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#ANALISIS Elecciones: Trump acusa a Biden de interferir su campaña para la Casa Blanca

Los abogados del expresidente Donald Trump intentan trasladar el juicio en Washington a otra sede. Alegan falta de imparcialidad en la capital estadounidense

MIAMI– El expresidente estadounidense Donald Trump acusó a su rival demócrata Joe Biden de obstaculizar la campaña en camino a las elecciones presidenciales de 2024.

El exinquilino de la Casa Blanca afirma que el Presidente usa su poder en Washington para presionar a los fiscales con el propósito de inculparlo a él y sacarlo del camino por ser un gran rival político, al estilo de regímenes antidemocráticos en el mundo. El otro gran propósito es desviar la atención de las investigaciones del Congreso contra la familia Biden y su impunidad hasta ahora, en especial respecto al hijo del Presidente de Estados Unidos.

El senador de Florida, Rick Scott, señaló recientemente:

“Parece que cada vez que conocemos más sobre los negocios turbios de la familia Biden, su Departamento de Justicia acusa al presidente Trump”.

Por su parte, Ted Budd, senador por Carolina del Norte indicó:

“una y otra vez, la administración Biden ha armado el sistema de Justicia para atacar a su principal oponente político. El Congreso debe confrontar el continuo abuso de poder de Joe Biden y su administración debe rendir cuentas”.

Trump en los últimos dos meses de inculpaciones y constante acoso político lidera las encuestas no sólo para las primarias republicanas, sino contra Biden. La ventaja se ha ampliado en las últimas tres semanas a casi 10 puntos contra 7 un mes atrás y 37 puntos respecto a su rival republicano, el gobernador de Florida Ron De Santis.

El Fenómeno Trump luce imparable y el Movimiento MAGA (Hacer América Grande Otra Vez), creado e impulsado por el Presidente 45, se asemeja a un dique de contención frente a las acciones políticas ponzoñosas en su contra.

Los conservadores parecen comprender que detrás de más de seis años de constante acoso, persecución y encausamientos a Trump existen demasiados intereses políticos, y no las reales intenciones de hacer cumplir las leyes y hacer prevalecer la Justicia igualitaria.

El apoyo al exmandatario ha ido de una ventaja del 16% hace apenas tres meses a un promedio consistente de 36 puntos en todas las encuestas, entre ellas las de RealClearPolitics, desde que fue imputado en Manhattan hace cuatro meses por supuestamente falsificar registros empresariales, una acusación dirigida por la fiscal demócrata Letitia James.

Las encuestas y la alarma para los demócratas

La izquierda y la extrema izquierda observan los sondeos con alarma, mientras que el respaldo de la gestión de Biden sigue en picada y le ocurre todo lo contrario a Trump. Desde que los republicanos han revelado en investigaciones posibles delitos graves cometidos por su hijo Hunter Biden, que su padre dice desconocer, las cifras de las encuestas contra el inquilino de la Casa Blanca descienden.

Por su parte, las acusaciones contra Trump han disparado el respaldo de republicanos y conservadores al exmandatario. Y el Partido Republicano se ha unido en casi un bloque sólido contra los casi 40 cargos imputados al favorito candidato conservador.

Ahora, la defensa del exmandatario intenta trasladar el juicio por supuesta conspiración desde Washington a otra sede que podría ser Virginia Occidental. Los letrados argumentan que el republicano no tendrá un juicio imparcial en la capital, predominantemente demócrata.

Intentos similares han fracasado en algunos juicios recientes de repercusión pública. Y los jueces designados por presidentes de ambos partidos a la corte federal de Washington —entre ellos, Tanya Chutkan, la jueza que preside el juicio a Trump— han rechazado peticiones semejantes de partidarios de Trump acusados de participar en los sucesos del Capitolio del 6 de enero de 2021.

“Las inclinaciones políticas de los jurados no constituyen, de por sí, prueba de que no pueden sopesar de manera justa e imparcial la evidencia que se les presenta y aplicar la ley según les instruye la corte”, escribió Chutkan el año pasado al denegar el pedido de cambio de sede de un acusado del 6 de enero.

