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El drama de una venezolana abusada en Argentina relató las horas de horror frente a su jefe

La joven migrante venezolana que vivió un infierno en su primer día de trabajo en Buenos Aires, Argentina, le relató este martes 26 de enero al periodista Carlos Suárez de TVV Noticias las horas de horror que sufrió frente a su jefe, a quien acusa de abuso sexual.

Tras ser contactada por Facebook, una práctica extraña para la mayoría de citas laborales, la muchacha de 18 años mantuvo informada a su familia de lo que aparentemente sería un día normal en la oficina. Sin embargo, según las palabras de la criolla, Irineo Humberto Garzón tenía otros planes para aquel sábado 23 de enero.

“Más extraño me pareció cuando veo que le pasa el candado a las persianas, cierra todo con llave”, comentó la joven junto a su madre. “Inmediatamente le mando un mensaje a mi mamá, diciéndole que tenía miedo porque estaba cerrando todo. Él en ningún momento se dio cuenta que usé el celular, ni nada”, detalló.

La joven explicó que el sujeto “se acercó hasta donde yo estaba y me ofreció vodka. Le dije que no, que no tomaba. Además, si lo hacía, seguramente iba a a tener problemas con mi mamá al llegar”.

Tras atender a unas clientes, la chica comentó que “él me tenía el agua allí. Hacía mucho calor y estaba tan metida en el tema de hacerlo bien para quedar en el trabajo que no me percaté de que ya me había servido”.

A partir de allí, comenzó la angustia: “Inmediatamente al tomarme el agua sentí que se me dormían las manos”.”

La víctima, en medio de su envenenamiento, dijo que marcó “la última llamada en mi celular, que por suerte era la de mi hermana. Cuando ella contesta, solo vi que la llamada estaba corriendo pero ya no le pude hablar, no le pude decir absolutamente nada porque sentí fue que me dormí”.

En medio de los nocivos efectos del desconocido fármaco, la chica solo recuerda que “estaba muy mareada, estaba dormida, no sé. Él me estaba poniendo el pantalón y de allí me imagino que me volví a dormir porque cuando desperté nuevamente estaba con una policía”.

Para ese momento, la venezolana ya estaba siendo auxiliada por las autoridades, quienes debieron forzar la entrada y detener al sujeto. En el local se encontraba ella, con la ropa interior mal colocada y con síntomas de un agudo envenenamiento.

Tres días después del crimen, una juez consideró que era preciso permitir que Garzón, presunto victimario, esperara los avances de la investigación en libertad, una decisión condenada por la comunidad venezolana que reside en Argentina.

Fuente La Nación Web

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