En medio de una sigilosa y aparente apertura al capital en el país suramericano, conozca hacia dónde va el petro de Nicolás Maduro
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En un contexto de creciente dolarización y paulatina apertura al capital, el Petro aún lucha por avanzar en Venezuela.
Al respecto, y luego de los constantes traspiés sufridos por el criptoactivo, la pregunta “¿Hacia dónde va el petro?“, la misma que quizás Ud. se ha hecho en los últimos meses.
Siendo así, veamos qué podría esperar al criptoactivo a nivel de desarrollo, crecimiento y adopción en un país que claramente se decanta cada día más por Bitcoin.
¿Hacia dónde va el petro?
No se sabe a ciencia cierta qué futuro le espera al criptoactivo. Lo que sí es cierto es que el gobierno seguirá intentando imponerlo a la fuerza, como ya lo ha venido haciendo. Ejemplo de ello ha sido la orden de cobrar en petros los servicios estatales como pasaportes y apostillas.
Algunos economistas como Luis Oliveros creen que «el petro va a funcionar como el CUC o peso cubano convertible. No es casual que en el gobierno de Maduro se hable de moneda convertible».
Para Oliveros, la realidad del petro se dará en medio de un proceso de dolarización casi imposible de revertir y, en su criterio, se va a expandir. Esto, sin que ello signifique mejoría para la inmensa mayoría de la población, sumida en una inflación arrolladora. Asimismo, destaca, habrá un fenómeno de consolidación de las remesas como fuente de ingresos. “El BCV estima que en 2019 entraron 2.000 millones”, dijo Oliveros, quien cree que esa cifra puede duplicarse en 2020.
Petro, multipropósito y discrecional
En noviembre pasado, Maduro anunció la entrega de un bono de medio petro para pensionados y empleados públicos, unas seis millones de personas. 1,2 millones de estas —según cifras del propio gobierno— pudieron hacer uso del subsidio directo. Sin embargo, apenas durante la primera semana de enero, la plataforma BiopagoBdv del Banco de Venezuela, que permitía el cobro del medio petro, entró en una fase de mantenimiento de la que no se tiene mayores noticias y las operaciones quedaron en suspenso.
Un trabajo realizado por el medio El País relató que el uso del petro disparó la inflación y expuso su fragilidad respecto al dólar, cuya dinámica de precios marca la economía en el país. Para el medio, el efecto que causó el Petro obedece a su concepción misma.
“El petro no es una criptomoneda: es un token digital, una ficha centralizada, politizada, direccionada y multipropósito. El Gobierno decide si lo usas como un beneficio social o para apostar en un casino. No se mina, tampoco es de uso voluntario sino obligatorio, la única manera que han encontrado para darle usabilidad. Es discrecional, el Gobierno decide cuando lo apaga”, explicó el economista Aarón Olmos, especialista en criptomonedas, a El País.
Y es justamente esta explicación que da Olmos a El País la que deja ver al petro como una especie de experimento económico-social, uno que podría repetirse una y otra vez en 2020 y más allá. Este escenario, tomando en consideración el nuevo respiro que podría tener el país a nivel de ingresos en su balanza de pagos.
¿Soportado por recursos naturales?
Si nos vamos al área energética y de extracción de recursos naturales, la cual representa el soporte del criptoactivo soberano, las dudas podrían incrementarse aún más.
Un hilo en Quora esboza 7 aspectos tecnológicos interesantes sobre el criptoactivo, así como tres inquietudes bien precisas y relevantes. Pero lo más relevante quizás, es un dato alarmante que nos ofrece en cuanto al futuro del Petro. Su autor, Daniel Santana, dice:
De los más de cinco mil millones de barriles de crudo que según el gobierno lo respaldan, pertenecen al campo 1 del Bloque Ayacucho de la Faja Petrolífera del Orinoco. En la actualidad, dicho campo no está siendo explotado, ni existen contratos o concesiones conocidas que aseguren la extracción del líquido a futuro.
Por si fuera poco, Santana señala que la Ley Orgánica de Hidrocarburos vigente, cita en su artículo 3 lo siguiente: “Los yacimientos de hidrocarburos existentes en el territorio nacional, cualquiera que sea su naturaleza, incluidos aquéllos que se encuentren bajo el lecho del mar territorial, en la plataforma continental, en la zona económica exclusiva y dentro de las fronteras nacionales, pertenecen a la República y son bienes del dominio público, por lo tanto inalienables e imprescriptibles.”
Al final, Santana concluye en que el Petro no es más que una estrategia elaborada para recaudar millones en moneda fiduciaria y sortear momentáneamente el bloqueo económico que enfrenta. Por esta razón, probablemente, dice, “estemos presenciando el lavado de activos más grande de la historia”.
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