Los defensores de Trump aún no han presentado un cambio formal de sede para el juicio, pero el abogado John Lauro dijo a la cadena de televisión CBS que tiene “absolutamente” ese interés.

“El Presidente, como todos los que están sentados en esta sala, tiene derecho a un juicio justo, y lo conseguiremos”, dijo Lauro.

¿Quién es realmente el fiscal especial que busca condenar a Trump?

El fiscal Jack Smith, definido por los conservadores como un activista progresista vinculado directamente al Partido Demócrata, acusa a Trump de “conspiración para defraudar al país y obstruir la actividad del Congreso”, además de 33 cargos por uso indebido de documentos federales secretos.

Los Cargos que serán muy difíciles de probar y de convencer a un jurado para una sentencia final, según expertos, porque los presidentes tiene la potestad constitucional de llevarse documentos personales y que consideren importantes después de concluir su mandato. Trump niega rotundamente las acusaciones de Smith y dice que su misión verdadera es perjudicar su campaña electoral para 2024.

Del 2010 al 2015, Smith sirvió bajo las órdenes del fiscal general, Eric Holder, en el gobierno de Obama al frente de la Sección de Integridad Pública del Departamento de Justicia. Smith además jugó un rol decisivo en las imputaciones del Departamento de Justicia de Obama contra varios grupos conservadores sin fines de lucro.

Smith condenó al ex gobernador republicano de Virginia, Bob McDonnell, un caso anulado por unanimidad en 2016 por la Corte Suprema de EEUU y llevó a la cárcel al representante republicano Rick Renzi, indultado con posterioridad por el presidente Trump en 2021. También intentó enjuiciar al senador demócrata moderado y cubanoamericano de Nueva Jersey, Robert (Bob) Menéndez, otro juicio anulado.

La organización Judicial Watch demandó al Departamento de Justicia de Biden por negarse a revelar los nombres del personal del fiscal especial Jack Smith que trabajan en las investigaciones a Trump.

En el 2022, el representante republicano por Ohio desde el 2007, Jim Jordan, reveló en un informe publicado en 2014 la conducta ideológica de izquierda de Smith y su obsesión de encausar a los conservadores durante la administración Obama.

“Muy cuestionables son los hechos de que Richard Pilger y Jack Smith tuvieran una interacción con Lois Lerner (abogada y exempleada del servicio federal) en el escándalo del caso del Departamento de Impuestos Internos (IRS) contra grupos conservadores en 2010 y 2013, que usted tuviera una base de datos de 1,1 millones de páginas de información confidencial de contribuyentes e información de donantes por cuatro años”, indicó Jordan en su denuncia.

Los nexos del fiscal acusador de Trump con la izquierda en EEUU son claros: La esposa de Smith, Katy Chevigny, es donante del presidente Biden. Produjo un documental dedicado a Michelle Obama y trabajó en una película contra Citizens United titulada “Dark Money”.

El organismo de control del Departamento del Tesoro concluyó en 2013 que “el IRS usó criterios inapropiados para su investigar y revisar las finanzas del grupo conservador Tea Party y otras organizaciones de la misma tendencia política”. Por su parte, el Departamento de Justicia agregó en 2015: “nuestra investigación descubrió evidencia sustancial de mala gestión, mal juicio e inercia institucional”.

En junio de este año, el ahora “presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Jim Jordan”, inició una investigación para supervisar la investigación del asesor especial Jack Smith sobre el expresidente Donald Trump por el manejo de documentos en Mar-a-Lago.

En una carta al fiscal general Merrick Garland, Jordan solicitó información sobre la investigación para garantizar que el FBI no politice la investigación, que sufre de falta de confianza pública después de involucrarse indebidamente en el engaño de Rusia de 2016.

