Me imagino a la familia de Baduel, la noche del 12 de octubre. Es día de asueto en el país y la gente esta viendo la TV, otras descansan. Supongo que la familia de Baduel también descansa como cualquiera familia venezolana al final de un dia en la que no se trabajó.
De pronto timbra el celular de la Sra. María Cruz de Baduel y ella, con cierta tribulación e intrigada se pregunta quien pude ser a esa hora, pues, nadie llama tan tarde un día de fiesta sino para dar una noticia no tan buena o simplemente mala.
Era Josnar Baduel, su hijo quien compartía celda con su esposo el Gral. Raúl Isaías Baduel, un leve estremecimiento recorrió el cuerpo de Cruz María y este se volvió llanto y un grito de dolor que alertó a su hijas, Andreina y Margaret, cuando Josnarle dijo a su madre: “Mamá, papá acaba de morir”.
En realidad, no se si eso ocurrió así, lo cierto es que Raúl Isaías Baduel, el héroe del 13 de abril de 2002, murió en manos de aquellos que, gracias a ese acto del general hoy fallecido, gozan del poder. Y por supuesto, el tuit, a través del cual el fiscal general Tarek Saab notifica y publica la muerte de Baduel (la muerte para el fiscal es un servicio a domicilio) y le da las condolencias a su familia es un gesto de un enorme cinismo, pues el fiscal debió estar informado de la situación precaria de la salud de Baduel es una solicitud de resignación que la familia y una parte significativa del país puede de manera alguna aceptar.
En el entierro de Baduel, realizado casi a media noche, con la asistencia de la hermana del general y de cuatro personas mas, siempre vigilada por funcionarios de seguridad del estado, está tan lleno de irregularidades que es legítimo pensar que detrás de su muerte hay algo mucho mas sórdido que una enfermedad letal.
En el país no habrá flores ni coronas de flores en homenaje al general desaparecido, no se escucharán gritos ni arengas. No habrá duelo colectivo y seguramente no habrá lagrimas mas allá de su entorno familiar.
Me he molestado en leer los comentarios en las redes sobre la muerte de Baduel y el resentimiento, ese sentimiento terrible, que estuvo escondido en el alma de los venezolanos por mucho tiempo, y despertado por Chávez para dividir al país entre buenos y malos, ha aflorado para volver a matar al general. Esta segunda muerte es ejecutada por las manos de los nuevos vengadores de esta hora, que solo recuerdan “las condenaciones, pues la absolución no tiene memoria”
No sé como reaccionará la FANB, donde muchos analistas todavía hablan del liderazgo de Baduel. Es posible, que ellas estén, casi en si integralidad, sumergida en la responsabilidad política e histórica de la destrucción del país y dirigidos por Padrino López y compañía decidan convertir a Baduel en un silencio, solo que, a lo mejor, la muerte de un personaje como Baduel termine convirtiéndose en el grito de ¡Ya basta!
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