Tampoco Trump debió ser elegido alguna vez presidente de los EEUU
Hace días escribía que Maduro no podía seguir siendo presidente de Venezuela. Hoy escribo, exactamente lo mismo con respecto de Donald Trump.
Pienso que los norteamericanos no solo no debieron haber votado por él este 3 de noviembre sino que no debieron haber votado por el contra Hilary Clinton en las elecciones de 2016.
No lo digo porque la candidata demócrata, Hillary Clinton, de haber resultado ganadora hubiese sido una presidente excepcional, ni tampoco lo digo porque Biden de ser electo sería igualmente un presidente excepcional.
Lo digo porque Trump le ha hecho un profundo daño, tal vez irreparable a la sociedad norteamericana y a su democracia.
El es, que duda cabe, el artificie del mayor cisma político y social, vivido por la los EEUU desde la guerra civil.
En 2016 EEUU le abrió paso a un demagogo y a un violento nacional populista quien verbalizó la irrupción de zonas profundas e irracionales en el pueblo norteamericano (ya lo hemos dicho: racismo, xenofobia, supremacismo blanco, aislacionismo, el negacionismo climático y últimamente un furibundo negador del carácter letal del Covid 19, considerado por él como un vulgar resfrío).
Su gobierno, su política, su narrativa de la política y de su acción de gobierno ha tenido y tendrá un efecto letal en la sociedad norteamericana y no se sabe por cuánto tiempo, pues después que se ha dividido al pueblo entre buenos y malos, blancos y negros, heterosexuales y homosexuales, o considerar que a las mujeres él puede agarrarle el coño cuando a él le dé la gana y no pasarle nada, va a ser difícil restituir una nueva sociabilidad de reconocimiento mutuo.
¡Ja! Trump ha tenido la desfachatez de considerarse vencedor —”francamente, hemos ganado estas elecciones”— dice El País de España en su edición del miércoles, cuando quedaban millones de papeletas por contar, o en acusar a los adversarios de “intentar robar” los comicios sin prueba alguna, hiriendo de muerte el mecanismo esencial de la democracia: el voto.
No puedo dejar de comentar un hecho paradójico que tiene a los venezolanos como protagonistas. Mientras que “Las democracias liberales , dice el mismo editorial de El País, desean una victoria de Biden”; los venezolanos que dicen querer una vuelta a la democracia, coinciden con los regímenes autoritarios, con los partidarios del Brexit, con el Israel de Netanyahu y los nacional-populistas de todo el mundo, que sea Trump el ganador.
Vaina de los venezolanos que ignoran los peligros que se ciernen sobre el mundo con un nuevo mandato de Trump.
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