La Justicia de doble rasero

Los casos de Hunter Biden y del propio presidente Joe Biden, a quien se le encontraron decenas de cajas de documentos secretos y ultrasecretos desde cuando fungía como senador por Delaware y luego vicepresidente en el gobierno de Barack Hussein Obama, muestran un sistema que actúa como un partido político lejos de la imparcialidad.

Sin embargo, el Departamento de Justicia -que dirige Merrick Garland, nombrado por Biden- no lo acusó. El motivo: Biden “colaboró” en la entrega de los documentos, como si los delitos se midieran a partir de ahora por la decisión de colaborar del infractor o el acusado.

De ser así, cualquier asesino, estafador o delincuente común que colabore con la fiscalía, no debería ser ni acusado ni condenado… Un insulto a la razón, el derecho a la imparcialidad judicial y a la igualdad frente a las leyes.

El amparo legal y del Buró federal de Investigaciones (FBI) a la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, al exgobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, y a la familia Biden ha incrementado la falta de credibilidad en la Justicia en Estados Unidos, en medio de visibles influencias políticas y de penetración de la ideología “progresista” (socialista) dentro sistema legal estadounidense.

Las encuestas confirman las anteriores aseveraciones. A medida que se suman acusaciones al exmandatario, éste no sólo amplía sus ingresos de campaña, sino el respaldo de los votantes republicanos e independientes.

Lejos de aislar a Trump del apoyo conservador; incluso, del independiente, como otra de las estrategias para “despedazar” su imagen y sus finanzas personales, los republicanos en un bloque casi compacto confirman su respaldo e incrementan las investigaciones a la familia Biden, lideradas por el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, y por el presidente del Comité de Supervisión de la Cámara Baja, James Comer junto al líder de la mayoría republicana, Steve Scalise.

Para David Greenberg, profesor de periodismo e historia de la Universidad Rutgers, el republicano de 77 años y sus decenas de millones de fieles seguidores tienen un “grupo de enemigos reales en común”, que se ha ampliado al sistema judicial.

“Así que cuando imputan a Trump, es sólo una prueba más de que su líder es el objetivo de fuerzas en las que desconfían plenamente”, explica Greenberg.

“¿Cómo pueden mis opositores políticos corruptos, el tramposo Joe Biden, llevarme a juicio durante una campaña electoral que estoy ganando por mucho y obligarme a dedicar tiempo y dinero fuera de la campaña electoral para luchar contra acusaciones falsas e inventadas?, se preguntó Trump durante un mitin en New Hampshire (norte).

Trump, de 77 años, es víctima ahora de tres nuevas inculpaciones penales: por supuestamente “haber intentado alterar” el resultados de las presidenciales de 2020, por presuntos pagos ocultos a una actriz porno para comprar su silencio y por el manejo de documentos confidenciales cuando se fue de la Casa Blanca. Algo que hizo también, y sin derecho legal alguno, Joe Biden desde que era senador por Delaware y luego vicepresidente de EEUU.

A Biden se le confiscaron decenas de cajas de documentos comprometedores para la seguridad nacional en diferentes propiedades, incluso apiladas en el garaje de una de ellas en Delaware. Sin embargo, la fiscalía decidió no poner ningún cargo a Biden bajo el pretexto de que había colaborado en la búsqueda.

Por el momento Trump supera a Biden en importantes sondeos, algunos recopilados por RealClearPolitics desde junio.

El expresidente, claro favorito en las primarias republicanas para las presidenciales de 2024, se queja de que estas inculpaciones crecen con el único propósito de continuar desacreditando sus éxitos como presidente de EEUU y frenar su campaña electoral por cualquier medio.

“Lo lamento, no podré ir a Iowa hoy, no podré ir a New Hampshire hoy porque estoy sentado en un tribunal con tonterías”, afirmó.

“¡Tonterías, tonterías!”, corearon sus seguidores.

Las inculpaciones mejoran las posibilidades de un mayor éxito de Trump.

“Cada vez que me acusan me gusta mirar las encuestas porque una inculpación más y creo que estas elecciones han terminado. Una más”, prometió.

