Maria Corina Machado ha dicho que para qué quiere Guaidó continuar después del 5 de enero, si en dos años no logró sacar a Maduro. Cierto, 2 años y no cumplió con la trilogía aprobada el 16J. Ciertamente el tipo no cumplió con las tres premisas. Qué hacemos, lo sacamos? Sacando a Guaidó podríamos sustituirlo por alguien que automáticamente reciba el reconocimiento de USA, UE, Grupo de Lima y los demás países que lo han reconocido? Ese reconocimiento lo heredaría quien lo sustituya? No se corre el riesgo de perder esos apoyos? Y quién sería la persona ungida?
Muchos responde a estas interrogantes con el miedo y la incertidumbre: «Discúlpenme, pero no lo veo fácil…»
En efecto, el desafío que tenemos por delante, no es que “no sea fácil”, como así lo plantean, es que, mejor dicho, es muy difícil; pero no imposible. Y por eso estamos aquí, quienes defendemos la propuesta que MCM plantea a los ciudadanos, por eso en estos momentos cruciales y asumiendo los riesgos que implican ella recorre los rincones de la Venezuela profunda haciendo lo que siempre ha HECHO, hablar con firmeza y con coherencia.
Esas preguntas que muchos rumoran, son elementales y yo me las hago también en este momento. Es más, las quisiera consultar a quienes ven como todo un capital político ha sido desperdiciado: líderes sociales, trabajadores, estudiantes, amas de casa, y el venezolano de a pie, a ver qué respuesta me dan y también las quisiera elevar a la alta dirigencia política que no respalda estos delirios e imposiciones llenos de soberbia y de una desmedida mezquindad…
Sin embargo, en este instante solo puedo decir que la comunidad internacional está cada vez más clara de quién es quién en Venezuela y de qué busca cada quién. Dos años con todo el apoyo interno y externo sin el objetivo cumplido, entre muchas otras cuestiones, hablan por sí solos. No en vano la Unión Europea está reconsiderando su posición sobre el interinato y muchos otros actores (incluyéndonos, como actor interno) también. Todo eso se está debatiendo y considerado en este contexto global tan volátil, incierto, complejo y ambiguo; en el cual las decisiones no se pueden tomar a la ligera. Aunque, como te digo, el peso de los resultados es implacable.
No creo que este país necesite una “persona ungida”; tampoco creo que haya que sustituir solo a Guaidó, sino a todo un grupúsculo, rehén de la tiranía, que tiene cooptada nuestra fuerza.
Todo esto, como coincidimos, es muy difícil, pero, a mi modo de ver, imprescindible si queremos avanzar en la ruta de libertad. La otra opción es rendirnos y acomodarnos en el sistema de mafias (abrir el bodegón, lavar plata comprando grandiosas camionetas y lanzándonos a farsas electorales apaciguadoras), que es lo que muchos quieren.
Pero esa -al menos para mí- no es una alternativa. Por eso debemos continuar, unidos, acompañados, apoyados, comunicados, trabajando para lo que es y con quienes son.
Así lograremos el objetivo sin sucumbir en esta tormenta.
Coromoto Díaz
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