Resulta que -al parecer, y en resúmen- el Tribunal Superior había fallado a favor de Guaidó basado en el hecho de que “el gobierno británico había reconocido de manera concluyente a Guaidó como presidente interino de Venezuela.”
Sin embargo Maduro (la junta directiva del BCV nombrada por él) apeló esa decisión y el Tribunal de Apelación anuló el fallo del Tribunal Superior, negando que el gobierno del Reino Unido haya reconocido de forma “inequívoca” a Guaidó como jefe del Estado en Venezuela. El Tribunal de Apelación coincidió con la posición del BCV de Maduro de que, aunque el gobierno británico haya podido reconocer a Guaidó en un declaración política en febrero de 2019, “de facto” trata con el gobierno de Maduro, con el que mantiene relaciones diplomáticas.
Creo es una pregunta legítima la que plantea el tribunal: ¿Cómo es que la administración de Boris Johnson reconoce a Guaidó como presidente legítimo, pero mantiene relaciones diplomáticas con el régimen de Maduro? Eso hay que aclararlo.
Por cierto, creo que en posición similar están varios gobiernos de Europa que reconocen a Guaidó pero, a diferencia de los Estados Unidos y otros países democráticos, no han roto relaciones diplomáticas con Maduro.
Así es que bueno, lo que está pidiendo el Tribunal es un poco de definición al gobierno inglés, y a mi me parece positivo eso, porque no se puede estar con Dios y con el diablo.
El gobierno británico podría (y debería) resolver esto de forma rápida y contundente. No hay un gobierno en el mundo con el que pueda ser más adecuado y apropiado romper relaciones diplomáticas que con el de Maduro.
Por lo pronto Maduro NO tiene el control del oro venezolano en Londres, y el proceso judicial podría ser largo.
Coromoto Díaz Simoza
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