Trump cree que la cuarta llegará “la semana que viene”. Tal vez se trate de la investigación de la fiscalía de Georgia sobre si “intentó cambiar” el resultado de las elecciones de 2020 en este estado del sur del país. Todas hasta ahora sin pruebas convincentes ni testigos con declaraciones que den motivos reales a un jurado para una posible sentencia.

Trump criticó a DeSantis por su precandidatura a las primarias republicanas y afirmó que ha sido “especialmente duro” con él porque estima que le traicionó. Trump fue la pieza clave para que DeSantis ganara la gobernación de Florida en su primera ocasión. “Debería haber esperado a 2028” para presentarse, afirmó, y se sumó a las críticas de que le falta carisma. “Si vas a ser político necesitas algo de personalidad”, dijo sobre él.

El expresidente cuestionó la política de Biden en todos los frentes y agregó que si vuelve a la Casa Blanca pondrá fin a la guerra en Ucrania, “quizá en 24 horas”, impondrá aranceles a los productos extranjeros que entren en el país, deportará a los inmigrantes ilegales en Estados Unidos -como lo hace ahora el gobierno de Biden después de que le abrió la frontera sur- y arremeterá contra las políticas socialistas “woke”.

Sólido respaldo a Trump y denuncias contra la Justicia

El senador por Ohio, J. D. Vance dijo:

“Joe Biden está acusando a Donald Trump (nuevamente) porque está perdiendo la carrera presidencial. Prefiere poner a Donald Trump en la cárcel que enfrentarse a él en las urnas. La credibilidad del sistema legal estadounidense está siendo atacada, porque Biden teme enfrentar las consecuencias de sus desastrosas políticas. Afortunadamente, el pueblo estadounidense tiene voz y cuando reelijan a Donald Trump, será hora de limpiar el Departamento de Justicia”.

El senador Josh Hawley, de Missouri comentó que “el Departamento de Justicia de Biden revela el último esfuerzo para evitar que Trump se presente contra Biden, algo sin precedentes en la historia de Estados Unidos”

Sobre las recientes acusaciones a Trump por el fiscal especial Jack Smith, el senador de Arkansas Tom Cotton comentó que “es como algo que obtendrías de un productor de MSNBC. Jack Smith es un fanático ideológico”.

“¿Qué pasó con la igualdad de justicia ante la ley?”, se preguntó el congresista Roger Marshall, de Kansas, al tiempo que el senador Steve Daines, por Montana, expresaba que “los cargos contra el presidente Trump huelen a mala conducta de la fiscalía. Todos los estadounidenses deberían estar preocupados por el hecho de que el Departamento de Justicia (DOJ) del presidente Biden intenta encarcelar a su principal rival político mientras que la evidencia de corrupción continúa acumulándose contra Hunter Biden y parece ahora más que nunca implicar al propio presidente Biden. Debemos poner fin a los dos sistemas de justicia en Estados Unidos”.

“La noticia de otra acusación contra el presidente Trump no sorprende antes de 2024. La izquierda sabe que no puede vencer a Trump en medio de los fracasos de Biden, por lo que están tratando de sacarlo con cargos penales. Biden está abusando de dos niveles de justicia para desactivar a su mayor oponente político”, argumentó el senador por Tennessee, Marsha Blackburn

“El pueblo estadounidense ha perdido la fe en el Departamento de Justicia de Biden. Se sienten incómodos al ver al presidente actual armar el sistema de justicia contra su oponente político… Este sistema de justicia de dos niveles está muy mal”, puntualizó el senador por Wyoming, John Barrasso.

“¡DEFINAN LA CAZA DE BRUJAS DE JACK SMITH CONTRA EL PRESIDENTE TRUMP!”, exhortó el representante por Florida en Washington Matt Gaetz.

“Los republicanos de la Cámara Baja continuaremos descubriendo la verdad sobre Biden Inc. y el sistema de justicia de dos niveles”, dijo a los periodistas el líder de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.

Diario Las Américas

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