El presidente francés presentará una «ley especial» a mediados de diciembre que permitirá «la continuidad de los servicios públicos y de la vida del país»
Muchos esperaban un nuevo milagro: el anuncio de un nuevo primer ministro, pero nada de eso sucedió este jueves durante el discurso a la nación del presidente Emmanuel Macron.
«Me niego a permitir que los franceses paguen la factura de esta censura», afirmó Macron.
Una locución en la que Emmanuel Macron considera que «a pesar de las concesiones hechas por Michel Barnier a todos los grupos parlamentarios, el Gobierno ha sido censurado porque la extrema derecha y la extrema izquierda se han unido en un frente antirrepublicano».
Durante su declaración, el jefe del Estado anunció un proyecto de «ley especial» que se presentará a mediados de diciembre en el Parlamento.
“Esta ley temporal permitirá, tal como prevé nuestra Constitución, la continuidad de los servicios públicos y de la vida del país. Aplicará para 2025 las elecciones de 2024”, explicó el inquilino del Elíseo.
Tras la moción de censura aprobada por la Asamblea Nacional por 331 votos a favor, de los 288 necesarios, el presidente debe buscar a un nuevo primer ministro en un tiempo récord. No puede dejar durante semanas a Michel Barnier en funciones, como ya hizo con Gabriel Attal. Esta vez, es distinto. Una situación excepcional que no ocurría desde el mandato de George Pompidou.
“Ejerceré plenamente mi mandato como Presidente de la República hasta su fin”, sentenció Macron en su locución.
Un discurso que ha durado cerca de diez minutos, lleno de diplomacia pero ni rastro de una pronta solución a la inestabilidad política que ya dura demasiado.
“No sé cómo saldremos de esta. La única solución es que Macron dimita”, afirma François, un taxista parisino.
Una intensa ronda de consultas
Emmanuel Macron se niega a volver a la incertidumbre política y, tras aprobarse la moción de censura contra su gobierno, este jueves inicia la ronda de consultas.
Después de que el primer ministro saliente comunique su dimisión, tal y como marca el protocolo, la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet y el presidente del Senado, Gérard Larcher, se reunirán en el Palacio del Elíseo con Macron.
La inquietud pesa en el ambiente. Braun-Pivet pidió este jueves al presidente nombrar «rápidamente» a un primer ministro para no «dejar que la incertidumbre» se instale en la política de Francia tras largos meses de inestabilidad.
Para Yaël, en estos momentos, el principal objetivo de Macron debería centrarse en “tranquilizar a los franceses”, ante una situación cuanto menos difícil.
La izquierda insumisa lo ha dejado claro en repetidas ocasiones: el próximo gobierno será de izquierdas o no será, pero entre los nombres para ocupar el nuevo puesto de primer ministro, el que suena con más fuerza en las últimas horas es el de Sébastien Lecornu, actual ministro de defensa. Él insiste en que “no es candidato a nada”.
La lista es variada, desde el ex primer ministro de centro izquierda, Bernard Cazeneuve, a François Bayrou, fundador del partido europeísta Movimiento Demócrata, y por último Lecornu, quien podría convencer a Marine Le Pen.
Sobre el posible nombramiento del socialista Cazeneuve, los insumisos dejan claro que no entra en su lista de deseos, sino más bien en la del veto, puesto “que no es del Nuevo Frente Popular”, insistió la diputada insumisa, Mathilde Panot.
A pesar de las líneas rojas y de los rumores, este jueves por la tarde Bayrou será recibido en el Palacio del Elíseo, donde tendrá un encuentro con Emmanuel Macron horas antes de su discurso a la nación. Antes de eso,
La política francesa vive uno de sus momentos más excepcionales de los últimos 60 años. El gobierno de Michel Barnier ha batido el récord del gobierno más corto de la Vª República. Una sensación de vértigo que se traslada al hemiciclo parlamentario.
«No nos quedaremos estancados, no estaremos en la peor estrategia (…), no derribaremos al Gobierno, no haremos lo que hizo Marine Le Pen», declaró el jefe de Los Republicanos, Laurent Wauquiez, que insistió en que lo más importante en este momento es obtener un gobierno que reduzca el desperdicio de dinero público, mejore la vida de los trabajadores y la seguridad del país.
Comparecencia de Macron
La comparecencia de Macron este jueves a última hora ha levantado ampollas como era de esperar. Para la líder de los ecologistas, Marine Tondelier, «la solución a esta situación no vendrá del Presidente de la República«, y para el diputado insumiso, Éric Coquerel, el discurso de Macron le provoca «más ganas de pedir su dimisión».
La oposición insiste en que el jefe del Estado debería dimitir por ser el responsable de este “caos” tras disolver la Asamblea Nacional el pasado mes de junio.
“Es un error histórico que se cometió y que estamos pagando caro y que significa que, en realidad, no podremos seguir así hasta 2027”, aseguró el diputado Jean-François Copé.
Según los últimos sondeos, el 63% de los franceses considera que Emmanuel Macron debería dimitir tras la caída de su Gobierno, y un 66% considera que el presidente debería nombrar a un gobierno técnico.
Los mercados tiemblan
«Esta votación refleja el ambiente político fracturado del país» y «este acontecimiento es negativo para el crédito» o la calificación del país, anunció la agencia de calificación mundial, Moody’s, este jueves a través de un comunicado.
La moción de censura reduce la probabilidad de la consolidación de las finanzas públicas de Francia que, desde hace meses se encuentran en la cuerda floja. El objetivo del gobierno era reducir su déficit público al 5% el próximo año, que este 2024 cerrará superando el 6%, según las estimaciones previstas.
«Actualmente, esperamos que el déficit anual del país alcance el 6,3% del PIB en 2024, el 5,3% en 2025 y el 4,7% en 2026, muy por encima de los techos de la Unión Europea», afirmaron desde Moody’s.
Con información de Elperiodico.com
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