marcha y ha tenido varios amantes. También tuvo un novio que era militar, si no me equivoco paracaidista, por el que viajo a las olimpiadas militares en Italia”, nos dice la empresaria venezolana.
La vicepresidenta, sin embargo, nunca ha reconocido públicamente a sus parejas. “Es mejor no meterse con ella, es una tipa conflictiva. Yo recuerdo que también tenía un local en el centro comercial San Ignacio, en el municipio de Chacao. Es mucho más radical que su hermano Jorge”, apunta otro venezolano que reside en la capital. Además, éste nos relata, que las formas con las que trata a los propios miembros del Gobierno de Maduro le han cosechado varias enemistades. “En la época de Chávez, traspasó algunas líneas rojas y la obligaron a bajarse del avión en una de las giras. Entonces ella era vicecanciller para Europa”, añade.
Otro de los capítulos más oscuros de su currículum es cuando pegó a una médica porque, supuestamente, se había negado a atender con urgencia a su hermano cuando éste tuvo un accidente de tráfico. “Ahora, creo que su mayor frustración es tener mucho dinero y no poder gastarlo”, apunta la trabajadora de la empresa estatal que tuvo que exiliarse.
Todos los consultados para la elaboración de este artículo coinciden en algo: “Delcy una mujer con muchas sombras y pocas luces”.
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