Por Santiago Hueck Yrausquin,
Estudiante del 5to semestre de Comunicación Social, UCV
La Champions League es la competición más importante a nivel de clubes en donde equipos como el Manchester y el Madrid suelen disputar importantes partidos. Con el cambio de formato, no se sabía qué esperar, pero lo que siempre se prometió es que el show estaría garantizado, y en eso sí cumplieron. Los playoffs nos dejaron resultados sorpresivos, como la victoria del Brujas ante el Atalanta o la del Feyenoord ante el Milán. Sin duda, el partido más importante, por el calibre de los equipos (a pesar de no estar en su mejor momento), fue el duelo entre el Manchester City y el Real Madrid. Un partido que ya se ha vuelto costumbre, pero que siempre deja algo que decir por sus estilos completamente diferentes y las “pechofriadas” del “Deudas FC”.
En años anteriores, siempre se ponía al City como favorito, pero algo le jugaba en contra. El Real Madrid se ha convertido en su verdugo, y esta vez no fue la excepción. Los Sky Blues ganaban 2-1 con un doblete de Haaland (al fin apareció en los momentos importantes) hasta que, en el minuto 86, el Madrid volvió a hacer de las suyas. Con goles de Brahim Díaz y Jude Bellingham, los blancos lograron la remontada y encaran unos posibles octavos de final, a falta del partido de vuelta. Por primera vez, los merengues fueron capaces de ganar en el Etihad Stadium, un campo que siempre les ha sido esquivo y que tuvo que llegar el peor Manchester City (sin el Balón de Oro) de los últimos años para lograrlo.
El partido fue un reflejo de lo que ha sido el Manchester City esta temporada: un equipo caracterizado por la posesión y salidas limpias desde atrás, pero que actualmente es incapaz de ejecutarlas, y cuando lo logra, lo hace sin ningún tipo de propósito. Además, los errores siempre terminan castigándolos. El Manchester City es pechofrío, eso ya se sabía, y a diferencia de años anteriores, este equipo no da miedo a nadie. Pero no sé qué obsesión tienen los arqueros de olvidarse de jugar al fútbol siempre que se enfrentan a los de arma blanca. Ederson venía haciendo un partidazo, pero de repente se le olvidó cómo pasar el balón: intentó jugar con un compañero que estaba totalmente marcado entre tres jugadores y, en la última jugada, quiso imitar a Szczęsny con sus salidas legendarias, pero terminó siendo el bachaqueado. No tiene el aura ni los pulmones necesarios ni para oler el humo de la “chimenea polaca”.
Ahora sí, entrando un poco más en lo que fue el partido, el Real Madrid fue claramente superior, sobre todo en los primeros 20 minutos de cada tiempo. Salieron con intensidad para aprovechar la presión alta del Manchester City y encontrar los huecos que quedaban en la defensa, filtrando pases por dentro. Sin embargo, cuando llegó el primer gol del City, el partido se jugó al ritmo que ellos propusieron con su posesión característica, pero sin ningún tipo de peligro. El Madrid llegó muchas veces al arco, pero se encontró con un Ederson inspirado… hasta que le dio Alzheimer. Mientras tanto, el City tuvo dos palos, pero por jugadas aisladas: un córner y una jugada de Foden que se desvió en la defensa.
El City, en su planteamiento, intentó algo que no le salió en absoluto. Las salidas eran función de los centrales y de Stones, quien se posicionaba de contención entre los delanteros. El juego se daba entre ellos, esperando que el Madrid presionara para ubicar a los laterales por dentro y liberar las bandas a los extremos, de modo que recibieran el balón con espacios. Cuando eso ocurría, De Bruyne y Bernardo Silva tomaban la posición de extremo por la banda. De hecho, la única vez que lograron hacerlo fue en el gol, donde Gvardiol subió por la vía central para darle la asistencia al “androide noruego”, aprovechando la presión del Madrid. Sin embargo, no les salió bien: se desperdició mucho a los mediocampistas, y el Madrid logró controlar la banda a la perfección. Esto podría justificar por qué el mediocampo merengue solo tuvo una función, ni siquiera de marca, sino simplemente de ocupar ese espacio, sin gran relevancia para crear juego.
Por eso describe el yin y yang: un equipo de posesión, aunque en este caso poco efectivo, y otro más vertical y dinámico, aprovechando los espacios. Mientras el City quería hacer el campo amplio para despejar los espacios, el Madrid prefería jugar cerrado, agrupar a los hombres en el medio y liberar las bandas. Hubo una ocasión clara donde Mendy quedó solo y prefirió dar el pase, y otra de Mbappé donde el balón se fue por arriba; en ambas ocasiones, no decidieron de la mejor manera. Cuando no lo lograban, optaban por jugar el remate de media distancia, algo que se vio en varias ocasiones.
En balance general, si hablamos de quién dominó el juego, se podría decir que el City tuvo más la posesión, pero los merengues se sentían cómodos jugando de esta manera y siguen opacando el sistema de Guardiola. Lo único cierto es que uno de estos dos equipos se quedará fuera, y en un 80% pienso que será el City, a pesar de gastar más de 200 millones en el mercado de invierno.
Todo este análisis fue solo para decir que me gusta el nuevo formato.Muchas gracias por su atención.
Una Champions de emoción
El nuevo formato de la Champions da suspenso hasta el final y es más vistoso. Uno de los grandes del fútbol moderno no llegará a octavos de final. Si bien es cierto que el Manchester City solo le ganó a tres equipos de baja categoría, y eso le bastó para meterse a estas instancias, al final todo se terminó jugando en la última jornada, donde incluso empezó perdiendo.
En esta edición se enfrentan a dos equipos de cada bombo, siendo partidos (en su mayoría) más parejos y entretenidos, donde cualquiera puede ganarle a cualquiera, como se observó en algunos partidos de los playoffs. También se premia la regularidad, ya sea en la clasificación o en los entrenamientos. Esto podría dificultar la presencia de un equipo revelación, pero el Brest, el Atalanta y el Aston Villa dieron la batalla para estar ahí.
La única queja sería que se descuida mucho la Europa League y la Conference League (esta nunca importó). Entonces, quizás, los puestos del 17 al 24 podrían irse a jugar la Europa League, que era lo que hacía este formato atractivo, y del 9 al 16 pasar directamente a los octavos.
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